"¿Quién manda sobre mí hoy: (Pablo) Cococcioni o un juez?", preguntó Ariel "Guille" Cantero sobre el poder de decisión que tiene el director del Servicio Penitenciario en cuanto a su situación de detención. Es que ayer fue protagonista de una audiencia de habeas corpus en la que pidió ser trasladado a un pabellón común en la cárcel de Coronda. En la misma situación está su cómplice Emanuel Chamorro, con quien comparte un pabellón de 1,20 por 6 metros, aunque con celdas separadas. El pedido tiene que ver con que cesen las medidas de seguridad que consideran extremas, porque ‑según dicen‑ ni siquiera les permiten salir al patio, como al resto de los presos. Lo que denunciaron es que están en condiciones "inhumanas". La fiscalía estuvo de acuerdo con que se tengan en cuenta cuestiones de dignidad y salud, pero pidió que no se descuide la seguridad. El juez Julio Kesuani resolverá el planteo esta semana, luego de consultar al Servicio Penitenciario sobre las condiciones para un eventual traslado a otro pabellón.

Desde que regresaron de sus detenciones en el sur (Guille, en Rawson; y Chamorro, en Neuquén), en noviembre de 2016, los acusados de formar parte del clan Cantero -y de continuar con el negocio del narcotráfico desde la cárcel, según la causa que tramita en la Justicia Federal- pasan sus días encerrados en una celda pequeña, con medidas de seguridad "extremas", a diferencia de otros presos. Varias veces sus abogados pidieron audiencia y la modificación de las condiciones de detención.

Días atrás, de su puño y letra, Guille hizo una presentación por escrito con una descripción de sus días en el penal. Habló del tamaño de su celda, y mencionó que sale al patio una hora, una vez por semana. Para los abogados defensores, se trata de un "capricho" del Servicio Penitenciario.

En ese contexto, de manera irónica, Guille le preguntó ayer al juez Kesuani -durante una audiencia cerrada y fuertemente custodiada- si la decisión sobre sus condiciones de detención estaba a cargo del director del SP, Cococcioni, o de un juez. Kesuani le respondió que él era quien debía decidir, y adelantó que se tomará un par de días para resolver la cuestión.

La situación de Chamorro también es delicada en cuanto a la salud. Durante su estadía en Neuquén fue apuñalado y estuvo internado con riesgo perder la vida. Sin embargo, ayer relató que el médico del penal apenas le levanta la remera y aseguró que no siguió ningún tratamiento pese a que tuvo cinco paros cardíacos como consecuencia del ataque.

Mientras espera la resolución de Kesuani, Guille volverá hoy al Tribunal, donde sus abogados apelarán la nueva prórroga en la prisión preventiva previa al juicio oral y público, en el que estará sentado con su padre y su hermano de crianza, Ramón "Monchi" Machuca, además de una veintena de sindicados miembros de la banda.

Guille no solo afronta la causa por asociación ilícita sino que también irá a juicio como autor material de la muerte del bolichero Diego Demarre, dueño del local nocturno en el que fue asesinado su hermano Claudio "Pájaro" Cantero. En tanto, semanas atrás, también fue enviado a juicio, acusado de amenazar al juez Edgardo Fertitta, desde el penal de Rawson y el fiscal Fernando Dalmau pidió pena de 7 años y medio por ese hecho. También fue procesado en por la Justicia Federal.