La exministra de Economía Felisa Miceli analizó este martes por AM750 el problema que hubo este fin de semana en Argentina por las largas filas en las estaciones de servicio por temor a la falta de combustibles y aseguró que se trató de una “operación” que estuvo atravesada por algunos “errores” del Gobierno.
“Veo que hay mucho en juego en este momento. Uno mira para atrás y ve que siguen pasando muchas cosas. Como estas operaciones, por ejemplo, con los combustibles. Realmente hay mucha mala intención de hacer padecer a nuestra sociedad en este momento”, explicó.
Para la economista, más allá de los errores que se pudieron haber cometido desde el Gobierno en el manejo del problema, la especulación se da un contexto donde la producción de combustible ha aumentado en los últimos meses.
“Han aumentado las exportaciones. Pero acá hay pocas refinerías en Argentina. Eso es un problema. Hacer una refinería es una inversión muy alta. Y nunca encaró esa cuestión”, matizó sobre este punto.
A lo que añadió un dato poco conocido: “Se están modernizando dos refinerías de YPF, eso demora la refinación de combustible. Eso puso haber influido. Uno se pregunta si este era el momento para hacerlo, si hay necesidades que no se podían postergar”.
¿Los precios están atrasados?
La pregunta que se abre en este punto es si el precio de los combustibles en Argentina están atrasados o no. Esto se debe a que se sospecha que parte de la movida de las distribuidoras fue un intento para empujar el precio con una suba drástica de más del 20 por ciento.
“El precio del petróleo a nivel internacional está por arriba de lo que está el costo de producción. El precio no tiene nada que ver con el costo. Hay una diferencia muy grande entre lo que es sacar el petróleo y refinarlo y lo que se le cobra al usuario”, comentó.
En este punto, aseguró que hay un componente que influye mucho que tiene que ver con los niveles mundiales de producción, que suele depender de los ciclos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
“Eso viene siendo así desde hace mucho tiempo atrás. Incluso llegó a estar 130 dólares el barril y la cuestión de los costos quedó más despareja. Los costos no aumentaron de la misma magnitud”, dijo.
Luego, finalizó: “En Argentina el barril criollo lo separa del valor internacional. Este es un precio especial para vender al mercado interno. Esto quiere decir que las empresas y el Gobierno se ponen de acuerdo y fijan un precio interno. Si en el mercado internacional está a 80 dólares, acá está a 56 dólares”.