En su charla del 15 de mayo de 2021, titulada “La escucha con y sin interpretación”, Jacques-Alain Miller describe la cuestión radical del “combate” de la interpretación. Comienza desde el lugar que se le da a lo que un niño puede decir sobre su sentimiento de no ser un niño o una niña como lo indica su estado civil. Denuncia el desarrollo de una poderosa presión tendiente a prohibir cuestionar los dichos y, a menudo, a poner en marcha rápidamente un proceso hormonal o quirúrgico para ajustar la realidad del cuerpo a lo que puede haber sido declarado por el niño. Y esto se hace en nombre del respeto a la palabra, del derecho a la autodeterminación, del rechazo de la asignación por parte del otro. La medicina científica dispone ahora de los medios para proponer técnicas de intervención que respondan objeti-vamente al malestar (como a un objeto).

Más allá de estas situaciones específicas, J.-A. Miller fustiga la impregnación, en la sociedad, de una ideología que “borra por completo el psicoanálisis, ya que borra toda posibilidad de interpretación”.

Sin embargo, fue precisamente a raíz del descubrimiento de que el ser hablante no conoce los pensamientos que lo guían, que Freud inventó un nuevo modo de lazo social, el psicoanálisis, para develarlos (gracias al instrumento de la interpretación). El misterio de un ser humano es un misterio para ese ser humano mismo. No hay transparencia en uno mismo.

En una fascinante intervención, transmitida por France Culture en diciembre de 1973, Jacques Lacan recordaba que lo real, para el ser hablante, es que se pierde y se confunde en la sexualidad y en el vínculo con el otro en la medida en que también se sexualiza. El sueño de una relación armoniosa entre seres hablantes, entre un ser hablante y el goce que lo habita, se representa incesantemente, masivamente, diversamente, incansablemente... 

Sin embargo, el goce de cada persona permanece siempre singular y es por eso que Lacan enfatiza que el análisis no es una ciencia. No tiene que ver con el individuo como ejemplo del Hombre Universal. Lacan da en el clavo al indicar que “el discurso de la ciencia tiene consecuencias irrespirables para lo que se llama Humanidad”. Y sutilmente, sitúa que “el análisis es el pulmón artificial a través del cual intentamos asegurar qué goce hay que encontrar en el habla para que la historia continúe”. Luego indica que los psicoanalistas deben ser “compensatorios”. En 1973, esta “apuesta”, este “desafío le parecía a Lacan estar “expuesto a los peligros más extremos”.

 

*Psicoanalista. En Psicoanálisis Lacaniano. Blog para la transmisión.