En Benarés (BlueArt Records), Carlos Casazza quinteto sumerge la escucha en una experiencia de rasgos amables e imprevisibles. El concepto que atraviesa al nuevo disco del guitarrista es consecuente con su manera de habitar la música: un mundo donde se elige escuchar al otro. En ese sostén aparecen momentos de sensibilidad compartida y otros que parecen quietos, que alumbran de modos siempre distintos. Una belleza, porque es un diálogo de sonidos, donde comunican los colores, las texturas, los matices. Junto al grupo que integran Ernesto Jodos en piano, Inti Sabev en clarinete, Mauricio Dawid en contrabajo y Carto Brandán en batería, Carlos Casazza presenta Benarés hoy a las 19.30 en Biblioteca Argentina (Roca 731), con entrada libre y gratuita.

En esta ocasión, el músico reincide en la formación del quinteto, pero a diferencia de su trabajo anterior (Carlos Casazza Quinteto, 2019, BlueArt), “ahora hay piano y guitarra eléctrica, a la que hacía muchos años que no visitaba. Es distinto del disco anterior, es otro proyecto y otra música también. Veníamos tocando desde hace casi un año, y ya era momento de hacer un disco. Con quienes conforman el quinteto vengo trabajando en distintos proyectos, han sido parte también del cuarteto o del quinteto anterior. En todo caso, yo voy viendo quÉ va pasando con el material”, señala el rosarino Casazza a Rosario/12.

“En este sentido, esta vez no he compuesto estrictamente para la formación, algo que sí hice en otras oportunidades, como en el caso del cuarteto, donde a partir de una idea, luego compuse para esa formación y para esos músicos; pero esta vez, fue el material el que se fue abriendo paso, por sí solo. Así que en eso me basé. Y, por otro lado, tenía ganas de volver a grabar con la guitarra eléctrica”, continúa.

Benarés reúne nueve composiciones, cuya escucha son también la respuesta a estas ganas de volver a la guitarra eléctrica: “Todavía estoy en proceso (risas), porque la pregunta es: ¿qué puedo hacer yo con mi forma de tocar con una guitarra eléctrica? Es algo que tengo que ir averiguando. Acá ya hay tomada cierta decisión, ahora veré qué pasa en el futuro. Pero insisto en este estar averiguando qué es lo que puedo hacer con la guitarra eléctrica desde mi manera de tocar, y cómo me puedo insertar en un grupo”.

-De acuerdo con lo que señalabas, fue el material el que indicó el camino a seguir, ¿cómo fue la relación musical con el grupo?

-En ese sentido, yo no tengo mayores problemas, y me gusta la influencia que puedan tener los músicos respecto del material; no solo desde sus opiniones, sino desde sus formas de verlo. Tenemos muchos años juntos. Y aun cuando yo tengo que definir un poco el esquema general, me gusta que todos se metan a tomar decisiones. Es así y no es la primera vez que me pasa, no tengo problemas con eso. Por eso, siempre bromeamos y decimos que mi liderazgo dura entre 10 y 12 minutos, después ya lo perdí (risas). Y sucede también con la idea general, porque en un punto todos ofician de productores artísticos. Esta música es así, es un poco de composición pero también es un escenario de improvisación, que tiene que funcionar como tal. Acepto de buen grado las influencias, porque me gusta jugar ese juego, con cómo ellos van viendo las cosas y qué decisiones se toman.

-Hay momentos, y pienso particularmente en “Being earnest”, donde uno no sabe hacia dónde se orientará la música; y es apasionante.

-El disco es bastante homogéneo desde el punto de vista del lenguaje armónico y el lenguaje melódico, pero a su vez hay cierta paradoja, porque cada tema es un escenario bastante autónomo. Para mí se dan las dos cosas en este disco, pero por supuesto es algo que averigüé cuando lo terminé, no fue un plan previo. Inclusive hay dos temas que están relacionados con trabajos que hice para cine y teatro. Los perros del viento fue para la película de Hugo Grosso con Luis Machín; y El amante de China del Norte para una obra de teatro de Rodolfo Pacheco. No se trata de la música de escena, sino que son las resonancias de esos trabajos, que luego volvieron a mí, por decirlo de alguna manera, y en la forma de dos temas concretos.