Un 40% al menos deberían reintegrar las empresas, de los gastos por contratación de jardín de infantes a madres de niñxs menores de 3 años, derecho que por estos días repone su urgencia en la agenda política, para acelerar la plena aplicación de la nueva reglamentación del artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo, “que obliga a empleadores de establecimientos laborales de más de 100 personas a destinar recursos para el cuidado de las y los hijos de quienes trabajan, que no estén dentro de la educación obligatoria (45 días a 3 años inclusive)”, precisa el informe “Un horizonte de trabajo diferente”, del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), de la CTA, que también analiza la problemática de los cuidados en el universo del trabajo informal y de las trabajadoras de casas particulares.
El trabajo de Cifra-CTA propone “encontrar puntos de acuerdo para así contribuir a la discusión sobre cómo construir un horizonte de trabajo diferente”, frente a un malestar social que, sostiene, exige un abordaje completo desde las políticas públicas. “El resultado de las elecciones primarias en nuestro país expresó un agudo malestar que es, en parte, un malestar laboral”, subraya. “Irrumpió bajo la idea de que esa situación se resuelve con motosierra, dinamita y estallidos. El problema es que ese tipo de recetas nos llevarían a un escenario muchísimo peor que el actual.”
En este marco, constituir ámbitos de cuidados en los establecimientos, asegurar espacios cercanos o el reintegro del 40% para contratar jardines de infantes son herramientas disponibles y efectivas, que colaboran a achicar las brechas de género laboral. Pero además, “la normativa no sólo apunta a asegurar la inclusión de una población que suele quedar fuera de la participación laboral -las madres de niños menores de 3 años-, sino que cumple múltiples objetivos: incluir a los trabajadores varones en los derechos laborales de cuidado, incentivar el registro de las trabajadoras de casas particulares y ampliar la infraestructura de cuidado infantil”.
Y más importante aún, señala el informe, la norma “plantea que el sector privado empleador también tiene un rol (y debe hacer un aporte) para una organización del cuidado más justa. Eliminar las desigualdades en las tareas de cuidado es condición necesaria pero no suficiente para asegurar el cierre de las brechas”. En el camino de la igualdad de género se ha avanzado mucho, pero falta más”, concluye. “Reducir plenamente la brecha de género en la participación laboral y en los ingresos ocupacionales no sólo es una deuda pendiente sino también una estrategia necesaria para disminuir la pobreza y la informalidad en Argentina.”