El tandilense Juan Martín del Potro escribió anoche una nueva página de gloria en su carrera al superar al austríaco Dominic Thiem por 1-6, 2-6, 6-1, 7-6 (1) y 6-4, y avanzó a los cuartos de final del Abierto de los Estados Unidos.
Pese a estar afectado por un estado febril que casi lo hace abandonar en los primeros tramos del encuentro, Del Potro dejó el corazón en la cancha y batalló con hidalguía para imponerse en tres horas y 34 minutos, tras levantar dos match points. En la próxima instancia del certamen, la Torre se medirá con el suizo Roger Federer, que venció al alemán Philipp Kohlschreiber por 6-4, 6-2 y 7-5.
De movida nomás se pudo apreciar que Del Potro no estaba en condiciones físicas óptimas. El austríaco le quebró el saque en el segundo y el cuarto game y en 23 minutos ya ganaba 5-0. Recién ahí el tandilense logró el primer game con su saque para luego perder el set por 6-1 en el siguiente juego, al cabo de 36 minutos. No parecía en condiciones de seguir. Sin embargo, Del Potro insistió, tal vez para no decepcionar al público que se había dado cita en el Granstand. Pero, más allá de sus ganas, no podía.
En apenas 16 minutos del segundo set ya estaba perdiendo 4-0, sin pegar ningún winner ni mostrar algún tipo de respuesta. Y si bien logró ganar su saque en el game siguiente, el parcial no duró mucho más. Thiem le puso su sello al segundo set con un contundente 6-2, al cabo de 37 minutos, y el partido parecía liquidado. Sin embargo, Del Potro no pensaba lo mismo.
Arrancó el tercer parcial ganando 3-0, aprovechando en buena medida una gran cantidad de errores no forzados cometidos por un relajado Thiem, y puso todo para quedarse con el set por 6-1, en 31 minutos.
Y en el cuarto parcial, alentado por la gran cantidad de argentinos presentes, el tandilense empezó a escribir otra página de gloria en su carrera tenística. Levantó un 2-5 desfavorable para igualar en 5, superó dos match points con sendos aces en el duodécimo game, y forzó el tie break, que ganó 7-1 ante un público que explotó en cada pelota.
Dejando el alma en cada tiro, Del Potro siguió jugando en un gran nivel en el set decisivo, algo que parecía imposible al inicio del partido. La fiebre estaba en el olvido.
Tuvo su primera gran chance cuando ganaba 3-2 y Thiem sacaba 0-40, pero desperdició esos tres breaks para sacar un quiebre de diferencia en un momento clave. Pero se recuperó con su saque y siguió pegando con toda su potencia y peleando cada punto. Y cuando el reloj marcaba poco más de tres horas y media de juego, se llevó el partido capitalizando una doble falta de su rival.