Horacio Rodríguez Larreta comenzó a despedirse de su cargo como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Va a ser el primer jefe de gobierno desde 1996 que no licitó un nuevo kilómetro de subte: su política de transporte consistió en promover el uso de bicicletas y extender las ciclovías y bicisendas a 300 km en la Ciudad. Menos del 5 por ciento de la población usa la bicicleta como medio de transporte, cuando el subte lo usa el 25 por ciento de los ciudadanos. El Metrobús es un ordenador del tránsito, pero no permite mayor movilidad.

Larreta se niega a que le trasladen el control y la fiscalización de las 32 líneas de colectivos cuyo recorrido se inicia y finaliza en la Ciudad. Se niega a asumir los 16.000 millones de pesos de subsidios correspondientes para mantener el acutal costo del boleto. Esa cifra representa el 0,0001 por ciento del holgado presupuesto de la Ciudad.

Cuando tuvo que conformarse con la coparticipación que históricamente le tocó a la Ciudad, y no tener los recursos extra que recibió de regalo cuando Mauricio Macri era presidente, Larreta los reemplazó con un nuevo impuesto, el 1,2 por ciento del impuesto de sellos por los consumos con tarjetas de crédito y otro impuesto a bancos. El que promete bajar impuestos los aumenta todos los años actualizando por inflación o porcentajes muy superiores de A.B.L., Patentes, VTV, multas, peajes de autopistas, boleto de subte, estacionamiento. El impuestazo es una constante en CABA, aún cuando tiene un presupuesto per cápita cuatro veces superior a la Ciudad de Córdoba y cinco veces superior a Santa Fe.

En el area educativa Larreta afirma tener un "compromiso ineludible". Sin embargo, no cumplió con la promesa de construir cien escuelas en ocho años. Pero, además, los números no mienten, y entre 2016 y 2022 (gobierno de Larreta en la Ciudad) el presupuesto del Ministerio de Educación porteño disminuyó en valores reales un 19,5 por ciento. Eso produce, entre otros problemas, la falta de casi 4 mil vacantes en jardines infantiles y deficiencias en la infraestructura escolar cuyo presupuesto disminuyó un 57 por ciento entre el 2018 y el 2022.

Larreta dice que la Ciudad es la más segura del país, pero sin embargo su ex Ministro de Seguridad estuvo más de dos meses de “licencia” producto de contubernios y pactos secretos con jueces y fiscales sin que nadie de una explicación sensata al respecto, ni que se presente en la justicia para ponerse a disposición. Durante todo ese tiempo, la ciudad estuvo sin ministro de Seguridad.

Olvidó explicar cuál es concepto de federalismo y el marco de respeto hacia las provincias, cuando en ocho años no trasladó ninguna de las competencias exclusivas que, por ley, le corresponden a las Comunas de la Ciudad. La oposición en las Comunas apenas si cuenta con un escritorio y una silla para trabajar.

En los hospitales públicos de la Ciudad, donde acuden menos del 20 por ciento de la población, faltan insumos, se cierran guardias y la infraestructura de los edificios se deteriora.

Durante ocho años, Larreta mantuvo el negocio de las grúas y acarreo por el que recaudaba millones, aumentaba las tarifas, pero cobraba 55.000 pesos de canon a las empresas (Dakota, por ejemplo) amigas y relacionadas con su ex ministro de Seguridad que explotaban el servicio durante más de 15 años.

Nunca estuvo del lado de inquilinos e inquilinas, que son el 40 por ciento de quienes habitan la Ciudad y sufren actualizaciones e incumplimientos por parte de las inmobiliarias. Esta realidad desnuda otra: no hay política de vivienda en la Ciudad, mientras que la Nación cumplirá con el objetivo de entregar 85 viviendas por día.

En la Ciudad de Buenos Aires se votan excepciones y se cambia el Código de Planeamiento para favorecer la construcción de grandes torres; millones de metros cuadrados de cemento sin control, sin planificación urbanística, solo pensando en el negocio de la renta inmobiliaria se construyeron en la Ciudad, en desmedro de espacios verdes y públicos.

En la Ciudad de Larreta es cotidiano ver romper veredas; al año volver a cambiarlas, pintarlas de un color, de otro, agregar macetas, sacar macetas, incorporar colores con nuevas instrucciones para circular el tránsito, sacar colores, cambiar colores. En la Ciudad de Larreta “hacer como qué” es una constante.

Larreta: falsa palabra

*Docente de Economía UBA y U.N. La Matanza