En Neuquén un policía fue condenado por el "homicidio agravado" de un amigo, a quien mató de un balazo tras quererle hacerle un "chiste" con el arma reglamentaria. 

El episodio ocurrió en marzo de este año, cuando Nicolás Leopoldo López, de 29 años, quiso hacer una broma, según dijo, y le gatilló el arma en el pecho a su amigo, Diego Escobar, quien trabajaba en un taller. Este martes, el oficial fue condenado de "homicidio con dolo eventual, agravado por el uso de arma de fuego", según la decisión del Tribunal Oral neuquino.

El juez de garantías Luis Giorgetti, integrante del Tribunal junto a sus colegas Carina Álvarez y Estefanía Sauli, coincidieron con la fiscal Silvia Moreira y el asistente letrado Pablo Jávega, quienes pidieron que se declare la responsabilidad penal del policía por el citado delito -tiene un mínimo de 10 años y 4 meses de prisión- al haber utilizado su arma reglamentaria con la que efectuó un disparo "a quemarropa" y mató a la víctima.

Tras leer el veredicto condenatorio, ahora el Tribunal deberá fijar una fecha para realizar la audiencia de cesura en la que se le dará el monto de la pena.

En tanto, el abogado del policía, Omar Urra, aseguró que aguardará los fundamentos del fallo para apelar ya que consideró que con "los testigos quedó descartada la intención de matar". "Es gente que se conocía de toda la vida, amigos, lo que no acredita esta probabilidad de que haya tenido la intención de quitar la vida", sostuvo el letrado.

Sin embargo, la fiscal en su alegato del viernes dijo que quedó "comprobado" que López cometió el crimen y "no tuvo ninguna voluntad de evitar ese resultado". "El primer día del juicio dijimos que íbamos a poder acreditar que el imputado mató a Diego Escobar. Entendemos que con la prueba que dimos estos días ha quedado comprobado", aseguró.

Homicidio doloso o culposo

Durante el juicio, este fue un punto central discusión central para determinar la culpabilidad del efectivo policial. "Existe una línea delgada entre ambos conceptos", reconoció la fiscal y precisó: "En el caso de dolo eventual, el sujeto acepta que la conducta es capaz de producir la lesión al bien jurídico, y dejó librado al azar que ese resultado lesivo no sucederá y se muestra indiferente".

Por ello, Moreira afirmó que "es eso lo que sucedió en este caso" y que López tenía conocimiento de que su conducta podía lesionar la vida de Escobar y que, aun sabiendo eso, "emprendió la acción, cargó el arma, apuntó y efectuó el disparo".

"Aceptó la probabilidad de que podría provocar la muerte de la víctima y no tuvo ninguna voluntad de evitar ese resultado", concluyó.

El abogado Marcelo Hertzriken Velasco, quien intervino en representación de la familia de la víctima, adhirió al pedido de la fiscalía.

Por su parte, el abogado Urra, representante del efectivo, consideró que se trató de un "homicidio culposo", es decir que no tuvo la intención de cometerlo.

Es que López declaró ante el Tribunal Colegiado que primero le hizo un "chiste" a un familiar de la víctima y luego intentó hacer lo mismo con Escobar.

Negligencia 

La defensa de la víctima también apuntó contra la Policía de Neuquén puesto que, según se conoció, López fue uno de los oficiales que egresó de manera virtual, producto de la pandemia de coronavirus, y no habría completado el proceso formativo como corresponde. 

"Hay un programa que tenía que cumplirse y no se hizo. Una vez egresado no se lo siguió capacitando", aseguró Hertzriken Velasco, y añadió: "Nunca debió ser policía, no terminó con la currícula como estaba prevista y todo esto contribuyó a ser tan negligente".

Por ello, el abogado cuestionó "directamente a la fuerza provincial", ya que consideró que López "no estaba apto para ser policía".

"De hecho, la perito del mismo Poder Judicial, algo que nunca ocurre, hizo un llamado de atención a la Jefatura respecto a que esta persona no podía entrar y que tenían que ser más estrictos con la selección de reclutamiento", indicó.

El hecho

Todo sucedió el jueves 9 de marzo pasado, alrededor de las 15.20, en el local ubicado en 12 de Septiembre al 800, en el centro-oeste de la capital provincial, donde Diego Escobar estaba trabajando junto a dos primos y otro empleado.

Según la acusación que hizo en la etapa de instrucción la fiscal de Homicidios, Eugenia Titanti, el policía López, con aproximadamente dos años de antigüedad en la fuerza, se acercó al negocio luego de haber terminado su servicio.

En ese momento, uno de los primos de Escobar salió del taller para realizar unas compras y se topó con López, quien portaba su arma y, sorpresivamente, le apuntó en el pecho y apretó el gatillo, sin que saliera el proyectil.

"Asustado, le dijo que no hiciera eso, que no era un juego. Pero haciendo caso omiso, López ingresó al taller, dónde estaba la víctima junto a su otro familiar", señaló en su momento la fiscal en la audiencia de imputación de cargos.

La representante del Ministerio Público afirmó que, en ese instante, el imputado reiteró la maniobra: apoyó el arma en el pecho de Escobar y volvió a apretar el gatillo pero esta vez, el disparo se efectuó, por lo que la víctima murió casi de inmediato.