Durante el 1º Congreso latinoamericano de Comunicación (Quito, 19 al 21 de octubre), organizado por CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina que conduce de manera coordinada y con fuerza de gestión, Gissela Dávila) y FELAFACS (Federación latinoamericana de Facultades de Comunicación Social), más de 330 comunicadoras y comunicadores de la región nos dimos cita para repensar el espacio comunicacional desde otro entendimiento, desde otras posibilidades ciertas de una comunicación popular y colectiva que pueda avanzar donde hoy la hegemonía de los grandes multimedios ni siquiera posan su mirada.
Las temáticas y talleres participativos que se llevaron a cabo, eran tan variados y complejos como los espacios académicos y de comunicación participativa que representaban; desde las redes de comunicación en la región y sus construcciones colectivas con organizaciones basadas en la fe y comunidades de pueblos ancestrales en la Amazonía, hasta la comunicación popular en América Latina y sus desafíos desde un enfoque de género dado por la reconocida Claudia Villamayor, pasando por el merecido reconocimiento (con diploma de honor y medalla de oro) a Mario Kaplun y Ana Hirsz por su trabajo que sentó las bases para la construcción de la educomunicación y la comunicación popular en el continente.
El marco inicial de este evento fue dado por el reconocido comunicador César Bolaño, profesor titular de la Universidad Federal de Sergipe (Brasil) y coordinador del grupo de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura de CLACSO, entre otros datos. Como parte de su discurso de apertura el investigador apuntó en forma directa a la situación actual de los avances de una derecha visceral en la región que nos acerca peligrosamente al borde del precipicio diciendo: “…pero el discurso llamado libertario (anarco capitalista) de la extrema derecha no representa más que la radicalización del pensamiento neoliberal destinado a justificar la profundización hasta los límites de lo posible, de la perspectiva del mainstream en el manejo de la política económica”. Y continuó diciendo: “la radicalización del ataque a los derechos de los trabajadores y a los sistemas de seguridad social, con beneficios para el gran capital monopolista y todas las viejas recetas de la más feroz ortodoxia, pese a la falsa retórica anti globalista de la ultraderecha tradicional que, aún a pesar de la contradicción flagrante, avanza … sin que una alternativa real se presente”. Concluyó el expositor señalando que esa perspectiva avanza y la tendencia hegemónica de parte de la izquierda ha sido, hasta el momento, amalgamarse con la derecha neoliberal con la ilusión de estar así evitando el “mal mayor”.
Daría la sensación que las únicas opciones para nuestro país y el resto de la región, sea siempre elegir para evitar el “mal mayor” pero, lo cierto es que este tipo de eventos mayores muestran con números, intercambio de miradas, documentos y marcos acuerdos concretos entre organizaciones y espacios académicos que, no todos los espacios comunicacionales pueden ser cooptados por la mera fuerza del “capital monopolista” al decir del colega César Bolaño.
Hay una fuerza que subyace en un continente que sabe de su propia capacidad de resistencia y de una resiliencia persistente que indica que, decolonizar los discursos y las prácticas y, los modos de hacer comunicación, no solo es estratégico para una construcción popular y alternativa del diálogo, que sostenga la mirada y la práctica en el fortalecimiento de procesos democráticos amplios, plurales y diversos, sino también es necesario para reafirmar que lo colectivo de nuestras acciones marca inevitablemente el final de la oscuridad que el miedo mismo plantea.
Hacia allá vamos, hacia allá queremos seguir andando, con otras, con otros.
* Presidente WACC América Latina. Director Ejecutivo ALC Noticias. Pastor Iglesia Evangélica Metodista Argentina