Desde Nueva York
Si algún condimento le faltaba a Juan Martín del Potro después de su épico triunfo ante el austríaco Dominic Thiem era tener como siguiente rival a Roger Federer, al que se enfrentará esta noche (cerca de las 22 horas) por un lugar en semifinales del Abierto de tenis de Estados Unidos. Quien no pudo avanzar ayer fue el porteño Diego Schwartzman, quien cayó por 6-4, 6-4 y 6-2 ante el español Pablo Carreño.
“Para mí volver a jugar con Federer otra vez en este estadio trae lindos recuerdos. Es un honor volver a enfrentarlo porque siempre es un privilegio jugar contra él. Es el mejor tenista de la historia”, expresó Del Potro sobre el duelo de hoy.
La estadística entre ambos indica que Federer tiene ventaja de 18-5, aunque tal vez el cruce más recordado favoreció a Del Potro: la final del 2009 en Nueva York, que le cortó al suizo una racha de cinco títulos consecutivos y que el lunes lo llevó a una curiosa reflexión. “Me gustaría jugar otra vez ese partido. Haría cosas diferentes”, reconoció el campeón de 19 Grand Slam. “No, para mí está muy bien así como fue”, respondió con humor Del Potro, que ese día celebró su único título grande. “Quisiera dejarlo así”.
La admiración de Del Potro hacia Federer es conocida y el argentino no pierde oportunidad para hacerla pública. Pero el respeto del suizo hacia el ex número cuatro del mundo también es para destacar.
“Verlo de nuevo en el Tour, feliz y ganando a los mejores como a Thiem, es maravilloso para nuestro deporte”, expresó Federer. “Es una buena persona y jugamos un lindo partido este año en Miami. Jugar aquí después de la épica final del 2009 será grandioso para ambos. Creo que los dos lo esperamos con ansias, al menos yo sí”, añadió el número tres del mundo.
A través de las redes sociales, también lo dejó en claro. “Juan Martín del THORtro”, escribió en su cuenta de Twitter, con un video de una derecha inconstestable de Del Potro en su duelo ante Thiem, con el martillo del dios Thor en lugar de la raqueta y con un boquete en el suelo en el sitio donde picó la bola.
El partido entre el tercer favorito y el vigesimocuarto preclasificado pondrá a prueba el cariño los aficionados, que deberán dividir su corazón entre dos de los jugadores más queridos en Nueva York. “Supongo que la gente lo va a apoyar mucho a él, pero a mí me van a respetar como siempre”, se imagina Del Potro. “Y yo voy a tener mi hinchada propia también. Desde las tribunas, el clima que se puede armar va a ser divertido. No son muchos los jugadores que tienen el privilegio de disfrutar eso”, añadió el doble medallista olímpico.
El camino recorrido entre ambos en el torneo fue hasta el momento significativamente inverso. Mientras Del Potro pasó sin sobresaltos las tres primeras rondas, Federer se vio obligado a jugar diez sets en los dos encuentros iniciales, algo que nunca le había pasado antes en ningún Grand Slam. Por el contrario, Del Potro vivió una situación extrema ante Thiem, en un duelo en el que estuvo con una desventaja de dos sets, levantó un 5-2 en el cuarto parcial y sobrevivió a dos match points antes de celebrar en el segmento decisivo. Además, reconoció que estuvo a punto de no presentarse y después pensó en abandonar por el malestar físico que sentía. “Este partido lo voy a recordar por siempre”, dijo el tandilense, que sólo remontó dos partidos a cinco sets en su carrera: el lunes y ante Marin Cilic en la final de la Copa Davis del año pasado.
Federer, en cambio, pasó al alemán Phillip Kohlschreiber de forma tan sencilla que su mayor sobresalto fue tener que ir al baño a las apuradas tras el segundo set. “Quería que fuera rápido para que Philipp no tuviera que esperarme mucho”, se permitió bromear ante una multitud que lo aclamaba en el estadio Arthur Ashe. Tan aplastante fue su actuación que no concedió ni un punto de break en todo el partido.
El duelo está planteado, y tiene un premio adicional: al ganador es posible que lo espere en las semifinales Rafael Nadal, que en otro choque del día se las verá con el juvenil ruso Andrey Rublev.