El ex secretario de Energía del macrismo Javier Iguacel, finalmente, dio el salto a La Libertad Avanza. "Voy a apoyar a Javier Milei, porque es Libertad o Delincuencia", escribió en sus redes sociales y se convirtió así en la primera figura política de Juntos por el Cambio en darle el "sí" a los llamados de la ultraderecha, que vienen siendo rechazados por el radicalismo y la Coalición Cívica, y mantienen en silencio a los líderes del PRO. Poco después, el ex diputado y actual funcionario de Horacio Rodríguez Larreta, Waldo Wolff anunció su respaldo a Milei, durante una entrevista en vivo en canal LN+.
El paso de Iguacel por la gestión macrista, de tres años hasta su renuncia en diciembre de 2018, es recordado por ser el encargado de impulsar la "Causa Vialidad", por la que la vicepresidenta Cristina Kirchner fue condenada en diciembre pasado; mientras que el ex funcionario acumuló denuncias en su contra por favorecer a empresas privadas.
El salto de Iguacel a las filas de la ultraderechista estuvo cerca de concretarse en mayo, cuando su jefa política Patricia Bullrich bajó su precandidatura como gobernador bonaerense al elegir a Néstor Gridentti. En ese momento, decidió quedarse especulando volver a la cartera de Energía en un eventual gobierno de Bullrich. Tras la derrota del domingo, saltó a las filas de Milei.
Iguacel no solo se quedó sin posibilidad de participar de un posible gobierno de Bullrich sino que apostó a no reelegir su cargo como intendente de la localidad bonaerense de Capitán Sarmiento, donde será reemplazado en diciembre por su secretaria de Gobierno, Fernanda Astorino Hurtado, que ganó las elecciones del domingo con comodidad. Además, el ex ministro macrista quedó en mala relación con Jorge Macri, durante las negociaciones por las candidaturas bonaerenses, quien ahora surge como uno de las figuras con más poder del PRO.
"Siempre fui un defensor de la libertad y la honestidad: en mi vida, en mis trabajos y en mi ciudad. Siempre enfrenté a los poderosos. Denuncié la causa Vialidad hasta Chocolate. Caiga quien caiga", cargó de épica Iguacel su paso a la filas de Milei. Los libertarios ya venían intentando convencerlo desde hace meses.
"No es tiempo de tibios", fue la frase que eligió Iguacel para dejar Juntos por el Cambio. Poco después, durante una entrevista a Milei en el canal LN+, Waldo Wolff se presentó ante el periodista Eduardo Feimann y el candidato presidencial de La Libertad Avanza para anunciar su respaldo. "Durante 8 años me pasé combatiendo al kirchnerismo, nos apedrearon el Congreso y nos inventaron un desaparecido", se presentó.
En vías de armar causas
Iguacel debutó en la función pública nacional en diciembre de 2015 como titular de Vialidad Nacional. Desde su llegada, tuvo la misión de avanzar con el armado de causas para mantener vivas las noticas sobre causas de "corrupción" durante la gestión de la actual vicepresidenta Cristina Kirchner. A penas asumió su cargo en Vialidad Nacional, Iguacel ordenó una auditoría sobre las obras viales realizadas en la provincia de Santa Cruz.
La auditoría concluyó que no se pagaron obras que no fueran ejecutadas, que las obras que se realizaron estaban bien hechas y que las demoras en la ejecución era similar a las de otras provincias. El propio Iguacel reconoció luego que fue la única provincia que mandó a auditar. Sin embargo, con esa información, se presentó ante el Poder Judicial y abrió la "Causa Vialidad", que terminó con condena de 6 años de prisión e inhabilitación para cargos públicos contra Cristina Kirchner, a partir de la figura de "asociación ilícita". La actual vicepresidente reiteró en sus alegatos las mentiras de la causa.
Cuando a Iguacel le tocó declarar en el juicio oral, lo hizo por más de diez horas, pero no mencionó a Cristina Kirchner ni la vinculó con ningún delito o irregularidad. En cambio, sí reconoció que solo auditó la provincia patagónica y sostuvo que los empresarios de la construcción le había asegurado que había arreglos espurios para darle las obras a la empresa de Lázaro Báez, pero los propios empresarios lo negaron.
Esa forma de armar causas desde la Administración de Vialidad Nacional quedó observado por el ya fallecido fiscal Federico Delgado, quien pidió llamarlo a indagatoria en 2020, al investigar cómo se armaron causas penales contra los funcionarios de la gestión kirchnersita de vialidad desde la "Unidad de Ética de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV)" por utilizar mecanismos de expropiación de terrenos, que luego Iguacel aplicó de la misma forma en su gestión.
Entre tarifazos, denuncias y dolarización
Iguacel saltó de Vialidad al Ministerio de Energía para reemplazar a Juan José Aranguren, después de confesar que mantenía su dinero afuera del país en medio de la ola de tarifazos a los servicios de luz, gas y agua. Los tarifazos no se detuvieron con Iguacel, de hecho, su renuncia llegaría en diciembre de 2018, después de anunciar un aumento del 55 por ciento para la luz y 35% para el gas.
Una de las primeras decisiones de Iguacel al frente de la cartera de Energía fue la de dolarizar las tarifas de servicio de gas, al decretar una "compensación la devaluación del peso" para las empresas distribuidoras. Se trató de un aumento retroactivo en la tarifa del gas para asistir a las empresas distribuidoras por el período de abril a septiembre de 2018, costo de que los usuarios se debían hacer cargo en 24 cuotas. Por la decisión, el fiscal Guillermo Marijuan denunció a Iguacel por “abuso de autoridad” e “incumplimiento de deberes de funcionario público” y se presentaron amparos colectivos. Tres días después, el gobierno macrista dio marcha atrás.
Iguacel también quedó investigado por el Poder Judicial por otro beneficio a precio dólar para empresas privadas, otorgado durante su gestión como titular de Vialidad. Se trató de las irregularidades en favor de las concesionarias de los peajes de la Panamericana y el Acceso Oeste, por los cargo de por presunta defraudación al Estado, incumplimiento de los deberes de funcionario público y negociaciones incompatibles con la función pública.
Además de prorrogar las concesiones por diez años sin llamar a licitación, como establecía la ley; la gestión de Iguacel reconoció una deuda de 500 millones de dólares del Estado con las empresas por supuestas inversiones no amortizadas. En ese renovación de contratos estuvo involucrada también una venta de acciones del propio presidente Macri a la empresa Ausol S.A, que se los compró con sobreprecios en la previa del aumento de las tarifas. El Poder Judicial le dictó falta de mérito, pero el gobierno de Alberto Fernández volvió a denunciarlo ante la justicia y avanzó el pedido de nulidad de los contratos.
Otra de las causas por la que se investigó la gestión de Iguacel fue la "venta direccionada y a precio vil de las centrales térmicas Ensenada de Barragán y Brigadier López", en la que se presentó como querellante la empresa Integración Energética Argentina Sociedad Anónima (Ieasa), según la denuncia el Estado perdió 120 millones de dólares en la operación.