En el mismo día en que toda la Argentina le celebra su 63º cumpleaños a Diego Maradona, Lionel Messi alzó en París por octava vez en su incomparable carrera el Balón de Oro que lo consagra como el mejor jugador europeo de 2022. El destino vincula de la manera más gloriosa a los dos futbolistas más brillantes que haya dado nuestro país. Maradona desde el recuerdo imborrable y Messi desde la glamorosa ceremonia parisina siguen elevando al fútbol que, con ellos en la cancha, ganó dos copas del mundo en México 1986 y en Qatar 2022.

Los ocho Balones de Oro que Messi ha ganado (antes lo hizo en 2009/12, 2015/16 y 2021) y los dos premios The Best que recibió en 2019 y 2022 forman parte de una imponente vitrina personal que ya suma 55 trofeos individuales: ningún jugador ha recibido tantos en la historia del fútbol mundial. Además, consolidan un dominio que nadie ha extendido por tanto tiempo: el astro rosarino acaba de lograr a los 36 años el mismo premio que alzó por primera vez en 2009, cuando apenas tenía 22. Solo un superdotado como él puede pasar catorce años sin caerse de la elite del deporte más popular del planeta. 

Con estos datos, ¿que más necesita Messi para que se lo considere el más grande futbolista de todos los tiempos? Tal vez nada más. Desde los números, casi que ya no es posible sostener ninguna discusión. Faltaba acaso, la gran emoción, esa en la que Diego parecía imbatible porque las repartió a manos llenas. Y la emoción estalló en diciembre del año pasado en Qatar. El compromiso pasional con el que Messi asumió la Copa del Mundo, su actuación determinante en todos los partidos, los siete goles que conquistó y la consagración al cabo de la imborrable final con Francia terminaron de completar acaso, el casillero que le faltaba para trepar a lo más alto del podio de los ídolos. Si después de la Copa América ganada a Brasil en Brasil en 2021, Messi había conquistado el corazón de sus compatriotas luego de tantos años de ingratitud, el Mundial de Qatar lo transformó en el argentino más querido. Millones de camisetas celestes y blancas con su nombre recorren todos los días las calles argentinas para demostrarlo.

Además, Messi no ganó sus últimos dos Balones de Oro por su actuación en los equipos europeos. La Selección Argentina volvió a ser, como en 2021, el impulso que necesitaba para dejar una marca más en la historia. Y el Balón de Oro que recibió en París también premia eso, su orgullo de capitán de los campeones de América y del mundo, su amor por la camiseta y su sentido de pertenencia. "Ya está, ya está, no hay más nada" le gritó Messi a su familia desde el césped del estadio Lusail de Doha, inmediatamente después de haberle ganado la final a Francia. Después de esta nueva noche de gloria y lujo en París y del octavo Balón de Oro de su carrera cuesta no coincidir con él. Y encontrar un dato, un detalle, algo que impida considerarlo como lo que verdaderamente es: el más grande jugador de todos los tiempos del fútbol argentino.