Juan José "Tuerca" Massón, un hombre de 40 años domiciliado en barrio Ludueña y dedicado a la distribución de bolsas de polietileno junto a su padre, quedó ayer en prisión preventiva por el plazo de ley, acusado del crimen de Ivana Garcilazo, la joven hincha de Rosario Central que fue atacada con piedras en Ovidio Lagos y Montevideo, el 30 de setiembre último, después de disputarse el clásico rosarino. El fiscal Gastón Ávila destacó que la jueza de la causa, Melania Carrara, "resolvió aceptar la calificación legal del hecho que la Fiscalía atribuyó, 'homicidio agravado por la ley de espectáculos deportivos' con prisión preventiva por el plazo de la ley (dos años) e hizo lugar a todas las pretensiones" que manifestaron en la audiencia. Por este hecho ya está detenido el profesor de educación física Ariel Cabrera y sigue prófugo Damián Reifenstuel, a quien Interpol busca en Bolivia, donde pudo haber escapado.

En la audiencia, Ávila argumentó la mala fe exhibida por el detenido al tratar de burlar la acción de la justicia ya que "en los últimos cinco años usaba barba larga, se presentó en la sede de la AIC (Agencia de Investigación Criminal) con la barba afeitada al ras y pidió una rueda de reconocimiento de personas".

"Claramente, una persona que usa barba larga hace cinco años y se presenta con la barba afeitada al ras y pide una rueda de reconocimiento de personas intenta realizar una maniobra distractiva o de engaño, así que esa medida no será realizada", dijo el representante del Ministerio Público tras la audiencia para justificar su negativa a la misma.

En la audiencia se pudo conocer el relato de una testigo que aseguró ver en Ovidio Lagos y Montevideo "que había tres personas del lado derecho, mirando para el lado del parque, parados en la esquina con piedras en la mano". El relato sigue: "Creo que dos, porque no llego a ver bien, (están) con los brazos preparados esperando al primero que pase para tirar, cuando da el (semáforo) verde lanzan las piedras hacia la gente, que no sé que eran pero eran bastante grandes, tipo el tamaño de un ladrillo. Adelante nuestro iba esta chica, en la moto y veo que una piedra la impacta en el parietal derecho de la cabeza y ahí se va con la moto para el lado de vereda y me la quedé mirando, se va para el carril izquierdo contra el cordón y cae desplomada en la vereda".

La mujer, que aseguró que circulaba en un vehículo junto a su familia, por Lagos al sur,  describió también la escena repetida: que dos de los agresores se fueron hacia avenida Francia, y el restante hacia Callao. 

Durante el trámite de la misma audiencia también se pudo conocer el relato de otro testigo, comerciante del barrio Agote, que circunstancialmente vio el clásico por televisión junto a los tres acusados, en una propiedad del hermano del ahora preso, en Catamarca al 3400. "Miramos el partido, tomaron alcohol, fumaron flores, tomaron cocaína todo el partido, todo el tiempo. Yo tomé solo un poco de gin con coca cola zero, pero no me drogo. Cuando terminó el partido, estaban todos con cara larga, yo fui al baño, cuando salgo del baño veo que en la puerta se está yendo Javier B. y aproveché y dije 'me voy'. Porque estaban todos con cara de culo, yo soy de Boca, tenía miedo que me echaran la culpa, de que les había llevado mala suerte", relató.

"Entonces me subí al auto y me fui a mi casa", contó el comerciante de Crespo al 500. "En esa casa quedaron 'Hacha' Masson (dueño de casa), su hermano Tuerca y los otros dos muchachos que salieron los vídeos en la tele. Damián y el otro (Ariel Cabrera). Antes de irme hubo una situación que me llamó la atención. No sé de quién fue el comentario, pero dijeron entre ellos algo así como que 'si tenemos suerte encontramos a alguien y nos peleamos'. A mí me salió decirles: 'no sean pelotudos que si matan a alguien van 30 años en cana'".

El momento más duro de la extensa audiencia de más de dos horas se produjo cuando habló la madre de de Ivana, quien se sentó entre el fiscal Ávila y su abogado, Marcos Cella. "Este asesinato tiene una condena social, creo que va a tener una condena divina y espero que tenga una condena judicial para que esto que nos pasó con Ivana no le pase nunca más a nadie", expresó antes de descompensarse en un ataque de llanto y ser asistida fuera de la sala por dos mujeres policías y una empleada judicial que la contuvieron y le llevaron agua y café.

El fiscal Ávila aseguró también que denunció al operador del 911 que no envió un móvil policial a la calle Ricchieri entre Zeballos y 9 de Julio, por donde huyeron Damián Reinfestuel y Juan José Massón, ante el pedido de un taxista que los persiguió. "El operador le dijo 'ya te mando el móvil', pero el taxista se dio cuenta que se refería a la dirección donde había sido atacada Ivana, pero no de dónde estaba el sospechoso, así que le reiteró que tenía que ir a Riccheri y Zeballos. 'Nosotros sabemos hacer nuestro trabajo', le dijo y le cortó, lo que hizo que ahora tengamos a una persona prófuga”, explicó el fiscal sobre la denuncia que presentó por este accionar. Lo dijo en referencia a Damián Reifenstuel.