El fiscal federal Federico Reynares Solari pidió ayer nueve años de prisión para David "Delfín" Zacarías, el cocinero-narco detenido en 2013 en un megoperativo liderado por Sergio Berni, por el delito de lavado de activos, en la que puede constituirse en una de las penas más grandes que haya tenido la justicia federal en una causa de este tipo. Así la fiscalía solicitó unificar penas con esta causa que elevarían la misma a 22 años y multas por más de 300 millones de pesos contra el apodado "Rey de la Cocaína", detenido en Funes en 2013 y que fuera sentenciado entonces a 16 años de prisión en 2018. “Esta es la primera condena relevante que va a tener la Justicia Federal por lavado de dinero”, dijo el fiscal considerando que en el fuero se ha “sido bastante moroso en el juzgamiento de este tipo de actividades”.
En su alegato de ayer Reynares Solari expuso los bienes con los que Zacarías lavó todo el dinero proveniente de su negocio de narcotráfico: más de 80 autos, motos y coches de alta gama, cocheras en el centro rosarino, una agencia de remises en Granadero Baigorria, lotes en toda la región y hasta la construcción de un estadio cubierto en San Lorenzo valuado en más de un millón de dólares.
Pero la obra más polémica en que trató de lavar su dinero, es sin dudas la encarada en el año el año 2009, cuando Delfín Zacarías adquirió una gran extensión de tierra en San Lorenzo la cual iba destinada a la construcción de una 'mega' obra, de un inmueble de tal envergadura que ni en Rosario se veía. Se trató de un polideportivo, que alcanzaba la extensión de 5000 mt2., compuesto por cuatro lozas, cada una de las cuales fue valuada, en aquel período, por un monto aproximado de $900.000 cada una. En su alegato Reynares destaca que "por su puesto que, para ocultar el nombre del verdadero dueño e inversor utilizó el nombre de su hija Flavia Zacarías para que aparezca como propietaria de mismo". Al respecto y en oportunidad de ser indagada, Flavia señaló : “…mi papá los puso a nombre mío y también estaban a nombre de Gonzalo, para un futuro. Al principio fue un terreno con unas canchitas y un quincho, no tenía otra construcción. Después el proyecto lo siguió él, no me consultó a mí, fue un proyecto para la familia y dejó de ser algo para mí y Gonzalo en un futuro, con todas las modificaciones que están ahora construídas…”, según declaró su hija.
Además, surge el testimonio de la proyectista y arquitecta a cargo del materializar el mega emprendimiento Viviana Casarico, quien en su interrogatorio reveló David Zacarías "era conocido de mi marido y necesitaba un arquitecto para llevar a cabo esa obra, y así se comenzó (…) se empezó a valuar de acuerdo a las lozas que se iban a construir…en el 2008 $900.000 por cada loza, por la magnitud que tenía la superficie de m2 (…) las lozas son cada piso…había proyectadas 4 lozas…”
Asimismo, en cuanto a la magnitud de la obra, indicó que “… iba a haber canchas de deportes, de fútbol, de básquet, había unos pequeños locales comerciales, era una obra muy interesante para la ciudad, por eso a mi me apasionó, tenía hasta un pequeño comedor para albergar al que quería pasar y comer, y era libre para cualquier persona que quisiera practicar un deporte, eso acá en Rosario no existe, un edificio de esas características, por eso a mí me atrapó tanto esa obra, y me dolió no poderla concluir…”
Increíblemente, o no tanto, ni al intendente de San Lorenzo de entonces Leonardo Raimundo ni al Concejo de aquella ciudad le llamó la atención tamaña inversión y fue aprobada. Es que para la construcción de un estadio cubierto ubicado en el barrio Villa Felisa, en Congreso y Vélez Sarsfield, se consiguió una excepción urbanística del Concejo sanlorencino en 2011. Respecto a esto, Reynares Solari solicitó que, si el tribunal considera que la hipótesis es cierta y que sobre ese bien se realizó lavado de dinero, “se recomiende a la Municipalidad y al Concejo Deliberante de San Lorenzo que adecúen las cuestiones administrativas y la legislación en los términos que lo ha hecho la Municipalidad de Rosario con la ordenanza antilavado”.
El fiscal Reynares Solari solicitó además penas de 7 años para su principal cómplice, su esposa Sandra Inés Marín (unificando una pena total de 18 años) y 4 años y seis meses para sus dos hijos, Joel y Flavia (completando así 8 años y seis meses). También para su hermano Jorge Zacarías se solicitó una pena de cinco años, y para todos ellos una multa de 42 millones de pesos (lo que se calcula como el triple del dinero lavado).
Cabe recordar que tras una investigación que comenzó en 2012 dirigida por el entonces fiscal federal Juan Murray, en septiembre de 2013, en el marco del llamado "operativo Flipper", David Delfín Zacarías fue detenido in fraganti en Funes, en una casa donde se cocinaba droga, con 300 kilos de cocaína y más de dos mil litros de materiales químicos para la producción de estupefacientes.