En el Correo Oficial viven horas aciagas. El lunes los cuatro gremios que representan a los trabajadores se reunieron con el ministro de Modernización, Andrés Ibarra. Lo que allí escucharon no disminuyó el grado de “incertidumbre” con el que arribaron al encuentro. El funcionario les habló de reformar el plan estratégico y de reducir el déficit de la empresa hoy estatal que asciende a 4000 millones de pesos. Ante ese escenario, y tal como lo afirmaron en un comunicado posterior, los sindicatos sostuvieron que “la palabra ajuste sobrevuela en el Correo” y, por eso motivo, le expresaron al ministro que se opondrán de manera “terminante a cualquier medida que pretenda afectar la estabilidad y las condiciones de trabajo” que prevé el convenio.
La crisis del Correo no es nueva y, como sostienen los gremios, está atravesada por la decisión del gobierno de convertirlo en una empresa mixta para avanzar en lo más redituable del actual negocio postal, el comercio por internet y su logística. Si bien los gremios aseguran que la actual estructura del Correo Oficial puede hacerse cargo de ese lucrativo segmento, lo cierto es que las designaciones de ex directivos de OCA (hoy momentáneamente frenadas) confirman sus peores temores.
En ese sentido los gremios hablaron de la existencia de “un plan de desguace” del Correo. A partir de allí surgió la convocatoria de Ibarra a los sindicato. pero el encuentro de este lunes en nada eliminó los temores y mucho menos la posibilidad de que se ponga en marcha una reducción de personal. Entre los trabajadores es vox populi la existencia de la nómina de cuatro mil empleados que serán invitados a un retiro voluntario o, en su defecto, podrán ser despedidos. Este proceso implicará una erogación de 1200 millones de pesos que, como sostienen los gremios, ya está aprobada.
La empresa mixta que sueña el oficialismo o, como precisan los gremialistas, el vicejefe de Gabinete Mario Quintana, es del estilo del correo alemán. Esta tiene entre sus servicios el e-commerce (la venta por internet) y su posterior distribución. Para ello, el correo de ese país se hizo de una empresa postal privada que no es otra que DHL. En la versión vernácula, la compañía privada con la que se fusionaría es OCA. En este juego es donde comienzan a sobrar trabajadores en el Correo Oficial.
Cambiemos encontró un resquicio legal para avanzar sin la necesidad de recurrir a una ley que permita transformar al Correo, que es una empresa cien por ciento estatal, en una de conformación mixta. El artículo cuarto del decreto 1075 de 2003, cuando el gobierno de Néstor Kirchner le quitó a la familia Macri el manejo del Correo por la inexistencia del pago del canon, les permite avanzar en ese sentido porque dice de manera textual que se instruye al entonces Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, ahora está bajo la órbita de Modernización, “para que, dentro del plazo de ciento ochenta (180) días, proceda a llamar a Licitación Pública Nacional e Internacional a fin de volver a privatizar el servicio público postal”. Paradójicamente un yerro que el gobierno anterior no corrigió y que ahora los sindicatos le reclaman a la administración macrista que lo elimine.
Los sindicalistas consideran que hasta ahora el proyecto de Quintana no avanzó mucho más fruto del problema que arrastra OCA. Por un lado los números de la compañía están en color rojo y se debe a la deuda millonaria que mantiene con la AFIP que, según los gremios del Correo y versiones periodísticas, fluctúa entre 1400 y 1700 millones de pesos. Para resolver este inconveniente es preciso una decisión política que todavía no se termina de concretar. Mientras tanto, han comenzado a designar nuevos funcionarios allegados a Quintana. Uno de ellos es Gustavo Papini, que trabajó para Quintana en el fondo Pegasus y también en OCA bajo las órdenes de quien figura como titular de la empresa Patricio Farcuh. Con Papini debían ocupar puestos de conducción en el Correo otros ex OCA: Antonio Caro, Jorge Calone y Natan Teubas, pero todavía no pudieron hacerlo. Durante la reunión con los sindicatos, Ibarra les anunció que se concretará en los próximos días para poder avanzar en la reformulación del plan estratégico del Correo. Se trata de una modificación que los sindicalistas temen.
El ministro no dijo nada pero los gremialistas saben que OCA trae consigo otro conflicto porque allí se desarrolla una pelea entre el gobierno y el titular del sindicatos de Camioneros, Hugo Moyano, a quien le adjudican ser el verdadero dueño de OCA y que esa es una de las razones de la combatividad de Pablo Moyano. Por ahora los gremios emitieron un tibio comunicado. Estiman que con las negociaciones pueden evitar pérdidas de puestos de trabajo y para ellos es preciso mantener “calma y esperanza” pero el estado de alerta y movilización no lo desactivan.