“Tienen cuatro minutos para hablar con la persona que tienen enfrente. La única regla es que sea en inglés”, anunció la Señorita Bimbo, actriz y co conductora del programa Furia bebé en FM Futurock, para dar comienzo al primer bloque del speed dating organizado por el Centro Universitario de Idiomas (CUI) de la UBA en la sede de la calle Junín 224, del barrio porteño de Congreso. El CUI implementó por primera vez esta modalidad de citas múltiples y rotativas en el marco de las actividades extracurriculares que realiza para fomentar la prácticas de idiomas también fuera de las aulas. Mujeres y hombres de distintas edades, algunos alumnos del CUI y otros ex, participaron del encuentro que, aunque estaba previsto para que durara dos horas, se prolongó un largo rato luego de que se fueran los organizadores. “Es una oportunidad para los alumnos del CUI de conocerse entre ellos; en definitiva, la idea de aprender idiomas es esto, comunicarse”, opinó sobre la experiencia el director del CUI, Roberto Villarruel.

Los minutos iniciales parecieron difíciles para los participantes. Las personas sentadas cara a cara en la primera tanda de conversaciones se encontraron con una barrera doble: hablar con un desconocido o desconocida, y tener que hacerlo en otro idioma. Pero después de cuatro minutos acartonados, de risas nerviosas, miradas cómplices y palabras solapadas en castellano para hacerse entender, con la primera rotación las charlas empezaron a fluir. “No va a haber matching ni nada al final. Ustedes arreglan como quieran con quien quieran; le pueden pasar sus contactos de redes sociales, el celular o arreglar para encontrarse en alguna esquina durante el fin de semana”, advirtió Bimbo, coordinadora del evento, que sólo al principio tuvo que oficiar de maestra para retar a los participantes que intentaban presentarse español.

El murmullo fue creciendo a medida que rotaron las parejas. Los cuatro minutos empezaron a quedar cortos y el inglés ya parecía ser una ventaja en lugar de una traba. “Al principio estaba un poco asustada, fue un poco incómodo, pero una vez que vas hablando se pone muy divertido”, opinó Mariana, ex alumna del CUI de 23 años, y contó que era la primera vez que participaba de un Speed Dating. “Es raro también pasar tanto tiempo sin mirar el celular, hace como media hora no lo toco, pero es una situación agradable. Estuvo bueno tener una conversación cara a cara”, agregó luego. Antes de retomar las citas apuntó que los encuentros “serían más incómodo si fueran en español. Al ser en otro idioma te concentrás en hablar bien, en qué y cómo decir las cosas y te olvidás de la vergüenza”. Pablo, de 26 años, tampoco había asistido a citas de este tipo antes. “Es una experiencia interesante. Está bueno tratar de sentirte cómodo hablando con alguien que no conocés y en un idioma que no manejás a la perfección”, señaló, y coincidió con Mariana en que las citas hubieran sido más incómodas en español. “La lengua en la que hablás cambia un poco la manera de pensar. Es una buena de conocer una faceta de uno mientras conocés a otras personas”, reflexionó luego.

La propuesta de organizar un Speed Dating en el CUI fue impulsada en conjunto por el área de comunicación del Centro de idiomas con algunos miembros de Futurock. Según contó Bimbo, ya habían hecho eventos de este tipo en el Club Cultural Matienzo y los resultados fueron muy positivos: “la primera vez fue separado por interés de género, pero la segunda fue mezclado, sin separar. Pasa de todo. Por cómo se dan las relaciones hoy en día, con Tinder como el boliche de la actualidad, se valora mucho la posibilidad de que eso suceda en frente uno del otro”. “Es interesante también porque no están dadas las circunstancias para que la estrategia de levante no sea patriarcal y machista, en donde siempre tenga que ser el varón, por el machismo de todos y todas, el que lo hace, con cierta manera de hacerlo. Acá tiene que ser sentados, que ya implica una gran diferencia con estar parados, y la regla de los minutos obliga a conectar de otra manera en la que no te podés escapar ni hacerte el vivo”, añadió la actriz.

La experiencia en el CUI parecía volverse más exitosa a medida que pasaban los minutos. “Lo veo bien, el entusiasmo es innegable, la gente tiene ganas de hablar y de encontrarse”, opinó Bimbo mientras controlaba el tiempo, aunque dejaba seguir el cronómetro si veía a alguna pareja con potencial. “Además tiene el plus de ser en inglés, lo cual está buenísimo porque hay pocos lugares en donde se puede practicar el idioma; se trata de ser una mejor versión de uno o de una en otro idioma. En un mundo en donde todo es una lejanía por no tener tiempo y por la tecnología, sentarse a hablar cara a cara con alguien, estar cómodo para hablar, siempre es positivo”. 

“Hace tiempo que paralelamente a la enseñanza técnica de idiomas tenemos un área de actividades extracurriculares que complementan la enseñanza”, expresó el director del CUI. Villarruel enumeró, entre ellas, “los clubes de conversación”; “las visitas guiadas a los museos en distintos idiomas, entre ellos a la ex ESMA”; y “los ciclos de cine y de teatro”. “Ya veníamos haciendo encuentros entre los alumnos extranjeros que están estudiando español con los alumnos locales, pero es la primera vez que probamos con el Speed Dating”, dijo sobre la nueva propuesta. Según él la idea “es que los alumnos se conozcan, no necesariamente para levantar; lo enmarcamos en la idea que tiene el CUI de poder establecer lazos de comunicación y poder lograr que los alumnos puedan decir lo que piensan y sienten en otro idioma. En algunos lugares de Buenos Aires ya se hace el Speed Dating, pero nuestra propuesta fue hacerlo en inglés y si funciona lo podemos llevar a otros idiomas”, agregó. 

Pasadas las nueve de la noche, la Srta. Bimbo presentó la última tanda de citas. Una vez concluidos los cuatro minutos finales ningún participante dejó su silla: algunas parejas se plegaron a las conversaciones de otras y se armaron charlas grupales; otras se mantuvieron a dúo. Hubo una sola constante: todos y todas todavía hablaban en inglés.

Informe: Juan Funes.