“No sé si sabías que está casi sold out”, atesta orgulloso Julián della Paolera apenas comienza la entrevista. El grupo que comanda el cantante y guitarrista, Ok Pirámides, alternará escenario este sábado 4 de noviembre, en el Centro Cultural Artlab (Roseti 93), con Los Brujos. Tras haberlo hecho en septiembre, en el mismo lugar, con Winona Riders, la banda revelación de 2023. Ambas fechas suponen una manera de comprender el imaginario de la cultura underground en la Argentina.
“En la pandemia, hicimos un recital en el que sólo podían entrar 70 personas. Vendimos todas las entradas, y bromeábamos con lo del sold out”, evoca el frontman. “A partir de ahí, Ok Pirámides creció en público y nos empezó a ir mejor. Este giro tuvo que ver con el cambio oportuno que hicimos en la formación". (Al grupo entraron Loló Gasparini en voz y composición, Nacho Jeannot en guitarra y Carmelo Puy en batería).
-¿Alguna vez compartieron recital con Los Brujos?
Julián della Paolera: -Nunca compartí fecha con ellos, pero Gabriel Guerrisi (guitarrista de Los Brujos) tocó de invitado en el primer y tercer disco de Victoria Mil. También nos acompañó en algunos shows en vivo.
-Si antes eran un grupo insular, ahora los contiene una nueva generación de artistas que, al igual que ustedes, apuestan por una estética sonora a medio camino del post punk y la psicodelia. ¿La historia les dio la razón?
J. d. P.: -Lo que podemos decir contentos es que a estas alturas la banda hizo un disco arriesgado en cuanto a composición, producción, audio y estética. De todas formas, nuestra personalidad artística la venimos construyendo a través del tiempo.
El álbum al que se refiere es Truco menor (2022), último trabajo de estudio del quinteto que completa el bajista Martín Ferreyra. De todos los discos que sacaron hasta ahora, estas nueve canciones son las que mejor representan la estampa filosa y visceral de Ok Pirámides. Incluso evocan esa fascinación por la transgresión que apologizó la banda anterior de Della Paolera: la legendaria Victoria Abril (más tarde cambiaron su nombre a Victoria Mil). “Hay algo rupturista del disco que es muy lindo”, afirma Gasparini. “El otro día estábamos ensayando una nueva versión de un tema de Victoria, y hablábamos un poco de eso. Tengo la sensación de que en esta época las canciones de Victoria cobran todavía más sentido cuando las toca Ok Pirámides”. A lo que el músico agrega: “Esto es una consecuencia natural y actual de ese sonido. Hay algo que encaja bien”.
-Sus orígenes en la música los encuentra en una escena que surgió en los noventa para escapar del colapso político, económico y social del país. Algo similar pasa con este under centennial. Lo que testimonia, una vez más, que la contracultura en la Argentina irrumpe como respuesta a la crisis.
Loló Gasparini: -Es positivo que haya nuevas generaciones que rescaten el espíritu del under. Ante ese mainstream muy masivo creado por los jóvenes, a partir de las redes, está bueno que haya una contracara con otra esencia.
J. d. P.: -Lo que nos sostuvo siempre fue la música. Tenemos amor propio por lo que hacemos. Si tengo que hacer una analogía con este tiempo y esta escena, veo que hay algunas cosas que se están valorando ahora. En el momento en el que surgimos, eso era la actualidad. Nosotros lo vivimos en tiempo presente. Siento que eso se convirtió en influencia. Le dimos un giro a la música, dijimos cosas nuevas. Lo que veo hoy es un revisionismo de eso. Obviamente, me pone feliz porque son músicas más lindas e interesantes que otras. Con suerte y precisión, siempre hay algo del underground que termina dándole una pincelada al mainstream.
-Pasan los años y las tendencias, y ustedes siguen militando en el mismo lugar. Eso los convirtió en próceres del under. ¿Se resignaron a ser artistas de culto?
J. d. P.: -No estoy resignado. Siempre pienso que con nuestra música puede pasar cualquier cosa. Si vos te ponés a pensar lo que es el mainstream en este momento, estamos muy alejados. La música más arriesgada no es algo que esté ahí. Tampoco medimos las cosas sobre la base de ese parámetro. Vemos crecimiento en la banda: cada vez tocamos mejor, tenemos mejor sonido, actuamos en mejores lugares y nuestro show en vivo está muy bien definido. Nosotros establecemos esas condiciones. No tengo ningún problema en decir que tenemos una de las mejores propuestas del underground.
-Si se ve en retrospectiva las diferentes encarnaciones musicales de Julián, existe la sensación de que necesita un coequiper para llevar adelante el proyecto. ¿O es mera ilusión?
J. d. P.: -Nunca me planteé tener un coequiper. Gonzalo (Campos) no lo era cuando armé este grupo. Ok Pirámides nació como mi proyecto. De hecho, la banda la hicimos con el Tano Caloia y Nico Ottavianelli de Turf, a partir de algunas cosas que venía componiendo. Y luego Gonza se acopló. Sí enaltecimos los dos, en algún momento, el concepto de grupo de guitarras. Teníamos un diálogo de violas que se volvió una de las particularidades de la banda. En ese aspecto, la novedad es que Loló participa en las composiciones de las letras de los últimos dos discos. No había pasado antes, lo que le dio una dirección diferente a la lírica de la banda.
-Tras ser parte de la banda de Gustavo Cerati y del dúo Isla de los Estados, por ejemplo, Loló pudo mostrar en Ok Pirámides su veta más oscura.
L. G.: -También estuve en un lugar medio oscuro cuando hice Isla de los Estados (junto a Flavio Etcheto). Siento que esta banda me representa, fluye todo de manera natural, y hasta me encontré con mi parte más iluminada. Me resulta inspirador.
J. d. P.: -En el riesgo y el sonido de Ok Pirámides veo oscuridad. Pero también siento que estamos iluminados al momento de transmitirlo. Esto es un “dark luminosity”. Nuestra energía es auténtica, no es una pose.
-¿Ya tienen material para un nuevo disco?
L. G.: -Estamos valorando todo lo que apareció con Truco menor, y disfrutamos del camino del disco a ver dónde desemboca. Desde que estoy en la banda, se dio de manera natura el tiempo para componer.
J. d. P.: -Queremos ir hacia un lugar libre. Por eso se viene un disco en vivo que plasma el sonido de esta formación.