“Fue una sorpresa la magnitud del arancel. Sabíamos que iba a haber un arancel preliminar y luego, una negociación entre privados, pero este arancel, al ser tan alto, no incentiva al sector privado americano a sentarse a discutir. Pensábamos que iba a estar en alrededor de 23 por ciento”, aseguró ayer el ministro de Producción, Francisco Cabrera, al ser consultado sobre las barreras que aplicó Estados Unidos al biodiesel argentino. Pese a ello, el funcionario sorprendió al ver el vaso medio lleno. “Por la magnitud que tuvo, la medida ha puesto a la política de Estados Unidos en una posición de offside con la Argentina y quedamos en mejores condiciones para negociar otras cosas”, agregó. La esperanza es lo último que se pierde.