El gobierno de Alberto Fernández comenzó con la intención de poner foco en el hambre de las y los argentinos. Implementó la Tarjeta Alimentar como un refuerzo a las familias más pobres y convocó a una Mesa del Hambre, con un arco diverso de actores que incluyeron figuras rutilantes como Marcelo Tinelli. Sin embargo, esa iniciativa quedó solo en intenciones, ya que la inflación da por tierra cualquier política de ingresos.
En la última reunión de la Mesa del Hambre, en mayo de 2021, el secretario general de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro, aseguró: “Nosotros vemos que nos vamos a encontrar saliendo de la pandemia con un proceso de mayor concentración económica. Entonces, cada vez que el gobierno toma una medida para mejorar las condiciones de vida de los más humildes, se la come el aumento de los alimentos. Eso es como un perro que se quiere morder la cola, es muy desgastante, una pelea inconmensurable. Le exigimos, si quieren le pedimos, a los sectores que más concentran la economía, que definen el precio de los alimentos que consumen los sectores más pobres de la Argentina, que tengan un poco de sensibilidad”.
“Estamos en una situación muy complicada con respecto a la soberanía alimentaria de nuestro país por varios factores, entre ellos la especulación que tiene que ver con el aumento de los precios. Somos un país productor de alimentos y hay gente que tiene hambre, esas dos cosas no deberían ser compatibles entre si. Tenemos que pensar políticas de gobierno que lleven a garantizar el plato de comida para todos los argentinos y argentinas”, complementó Josefina Galán, coordinadora de Comercialización Nacional de la Unión de Trabajadoras de la Tierra (UTT).
Una salida agroecológica
Mientras el 31,4 por ciento de la niñez y la adolescencia argentina come menos de lo que necesita y el 12,3 por ciento sufre hambre (datos de la Universidad Católica Argentina al último semestre del año pasado, que hoy se han profundizado), el último Censo Agropecuario Nacional de 2018 elaborado por el Indec mostraba que en quince años se perdieron un 25 por ciento de unidades productivas de alimento (proceso que también se ha profundizado).
Mientras los alimentos siguen estando al tope de los aumentos de precios según el Indec, los estudios del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) vienen demostrando que en las comercializadoras de la Economía Social, Solidaria y Popular, este aumento fue mucho menor pese a la falta de políticas públicas, la concentración de tierras, el aumento de los insumos dolarizados, y otros problemas que enfrentan los pequeños y medianos productores.
“Hace muchos años que venimos instalando de que hay un sector en la Argentina que produce el alimento para los argentinos y argentinas, de manera agroecológica y defendiendo el derecho a la tierra y el agua, y creando redes de comercialización directa a los consumidores. Tenemos una propuesta de Ley de Acceso a la Tierra, que es el principal problema que tiene nuestro sector. Más del 70 por ciento de los pequeños productores alquilamos la tierra”, cuenta Lucas Tedesco, de la UTT, que nuclea 25 mil familias productoras de todo el país y es parte de la Mesa Agroalimentaria Argentina.
Cuando en 2019 el Frente de Todos llegó al gobierno, las organizaciones campesinas, indígenas y de pequeños y medianos productores de alimento, le presentaron un plan Agrario, Soberano y Popular, elaborado en un foro conjunto en mayo de ese mismo año. Bajo el lema “el campo que alimenta y construye soberanía alimentaria”, sus propuestas tienen que ver con algunos de los problemas que más afectan a los argentinos: la inflación y el hambre.
Propuestas que ya existen
“En estas elecciones hay varios modelos de país en juego y no hay políticas reales para el acceso al alimento, o al menos no están en la campaña. Nosotras somos familias productoras de alimentos y nos encontramos con cientos de miles de dificultades para seguir trabajando y produciendo. Los insumos para la producción están dolarizados, eso no hace mas que empujar el precio de los alimentos”, comenta Josefina.
Y agrega: “Nosotras estamos proponiendo lo contrario a la dolarización, porque ya vivimos en el día a día que es imposible para nosotras seguir trabajando en un modelo anclado al dólar. Por eso estamos pensando en un modelo agroecológico, de soberanía alimentaria, donde los insumos sean producidos por las mismas familias productoras, insumos agroecológicos que les permitan no tener que caer en las semillerías donde todo está dolarizado”
El jueves 26 de octubre, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT), realizó un acampe al costado de la autopista Panamericana a la altura del Río Luján, exigiendo tierras para producir alimentos sanos. Estuvo acompañado de un verdurazo, donde se entregaron 15 mil kilos de verduras. Visibilizando la urgente necesidad de acceso a la tierra por parte de los pequeños productores que todos los días producen alimentos.
Nahuel Levaggi, referente de UTT, destaca: “El 60 por ciento de los alimentos frescos que se consumen en las mesas argentinas, son producidos por las familias pequeñas productoras, pero el 75 por ciento no son dueñas de las tierras en las que trabajan. Desde hace años demandamos políticas públicas claras y concretas para el sector de los pequeños productores”.
*Licenciado en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y master en Periodismo de la Universidad del País Vasco.