Pablo Ferrarotti salió de su casa para reunirse en Diagonal Norte, el punto de encuentro con sus hermanos sikuris. Es músico, integra varias agrupaciones de pueblos originarios, desde chico cuida las plantas, la tierra, los animales y vive enamorándose de la naturaleza que, dice, está visible para todos. El viernes fue a la marcha convencido de que el reclamo no sólo era por Santiago Maldonado sino para reivindicar la lucha del pueblo mapuche. Le pegaron dos tiros de balas de goma en lo que describe como una cacería. Lo subieron a un camión celular y sólo reaccionó horas después cuando estaba dentro de la comisaría y escuchó los sikus de su gente, su música desde afuera de la comisaría de Saavedra.
–¿Que pasó?
–Lo que le sucedió a muchos. Estábamos ahí y de repente viene la policía. Se escuchan los disparos. Empiezan a amedrentar y disparar con balas de goma. Yo estaba en avenida de Mayo y Perú con unos amigos tocando el siku. Vienen los patrulleros, me dispararon. Tengo dos heridas de balas de goma. Nos metieron adentro del celular. Y nos llevaron a la Comuna 12. Al principio no entendíamos nada porque estábamos incomunicados. Pasamos horas tensas. Así, pasaron los días hasta que nos trasladaron a Comodoro Py. Tampoco podíamos hablar, nos pedían que pongamos las huellas digitales. Por suerte hubo gente que estuvo afuera. Estuvieron mis hermanos, mis compañeros sikuris. El sábado estaba tirado, y cuando escuché de fondo ruido de sikus me volvió el alma al cuerpo.
–¿Cómo fue en la comisaría?
–Hubo otros chicos a los que les desnudaron y les sacaron fotos con todos los tatuajes. Vos, le decían, tenés cara de chorro, de malandra, cosas así. Particularmente yo estuve bien. Me dijeron que me desnude, pero de rutina para ver si tenía golpes, moretones, o tenía algo. Fue largo. En Lugano nos dieron vueltas. Perdieron los antecedentes en Comodoro Py, y tuvieron que volver a buscarlos. Estuvimos desde las once de la noche hasta las cinco de la mañana, después salimos y estaba mi compañera y mis hermanos sikuris.
–¿Cómo fue su participación en la marcha?
–Soy músico. Fui con ellos. Integro varias agrupaciones de sikuris, de los pueblos originarios. Las agrupaciones de sikuris siempre vamos cuando hay una marcha por los pueblos originarios. Desconcentramos un rato antes de los incidentes. Eramos un bloque pero nos separamos porque no podíamos entrar. Fue cerca de la Iglesia, me parece. Yo me fui a comprar algo para comer y cuando vuelvo no los encontré mas, había mucha gente y ya me estaba volviendo. Había chicos, mujeres, todo re-tranquilo. Y de pronto, ruidos y ruidos que venían de Plaza de Mayo y chicos que venían corriendo. Motos. Empezamos a irnos y empezaron los tiros. Estaban sacados. Como hablamos con los compañeros: parecía una cacería. En mi caso, me alcanzaron los disparos. Me tiraron al piso. Sentí ardor. Yo pensé que no salíamos más. Muchas cosas se me pasaron en la cabeza. Pero lo mas impactante era dormir y despertarte y estar en cerrado en ese lugar es re-chocante con una luz prendida todo el tiempo que te mira. Un colchón que era un desastre. Al principio no querías ni acostarte y después no te queda otra, pero lo ves lleno de sangre, manchado, con mugre, con una frazada que daba lástima, con más polillas que frazada.