"Tengo fama ahí fuera de popero, de pussy, pero saco medio tema y los haters se vuelven groupies", tiraba Recycled J hace un par de años, en una de sus habituales colaboraciones con Natos y Waor, y cada palabra era contrastable con la realidad. Jorge, el ex Cool, el actual Recycled J, siempre lo tuvo claro: no le interesaba la caja chica de resonancia del rap, sino usar las palabras a su modo dentro de canciones que lo hicieran vibrar. Con un estilo libre, claro. "Recycled J es... es...", se cuelga. "Es distinto."

"Desde mis inicios traté de hacer cosas que se salieran un poco de lo común, por el tipo de rap que escuchaba y por las influencias que podía tener del pop, del rock y la electrónica. Siempre traté de tener un factor diferencial en mi estilo", refrenda ahora, a días de tener su debut en Argentina: este domingo 29 toca en Humboldt (Niceto Lado B) para presentar su nuevo disco, Casanova.

Claro que es un disco sobre el amor, pero a su modo. "Trata sobre el amor y la figura del casanova, pero no solo de esa forma. Es un disco donde he tratado de rebuscar en mis sentimientos, mi pasado, mi futuro y mi presente, los términos generales del amor: no solo de una pareja sino la familia, los que ya no están. Y el propio amor a la música, esa pasión."

Jorge (por entonces Cool), Fer (Waor) y Gonzalo (Natos) arrancaron a moverse en público y alrededor de la música con el freestyle, en esa escena montada por una camada de pibes marcados por la poscrisis. A tal punto que los tres armaron un grupo intermitente y lo bautizaron Hijos de la Ruina, justamente. "Hace años que no estoy activo en el freestyle ni lo sigo mucho, pero tengo grandes amigos de la escena que siguen dedicándose a eso", señala.

Sobre Hijos de la Ruina, Jorge apunta: "Para mí son mis inicios y la gran amistad que tengo con ellos, son mi familia. Es lo que construimos hace unos cuantos años, y me enorgullece mucho saber que grandes artistas del país aprecian lo que hicimos en su momento, y que hasta les ha servido de inspiración. Es un honor". Más allá de que el combo saca discos de forma esporádica, Recycled J, Natos y Waor colaboran a menudo. De hecho, Jorge es el único invitado de Luna llena, el último disco del dúo que hace semanas tocó en Groove, y el único que ha estado en todos sus discos.

La junta viene de hace más de una década, del fondo juvenil madrileño, donde el freestyle, el reviente de la electrónica y los festipunks clandestinos alimentaron a una generación demasiado movilizada como para quedarse mucho tiempo en internet. Insólitamente, aunque sacaron tres discos y realizaron una exitosa gira por España en 2022, HDLR nunca salió de los límites de su país para tocar. Por pocos días de diferencia, tampoco ocurrió acá. "Es algo que seguramente haremos el día de mañana, y en el caso de que hagamos una gira por Latinoamérica obviamente Argentina será una de las paradas principales."

"No giro en su rueda, corro detrás del queso. Soy de carne y hueso, adrenalina y excesos", canta Jorge en una de sus colaboraciones más recordadas, Nosotros. "Construimos nuestro imperio de cartón, no nos ronca ni Dios: somos hijos de la ruina, cabrón", firma al final de su entrada, pero no todo es un ambiente posapocalíptico: Oro rosa (2017) y City pop (2019), sus discos previos como solista, presentan un viaje totalmente distinto, con más celebración que resistencia y un tono relajado, confiado, que le da aire para jugar con otros sonidos.

Casanova es la consagración de ese camino, un disco donde destaca con la escritura de canciones, la factura de melodías y el uso de palabras. "Distinto", sí, como él dice, a los sonidos más generalistas y despersonalizados de una escena pop urbana de la que, por otro lado, Recycled J no tiene ningún problema en pertenecer. Total, le da la percha.

Los puntos de contacto con lo que pasa de este lado son muchos: el background del freestyle; la explosión de una escena que se acomodó en el centro del pop, ganando volumen pero perdiendo carácter; la manifestación de la música como forma de escape del hambre, de la ruina, del aburrimiento, de las crisis. "Empecé a conocer a los chicos de Argentina cuando estaban con todo esto del Quinto Escalón. Después, aquí pude cruzar a Duki, a Khea, a Neo Pistea. Es lindo ver cómo esa gente que conocí hace años ahora son superestrellas, y han tenido un impacto increíble en España."

¿Y cómo ve Jorge la escena independiente española hoy? "Es un gran momento porque hay muchos artistas masculinos y femeninos que están aportando gran calidad y que enriquecen la escena en todos los aspectos. Y , además, tienen muchas posibilidades. Cuando empezamos no existía ni Spotify y ahora en cambio son las propias plataformas las que buscan artistas y movimientos para potenciar." Al final, así como intenta Jorge Escorial Moreno, todo puede ser "distinto".


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