El número, el orden o la cronología no importan. La historia, sí. La Odisea, pilar de la literatura, no empieza por la acción de la batalla (de la que apenas se nos cuenta detalles), sino por el retorno, el viaje de vuelta de Ulises. Una de las mitologías del cine más famosas, La guerra de las galaxias, inicia su saga en el episodio 4, “una nueva esperanza".
También a la periodista Mariana Moyano, cuya reciente muerte conmovió a estudiantes, periodistas y personalidades de la política, le importaba más la Historia que el orden. Y, aún más, cómo relatar el presente. Acaso por eso, Trolls S.A.: la industria del odio en Internet, su investigación sobre la importancia de las redes en la política, lleva un prólogo titulado “Comenzando por el final”. La edad de 54 años de su adelantada muerte también es una cifra azarosa. Un golpe inesperado que apagó la voz de una pensadora de múltiples plataformas: TV, radio, gráfica, docencia, varios podcast y libros publicados y una inteligencia expansiva.
Aunque no sea un número redondo ni marque el principio o el final (como el íntimo episodio 192, que reflexiona sobre el tiempo para aquellos que rebasan los 50), el episodio 185 de Anaconda con Memoria —el podcast (producido por FM La Patriada) donde Mariana Moyano reunía magistralmente política, territorio digital, análisis de medios e incluso caprichos culturales— destaca como uno de los editoriales más perspicaces en torno a la política, las redes sociales y la década pasada. Quizás también, hacia la venidera.
Reflexiones punzantes en un podcast: legado crítico y punk
“¡Sí, soy racista!" —grita el hombre, alterado y amenazante, desencajado, en un patio de viviendas sociales de los bajos fondos londinenses— "¿Y por qué? ¿Quién me hizo así? Este gobierno, los conservadores, los concejales apestosos que defienden a los negros”. La escena transcurre entre alarmas, sirenas y represión en Londres de finales de los setenta. Pero el contrapunto es una voz en off, calmada y reflexiva, a la que uno no asociaría con canciones como “Anarquía en el Reino Unido”, “Bien desocupado” y la potente aliteración “anticristo-anarquista”. “Este hombre —dice casi con decoro Johnny Rotten, líder de los Sex Pistols— está mal informado. Y ha sido engañado y usado”.
La película, un extraordinario documental, es The Filth and the Fury (Julien Temple, 2000) sobre la crisis posindustrial en Inglaterra, el thatcherismo y, por ende, el brote del movimiento punk. Esta escena bien podría haber sido citado por Mariana Moyano, quien en su investigación para Trolls S.A. profundizó en los votos de la población afro en Brasil hacia el candidato vencedor en 2019, el cual había afirmado "jamás dejaría que mis hijos se casaran con un negro
Y así suena el episodio 185 de Anaconda con memoria: punk, agitación, voces disidentes y oficialistas, peronismo y antiperonismo, sirenas, canciones del grupo Cream, monólogos, diálogos, películas coreanas, ciencia ficción, memes de Tik Tok, ciclistas de Rappi y una brillante entrevista a un militante de La Libertad Avanza. Voces exhaustas y “alarmas” de todo tipo.
Podcast 185: un recorrido por la última década en "Anaconda con Memoria
Para Moyano, indignarse era lo peor. Así lo narra en este podcast: “salivar lo que ellos necesitan consumir”. El efecto pavloviano, el condicionamiento clásico de la política, es enojarse. Salivar indignación. La nada misma.
La periodista, con una sutil y afinada sintonía, promovía otro enfoque: menos parloteo y más escucha. Con un histrionismo reflexivo y un desencanto aparente (pero con ternura), imitaba esas voces y discursos presentes en la esfera democrática. Los interpretaba. Su intención era transmitir la melodía ideal del momento, de este instante, aquí y ahora. Como una mala letra de trap de alguien que ha llegado tarde (porque no la comprende) a la música urbana y a la política.
Pero en mi época… / fachos de(mentes), adolescentes militan tik tok
2001 y voto bronca / derechos perdidos
pero en mi época... / Yo voté proyecto país / pendejos votan Milei /
quieren comprar jueguitos sin impuestos de steam y play
Y Añade: "Somos las viejas que nunca quisimos ser; no encuentro peor diagnóstico que este: reforzar, repetir... Explicar, además de reduccionista, en política es poco eficaz". Y no es que la podcaster "nos diera lecciones" (como esos "tira-postas" que ella misma despreciaba). Luchaba a través de la palabra, realizaba "giros" y alteraba el discurso melanco-político-tanguero pre-digital, agregando swing, punk u otra melodía, en contra del "¡ah... pero en mi época!".
Algunas frases o conceptos de esta producción para tener en cuenta:
- “Nos ven como los Quilapayún, una cosa sacrificial, y enfrente están los Sex Pistols ¿cómo no van a defender el no future?”
- "Somos las viejas que nunca quisimos ser, no encuentro peor diagnóstico que éste reforzar, repetir, querer explicar, explicar, además de una lectura reduccionistas tan poco eficaz.
- “Seres gutenbergianos”
- “La tele, ese artefacto antiguo que se maneja con un mapa viejo”
- “La superioridad moral de los PH reciclados, más cerca de la astrología que de una política de producción”.
Moyano no se indignaba. Bregaba por “menos clases magistrales y más escuchas magistrales”. Y en vez de pedalear en falso, y contra el miedo atávico de los periodistas a la matemática, buscaba una ecuación diferente. Lo que los partidos politicos tradicionales no hallaban en su vieja tabla de multiplicar. Esa relación entre el radio de la circunferencia del trabajador de Rappi, que multiplicado por el CEO de Mercado Libre lleva a la temida resta del Estado. Círculo temido y algoritmo barrani que entendieron los libertarios.
El periodismo en audio de Mariana Moyano: un legado en "Anaconda con Memoria""
En Anaconda... abundan fuentes, voces, testigos, diálogos, descripciones y documentos. Técnicas literarias, periodísticas y recursos sonoros, que lo convirtieron en un podcast que seguía las reglas del periodismo narrativo. El monólogo interior de Moyano impulsaba su análisis para contar historias y la Historia. Más que solo interesarse en el "qué", su grandeza como periodista radicaba en su constante preocupación por el "por qué".
Un periodismo claro y conciso, pero no a fuerza de anti-intelectualismo (en más de una ocasión criticó y escribió sobre ese ficticio "popular" que buscan los medios predominantes, rechazándolo como mero amarillismo). Su “Doña Rosa” era todo lo contrario del concepto en sí. O mejor dicho, subvirtió el “doñarosismo”, escuchando con oído del estilo de Manuel Puig a las mujeres jóvenes . Para Moyano la mujer promedio, sin importar a quien votara, estaba empoderada, sin “falsa conciencia” y lejos del chisme.
“La tele, ese artefacto antiguo que se maneja con un mapa viejo”, reflexionaba Mariana Moyano
Y cuando abordaba a pensadores como Mark Fisher, parecía dirigirse no tanto a los entendidos en filosofía política, sino a aquel chico o chica que salía tras un doble turno del bar donde trabajaba. En comunicación, lo verdaderamente desafiante no es tanto contar a Marx, sino explicar sin imponer, sin apelar a -ismos, eso de que la "base material determina la conciencia". Como señala Patricia Chaina en su artículo, era capaz de analizar la mediación en la política sin dejar de arrancarte una sonrisa.
Y no, no fue la única, pero comprendió antes que muchos que estas elecciones no eran simplemente unos comicios más, sino el cierre de una era. La extrañarán sus alumnos de Ciencias Sociales de la UBA, sus lectores y oyentes, sus colegas de Página/12, Televisión Publica y tantos medios más. Memoriosa y multiplataforma. De pensamiento anfibio: digital y analógica. Una voz punk y sinfónica en el periodismo que seguirá representando una nueva esperanza.