“Norwegian es débil y la expansión argentina que está explorando es de regulación incierta y económicamente volátil”, advierte un informe emitido el 20 de julio último por HSBC Global Research. El relevamiento de la entidad financiera destaca que la empresa, que hoy presentará sus planes de operaciones en la segunda audiencia pública que realizará el Ministerio de Transporte para conceder más de 500 rutas aéreas a compañías low cost, cuenta con un “alto nivel de endeudamiento, bajo nivel de capitalización y liquidez insuficiente”. Las deudas de la aerolínea europea con terceros equivalen a 8,3 veces su patrimonio. “Si la empresa no cambia su grado de crecimiento o consigue capitalización adicional, su modelo de negocio no sería sustentable en el largo plazo”, advierte el lapidario informe del HSBC. No obstante, esta joya aerocomercial será la vedette hoy en la audiencia pública donde una decena empresas buscarán ser parte del negocio que ofrece la política oficial de apertura de los cielos en desmedro de Aerolíneas Argentinas y Austral.
A partir de las 9, la cartera de Transporte, a cargo de Guillermo Dietrich, y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), llevarán a cabo en el Teatro de la Ribera la audiencia pública, pese a las presentaciones judiciales que realizaron los gremios para evitar que se concrete por irregularidades en la concesión de las rutas del anterior encuentro. En esta convocatoria dentro del plan “Revolución de los Aviones”, la estrella será la noruega Norwegian, que el 26 de enero inscribió Norwegian Air Argentina, una sociedad anónima que se armó con dos abogados como socios locales. En mayo, el comité de dirección de la empresa en Oslo aprobó la expansión del negocio a la Argentina. La firma adelantó una inversión de 1300 millones de dólares y, según lo publicado en el Boletín Oficial, pedirá un mínimo de 72 rutas de cabotaje y otros 96 destinos internacionales.
El gobierno anunció con bombos y platillos el arribo de la firma noruega al país, a la que presentaron como la más sólida entre las que ingresaron al negocio de las low cost. Sin embargo, la compañía no estaría pasando por su mejor momento. En la audiencia de hoy, las firmas solicitantes de rutas deberán mostrar solvencia operativa y financiera para que les sean aprobadas las rutas pretendidas. “Sus planes para arrendar los Airbus A320 y crear una empresa argentina son imaginativos”, asegura el duro informe del holding bancario HSBC.
Plan ambicioso
El informe del HSBC advierte una serie de irregularidades en Norwegian producto de “desajustes operacionales por exceso de crecimiento y planes ambiciosos”. La compañía había pretendido ingresar en el mercado estadounidense pero no tuvo éxito. Ahora espera lograr que América latina sea su plataforma para penetrar al mercado norteamericano desde el sur. El relevamiento del equipo de research del banco asegura que la compañía se mantuvo con cierta solidez hasta el año pasado, pero que desde comienzos de 2017 la situación cambio radicalmente.
Con excepción de 2014, la compañía registró resultados en su mayoría positivos durante los últimos cinco años. “No obstante, esta tendencia se ha revertido durante el primer semestre del 2017 informando la empresa pérdidas operativas (antes de considerar resultados financieros) por 2564 millones de coronas (276,7 millones de euros, equivalente al 63 por ciento del patrimonio neto al 31 de diciembre de 2016). La perdida, después de considerar resultados financieros, se vio disminuida y ascendió a 411,6 millones de coronas (44,4 millones de euros).
Para mantenerse al día en sus pagos y refinanciación de deuda, Norwegian está realizando contratos de venta y arrendamiento de aviones. La operación consiste en vender los planes de leasing con los que se compran habitualmente los aviones, obtener el efectivo para cubrir gastos corrientes y alquilar al lessor (quien compró el plan) las unidades. De esta manera, vuela los mismos aviones pero la propiedad de los mismos pasa a ser del lessor que compró los planes. Para la parte vendedora implica obtener liquidez, pero incrementa los costos de arrendamiento y de mantenimiento y se descapitaliza. Una política que también está comenzando a implementar la actual conducción de Aerolíneas y Austral.
Esta situación es justificada por la empresa por un aumento de los costos operativos. “La compañía reconoce un aumento en sus costos operativos durante el primer semestre de 2017 comparado con igual periodo de 2016. Estos fueron superiores al incremento en su nivel de ingresos. La empresa aumentó sus ingresos en un 12 por ciento y sus gastos operativos en un 32 por ciento”, detalla el HSBC. Si se excluyera el impacto por el incremento del gasto en combustible, considerando que es una variable no controlable por la empresa, sus costos operativos se incrementaron en el orden del 26 por ciento frente al 2016.
Del análisis de los estados financieros de la compañía al 30 de junio de este año, surge que la misma financia su operación en un 92 por ciento con capital de terceros (deudas) y un 8 por ciento con capital propio. El capital de trabajo es negativo en 6281 millones de coronas (677 millones de euros), “con lo que sólo puede responder con su activo al 70 por ciento de su deuda de corto plazo”. El quebranto operativo por segundo semestre consecutivo elevó a julio su endeudamiento, equivaliendo a 11,4 veces su patrimonio.
Sobre este estado de situación, el informe proyecta pérdidas para los próximos 3 años, desajustes operacionales por exceso de crecimiento y planes ambiciosos. Si bien el aumento operacional y crecimiento rápido de la empresa debería permitir bajar los costos operativos, en el último trimestre crecieron un 9 por ciento. “El desempeño de tiempos es pobre y la compañía se ve forzada a arrendar aviones debido a los desafíos tanto en la dotación de personal como en entrega de aviones”, señala el informe. “Mientras nuestras estimaciones anticipan que el resultado operativo se recuperará, no se estiman ganancias debido al peso del costo de intereses. Esto no luce sustentable”, agrega.
Norwegian trata de lanzar un negocio argentino con aviones de corto alcance que vuelan servicios nacionales y de largo alcance a Europa y, potencialmente, los Estados Unidos. “Pero no está claro cuál será la base reguladora de esta operación”, advierte. La empresa pretende que la Argentina, tal como hizo Colombia, abandone “el concepto estándar mundial de propiedad nacional y control de licencias de líneas aéreas”; es decir, una política de cielos abiertos. “Sin embargo, la estructura regulatoria (en Argentina) es incierta y el ambiente político menos estable que su base establecida en Europa”, agrega el HSBC. Por lo pronto, en su presentación en el país, bajo el título “Qué precisa Norwegian para comenzar y desarrollar planes”, insistió “en la necesidad de modificar regulaciones, sobre todo, para pilotos y licencias, ya que hay escasos recursos en el mercado para lograr el crecimiento previsto”. También abogan por “desregular y permitir libre comercio para reducir costos en vuelos internacionales”.