Breve repaso de un peronista, a 40 años de aquel día luminoso en que se votó como forma real de terminar con la dictadura
A las personas de mi generación nos asustan pocas cosas.
Muchos de nosotros, a los 5 años, salíamos a pintar con cal las veredas de las calles del barrio, creyendo como creían nuestros viejos que eso evitaba la propagación de la poliomielitis, o Parálisis Infantil, que era el nombre que nos atormentaba.
Temprano en edad ya incorporamos miedos, pero también decisiones. Temprano en la vida vimos como algunas amigas y amigos con los que ayer jugábamos felices, hoy habían muerto o comenzaban a caminar con aparatos en las piernas, y ya no podían jugar igual.
Con eso empezamos.
Y esta generación vivió mil cosas: dictaduras más o menos, dictaduras sangrientas y criminales, pandemia, crisis económicas más o menos, crisis tremendas, golpes militares, hacer la colimba y que nos humillen 390 días seguidos, estar presos, exilios, torturas, fracasos colectivos y personales, guerra en Malvinas, frustraciones políticas, traiciones dirigenciales varias, la muerte de Perón (golpe psicológico para nuestra generación todavía no estudiado en forma debida), el terror de los asesinos del Proceso, los quilombos del 2001... en fin.
Vivimos y también morimos. Soñamos, militamos y en ocasiones la esperanza solo era una utopía. Pero seguimos.
Tuvimos escasas alegrías y muchos dolores.
Vivimos, con cierta adolescencia política, la alegría efímera, breve e intensa de aquel 25 de mayo de 1973 donde creíamos tocar el cielo con las manos.
Vivimos, ya más maduros, aquel 30 de octubre de 1983 donde aun perdiendo la elección comprobamos que ganamos en seguir viviendo. La dictadura ya no podría matarnos.
Por eso estamos preparados para decir que “A esta altura nos asustan pocas cosas.”
De ahí que esta generación, si bien veterana, todavía tiene algo para expresar en la Argentina.
¡La experiencia de lo vivido en esa forma, no se compra en la ferretería de la esquina!
No nos asusta Milei, sólo hay que enfrentarlo.
No será nuevo (es el modelo que el general propuso en 1974) pero la idea de Gobierno de Unidad Nacional hoy es revolucionaria.
Sí, no se atraganten con esta palabra los que tiran tiros desde Internet y conocen la Resistencia y la lucha contra la dictadura desde los libros de historia.
Hoy hablar de Unidad Nacional es revolucionario.
Y hay que hacerlo sin verdades absolutas (como enseñó Néstor), sin sectarismo y como dice Massa convocando a esa Unidad, a los mejores, vengan de donde vengan”.
Esa es la tarea de esta etapa. Mi generación pondrá el hombro, otra vez más.
El autor es Diputado nacional mc – Río Negro