Las fiscales que investigan el crimen de Anahí Benítez, la adolescente que fue encontrada asesinada en la reserva ecológica Santa Catalina, en Lomas de Zamora, solicitaron hoy la prisión preventiva para los detenidos Marcos Bazán y Marcelo Villalba, por los delitos de “homicidio calificado criminis causa por alevosía y por violencia de género y privación ilegal de la libertad”. Villalba además fue imputado por “abuso sexual agravado” y el “robo” del celular, informaron fuentes judiciales.
El pedido de las fiscales Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, a cargo de la causa, llegó luego de los resultados de los estudios forenses, que indicaron que la joven tenía en el estómago altas dosis de Diazepam, un ansiolítico que puede inhibir la actividad física y producir un letargo en la reacción. Las pericias también confirmaron la presencia del ADN de Villalba en el cadáver de Anahí, aunque el procesado se negó a declarar y sólo manifestó: “Yo estuve con una persona”.
El Diazepam es un ansiolítico derivado de la benzodiazepina, que cumple funciones de miorrelajante y anticonvulsivante, pero que en altas dosis puede actuar como sedante, ya que produce una inhibición en la actividad física y un letargo que incide en el tiempo de reacción. La pericia también confirmó la “congestión de flujo en planos musculares producto de una vulvitis”, lo que es compatible con actividad sexual reciente. A raíz de este resultado, los peritos señalaron que el abuso sexual se podría haber cometido sin mediar violencia física por el estado de sedación al que habría sido sometida Anahí.
Esto último complicó aún más la situación procesal de Villalba y su acusación pasó de “encubrimiento” a la de “privación ilegal de la libertad, abuso sexual agravado y homicidio agravado”.
En cuanto al segundo detenido en la causa, Marcos Esteban Bazán, los investigadores creen que la joven estuvo cautiva en su casa, antes de ser asesinada y arrojado su cadáver en la Reserva Natural Santa Catalina, de Parque Barón. Bazán se declaró inocente en dos oportunidades.
El primer apresado por el crimen de Anahí había sido el profesor Leonardo Agostino, quien fue liberado por “falta de mérito” tras declarar ante la fiscal Pérez, aunque siguió bajo investigación. Villalba, en tanto, fue detenido el 16 de agosto acusado de “encubrimiento agravado” luego de que los investigadores determinaran que había tenido en su poder el celular Samsung Core de la adolescente asesinada.