Cuando Peces Raros promediaba la mitad de su performance, en la madrugada del domingo, el Festival Capital ya había no sólo cumplido con las expectativas, sino también consumado una de sus mejores ediciones. Y aún faltaba el DJ set de Franzizca para ponerle la guinda a este festejo de la nueva música argentina. El evento de manufactura platense cayó justo en un final de año incierto, precedido por la complejidad de un show business que compulsivamente anunciaba sold outs en plena escalada inflacionaria. Así que no faltaron las alusiones al momento ni las reflexiones sobre lo que podría suceder en el país si una ultraderecha cada vez más alienada asumiera el poder.

De eso dieron cuenta Blair y Marilina Bertoldi, quien además protagonizó un recital memorable, en lo más alto de la jornada. No hay duda de que aquel show que dio en el Luna Park, en marzo de 2020, fue un punto de inflexión en su sonido y en su estética en vivo, aunque en este caso haya apelado por una puesta más limpia, que tuvo peso en las visuales. Cuando la noche recién despertaba, la cantante, compositora y multiinstrumentista apareció en el Escenario Asombro apenas en compañía de su flamante socio musical, el baterista Eduardo Giardina.

Marilina Bertoldi Dúo Set | Foto: @jc.fotografiaa - Prensa Festival Capital

Tan inquieta como activa, Marilina Bertoldi huye del aburguesamiento artístico y se reinventa constantemente, como reflejan los diferentes formatos en los que tocó en el último lustro. A principios de septiembre estrenó el Dúo Set, cuya dinámica, a partir de lo que volcaron el sábado en el Hipódromo de La Plata, evoca a la de The White Stripes. Aunque acá Giardina encarnaría a Meg, y ella ocuparía el rol de Jack White. Si bien hace rato que viene flirteando con ese sonido característico del violero detroitiano, Bertoldi consiguió inyectarle su identidad, reinventando y modernizando su repertorio.

Pese a que mantuvo intacta la intención blusera de La cena, el tema con el que arrancaron, el set list fue tomando otra dimensión según avanzaba. La casa A estuvo más minimalista que de costumbre, mientras que Sexo con modelos sonó sucio y desprolijo (siempre para bien). Así como esas chimeneas echando fuego que se veían en el horizonte, el show de la santafesina se mantuvo encendido. Incluso cuando cambiaba los matices, al estilo de la intensa de Bonnie Tyler. Aunque se pareció más a Glass Candy encarando a Massive Attack en la segunda parte de su actuación, justo cuando revisitaba Vivo pensando, ¿O no? y Cosa mía. Si antes tanteó el sonido kraut y un afrobeat subido a lo cósmico, en el medio mechó Abarajame, de los Kuryaki. En ese tándem final (del que destacó Pucho y donde el rock se metamorfoseó con la electrónica), la síntesis de Beastie Boys y Jimmy Page estuvo a flor de piel.

Cuando la artista estaba por subirse a escena en aquella ocasión, Ana Julia Gonzalez y Lucía Szellner, las mandamases de Kill Flora, aún disfrutaban de sus 16 años. Y todavía no tenían del todo claro cómo crear un proyecto musical. No hay tutorial que dé con eso. Tres años más tarde, la tienen más clara de lo que suponían y, a punta de ese noise legado por Sonic Youth y de la ensoñación patentada por My Bloody Valentine, se convirtieron en una de las revelaciones de esta versión del Capital haciendo énfasis en su EP Entrada triunfal (2022). Pero que esas influencias a priori no engañen. Antes que cipayo, el cuarteto reverbera bien argento en bloques de capas de texturas sonoras made in Quilmes.

Nenagenix | Foto: @godymex - Prensa Festival Capital

Nenagenix, en la media hora de actuación que le correspondía a cada artista (excepto headliners), seleccionó temas de su álbum debut: Lo más cercano a caer. Al igual que las Kill Flora, este quinteto curte el shoegaze a su manera. Una en la que conviven lo visceral con lo sexy, con la guitarra como brújula. Por lo que pueden pasar de la presteza de Pulso a una gradación más pesada con Contraluz, para luego explotar en Antes de que olvide y cerrar el viaje con el letargo de Asfixia.

El cuarto capítulo del Festival Capital había comenzado unas horas antes, en una tarde soleada y húmeda, en plan cancionero y pop, de la mano de Tomi Lago, quien en julio puso a circular un tango tan críptico que abrió el juego a las mil y una interpretaciones: Tango del falluto. Lo secundó Chechi De Marcos y luego ambos, Tomi y Chechi, fueron invitados de Natalie Pérez para su recital en el Asombro, que funcionó como escenario principal. La actriz y cantautora aprovechó la vitrina para seguir promocionando su nuevo álbum, Intermitente, un crisol de estilos en el que convergen pop, bachata, cumbia y bolero. Tras estrenarlo en el Teatro Gran Rex en septiembre, Pérez ahora anda defendiendo su tercer trabajo en este perfil festivalero.

Foto: @godymex - Prensa Festival Capital

Junto con el rosarino Bandera, el santafesino Harlem y el porteño Saldías, el Capital progresivamente se transformó en uno de los festivales amplificadores de la banda de sonido de la cultura joven argentina. Amén de modelo del festival boutique: alternativa a la amplificación masiva y salvaje que experimentaron este tipo de encuentros musicales plurales en todo el mundo. Pero donde más renguea este tipo de propuesta, al menos fuera de la ciudad de Buenos Aires, es en la visibilidad de las movidas locales.

Es cierto que el evento erigido este año en Avenida 44 y Calle 115 tuvo artística platense. De hecho, los dos actos más fuertes de la grilla, El mató a un policía motorizado y Peces Raros, a los que se sumaron los novedosos y sensacionales Linxes, actuaron ante su público en horarios estelares. Pero considerando que la capital bonaerense es una usina constante de nuevos sonidos y proyectos, siempre a un tris de la vanguardia, un escenario más dedicado a la movida local (curado por una sala por excelencia de la movida como Pura Vida o Ciudad de Gatos) hubiera servido no sólo para reivindicar ese lugar notorio que tiene La Plata en los imaginarios del pop y el rock argentino, sino que podría también acercar esas propuestas a un público nativo que las desconoce.

Linxes | Foto: @godymex - Prensa Festival Capital

Previamente a que subiera a escena León Cordero, la expresión urbana de la programación, El NO hizo una encuesta random acerca de la actualidad musical local. Lo primero que saltó es que hoy lo que prima es la tradición rockera y la cumbia, a grandes rasgos. Haciendo hincapié asimismo en el auge de la electrónica, comandada por Peces Raros, aunque su apogeo se vio mermado por la pandemia. Al momento de ir a lo micro, específicamente a cuáles son los artistas de allá que crecieron rápidamente, la mayoría coincidió en que había que prestarle atención al rock alternativo de Linxes y a la cantautora Carmen Sánchez Viamonte, que está por hacer su primer teatro en La Plata y es continuadora de ese rock bien '90 impreso por Liz Pahir, hibridado con el art pop de Fiona Apple.

Tras presentar Súper terror en el Luna Park, El mató a un policía motorizado lo hará en el Atenas en diciembre. Al indagar el lugar que ocupa el baluarte indie en la movida platense en esta época, hubo tres cualidades que sobresalieron: el orgullo de sus paisanos por su escalada, la convocatoria de un público amiguero, y el aguante e impacto que tienen en el ámbito de diseñadores gráficos y artistas visuales. Es que, en simultáneo a los recitales, detrás de las tribunas del hipódromo se desarrolló una feria de ropa, editoriales, artes visuales y street art. Ahí Indi Vega expuso una colección de figuritas intercambiables de 90 artistas, con algunos presentes como Marilina Bertoldi o Santiago Motorizado. "Cada una tiene la foto del artista, el nombre y una frase que lo representa. Algunas tienen realidad aumentada. La idea es que sean coleccionables, por eso tienen números", explicó quien distribuye esta obra en festivales y por encargo.

Alan Sutton | Foto: @joacodivito - Prensa Festival Capital

Antes de que Blair aludiera a esa luna llena que se veía al ras del escenario (en una de las pausas de una performance efectiva), Alan Sutton y las Criaturitas de la Ansiedad puso la cuota colorida, ecléctica y divertida. Algo parecido a lo que hizo luego Santimuk. A todas estas, los catalanes Dorian, y su dialéctica entre rock y electrónica, fueron el número internacional del evento. A pesar de que los Usted Señalemelo se encontraba desde bien temprano en el predio, distendiéndose con un picadito de fútbol, su show estaba previsto para las 22. Fue el último número en entrar a la grilla, tras agotar su debut en el Luna Park. Después de su hazaña del miércoles, su paso por el Escenario Asombro estuvo ajustado a la realidad de los festivales, estética y musicalmente. Cortita y al pie, con un Cocó Orozco marcando cancha. Aunque no dejó de ser impetuosa, y más ahora que le cuelga el cinturón de campeón del nuevo pop argentino.

Entonces llegó el momento de El Mató ante su gente. Al igual que los mendocinos, la banda platense comprimió su puesta y cancionero, además porque pronto se explayarán en su urbe natal. Pusieron primera como siempre lo hacen, con El magnetismo. O más bien una versión psicodélica de su clásico. A continuación, Un segundo plan. Y Santi preguntó: "¿Quieren más?". Frente a la respuesta afirmativa de las 10 mil personas que se encontraban ante ellos, les dieron El perro y una retahíla de clásicos: desde Más o menos bien hasta Yoni. Pero en el medio soltaron más dosis de Súper terror, con Medalla de oro y su nuevo himno Tantas cosas buenas. Ahí siguieron con El tesoro, El mundo extraño y Ahora imagino cosas. En el Escenario Latido todavía esperaba el tándem de DJs Brigada Crew. Sin embargo, sólo faltaba que el quinteto desenfundara Chica de oro para oficializar la celebración.



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