De los rugidos leoninos contra “la casta” política, el candidato ultraderechista Javier Milei pasó a asumir el rol de "gatito mimoso" -la definición de Myriam Bregman- con los dirigentes del macrismo que él mismo denostó hasta hace poco, para sellar una alianza en busca de votos de cara al balotaje. Ya en las primeras horas de conocerse, el pacto de Milei con el ex presidente Mauricio Macri y la ex candidata Patricia Bullrich desató rechazos y primeras deserciones en La Libertad Avanza, de parte de referentes que ahora acusan al economista ultraliberal de abandonar la prédica de “no transar ni acordar con la casta que tan mal nos dejó en estos 40 años de democracia”.
El mismo domingo, tras salir segundo en las elecciones, Milei pronunció un discurso que tomaba la posta que dejó desierta la derrotada candidata de Juntos por el Cambio: allí, prometió convertirse en “funebrero” para “ponerle la tapa al ataúd al kirchnerismo”. La alianza ya estaba en marcha. Al día siguiente, elogió la tarea como ministra de Seguridad de Bullrich, a quien pocos días antes había acusado de “asesina” y “montonera tira bombas”. Ponderó a otros macristas como Jorge Macri y Rogelio Frigerio. Incluso dijo que la izquierda “es la que más sabe” en temas sociales. Horas después, se cerraba el acuerdo.
El pacto puso a JxC al borde de la fractura y desató la furia entre numerosos libertarios, mientras otros justificaban el golpe de timón y alianza con la “casta”. La interna de La Libertad Avanza había quedado expuesta públicamente el domingo por la noche en medio de acusaciones cruzadas que responsabilizaban a unos y otros por la caída al segundo lugar, tras haber ganado en las PASO. El banquero Juan Nápoli, titular del Banco de Valores, le puso fin a aventura libertaria ese mismo día: "Ya está para mí, hasta acá llegué", dijo el frustrado candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires.
El acuerdo de Milei con Macri espantó a otros. “La motosierra y la bomba, al final se hicieron realidad, rompiendo lo que habíamos construido creyendo en ideas que dejaron atrás abrazándose a lo más rancio de la casta política”, dice la carta que publicó en las redes sociales la electa diputada entrerriana por LLA Liliana Salinas, donde anunció que armará un bloque propio en la legislatura de Entre Ríos. "Vemos con estupor el giro radical de la postura de nuestro candidato presidencial", planteó allí Salinas. "Yo quiero seguir manteniendo las mismas ideas con las que entré. (...) Vamos a respetar lo que Javier diga, pero no vamos a estar acompañando en la militancia y no vamos a estar haciendo campaña", añadió luego.
La diputada santafesina Amalia Granata, que se arrimó a Milei durante la campaña, estalló contra el libertario en las redes: “¿Pero si dijo que ponía bombas en los jardines de infantes y que era una asesina? ¿Y ella le inició una acción penal?”, posteó en Instagram en respuesta al acuerdo con Bullrich. Más tarde, profundizó su decepción: "Esto de Javier dándose vuelta como un panqueque me duele, me entristece, pensamos que era algo diferente y terminó siendo más de lo mismo, la misma casta o peor de la que él renegó en su corta carrera política", dijo. "Yo me voy a mantener digna con mis ideales y si se quiere estrellar en el balotaje, que se estrelle", agregó.
En el entorno más íntimo de Milei, todas fueron justificaciones. "Los argentinos de bien estamos más unidos que nunca. Compartimos el sueño de una Argentina Grande sin mafias, sin corruptos, una Argentina Libre para siempre" celebró la candidata a vice, Victoria Villarruel. Diana Mondino, propuesta por Milei como su futura canciller, señaló que "el gesto de grandeza de Patricia es histórico y no será olvidado".
“Estamos contentos con el apoyo de Bullrich”, dijo Guillermo Francos, virtual ministro del Interior de Milei. El exfuncionario del BID ofició de vocero del encuentro del candidato de la LLA con su tropa legislativa, del que fueron parte Lilia Lemoine, Ricardo Bussi y Juliana Santillán, entre otros. “Cada uno contó la situación en sus distritos durante la reunión”, explicó Francos y buscó poner paños fríos sobre las reacciones internas tras el acuerdo con Macri y Bullrich.