“Sentimos que era el momento de ir a la Marcha del Orgullo de Buenos Aires con una whipala bien grande” dicen mientras terminan de coser la bandera y ajustan los detalles para un viaje que enlaza dos territorios bien distintos: Sharon Mendoza, Marcos López, Sara Pérez, Vivián Marimar Mamani, Gustavo Sardina y Masi Mamani viajan de Jujuy a Buenos Aires, por un lado para aventurarse por primera vez en la Marcha del Orgullo que se realiza en la ciudad capital desde 1992. También para plantarse en un claro posicionamiento político respecto a la necesidad de discutir el cruce entre las luchas LGTBIQ y las luchas territoriales de los pueblos originarios: “Estamos orgullosas de ser coyas, marronas, gays, tortas, travas y trans”, dicen. En ese maridaje entre la identidad, la territorialidad y la sexualidad este grupo de seis llega a Buenos Aires para dar una discusión y para marchar envueltas en una enorme whipala.

Sobre las preguntas que vino a traer el Tercer Malón de la Paz -instalado en Plaza Lavalle desde el 1 de agosto de este año- ellas inscriben un claro “es por acá”, incluso sabiendo que hacia adentro de las comunidades originarias también hay resistencia a las existencias por fuera del mandato cis heterosexual. A la defensa de la tierra, el agua y la vida, ellas le suman una ofensiva clara que implica dejar de hablar de disidencia sexual sin poner en juego la territorialidad. ¿Dónde están las tierras para que las maricas, las tortas, las travas o trans puedan existir? ¿Dónde viven, cogen o trabajan? ¿No es acaso una cuestión primordial pensar la identidad en términos territoriales? Estas son algunas de las preguntas que traen las protagonistas de esta andanza.

Tierra y familia

El despojo de la tierra y el despojo de las familias también es un enlace entre territorio e identidad sexual. Una de las viajeras, Marimar, migró a Buenos Aires cuando tenía 16, hace 30 años. En aquel momento lo hizo para poder transicionar, hoy vive en Tilcara con una jubilación de enfermera: “Desde muy chiquita me identifiqué como una niña. A los 16 me tuve que ir a Buenos Aires para buscar trabajo y tener una vida diferente. En esa época la discriminación era terrible. En Jujuy todas las personas gays o lgtb éramos para la sociedad personas enfermas”, cuenta Marimar, la única del grupo que ya sabe cómo son las marchas en Buenos Aires. Cuando llegó a la capital terminó la secundaria e hizo la licenciatura en enfermería. Trabajó en el Hospital Marie Curie y según ella “tuvo una hermosa experiencia en Buenos Aires”. Es sin duda una excepción en los derroteros de vida de las personas travesti-trans que como comunidad siguen exigiendo la reparación histórica por la baja expectativa de vida.

Salieron el jueves, pararon en Córdoba y esta mañana llegaron a Buenos Aires. No sólo atravesaron las rutas del norte a la capital porteña, el viaje implica un horizonte común para que la identidad sexual y la identidad cultural puedan penarse enlazadas: “Es una discusión no solo para ese afuera de cuerpos no racializados o gente blanca sino también para adentro. Hemos tenido compañeros que nos han hecho comentarios de no estar del todo de acuerdo con lo que hacemos o con cómo vivimos, y eso es algo que también ya nos ha pasado en nuestras infancias, me refiero a que nos han negado nuestras propias familias por ser gays, lesbianas o trans” explica Masi Mamani.

En malón

Sara Pérez, otra de las viajeras, es lesbiana y forma parte de Identidad Marrón Jujuy. Durante las protestas contra la reforma estuvo en varias actividades para sostener el corte y la detuvieron en la represión del 20 de junio: “Estuve detenida casi 12 horas, me armaron causas penales por ejercer el derecho a la protesta” dice. Hasta el día de hoy esas causas están abiertas: “Donde estaba yo había un montón de gente y de ese grupo sólo me detuvieron a mí. Yo no me paro solamente como una persona lesbiana, sino también marrona, india en la ciudad” dice en diálogo con Soy.

La reforma constitucional tiene un claro punto de resistencia en la Plaza Lavalle, desde hace 4 meses el Tercer Malón de La Paz viene reclamando y exigiendo medidas como la intervención federal de la provincia y el pedido de derogación de la reforma. Entre las modificaciones aprobadas por casi todo el parlamento -lxs seis del Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U) denunciaron- está la modificación del artículo 36, "derecho a la propiedad privada", que deja en mejores condiciones a titulares registrales que disputan tierras con comunidades originarias. Incorpora "mecanismos y vías rápidas y expeditivas que protejan la propiedad privada y restablezcan cualquier alteración en la posesión, uso y goce de los bienes a favor de su titular". También afirma que se considerará "grave violación al derecho de propiedad la ocupación no consentida", además alienta la sanción de una ley que determine "las condiciones para el desalojo".

Uno de los aspectos más rechazados es el punto titulado "Derecho a la Paz Social y la Convivencia Democrática Pacífica", que propone incorporar a la nueva Constitución "la expresa prohibición de cortes totales de calles y cortes de ruta, así como toda otra perturbación al derecho a la libre circulación de los habitantes de la provincia y sus consecuencias legales".

Es así como este viaje a la Marcha del Orgullo es también un hecho político de rotundo rechazo a la reforma de Gerardo Morales: “Venimos a pedir que se intervenga la provincia porque realmente creemos que esta reforma tiene que darse de baja. No sólo nos ataca a las personas LGTB y originarias, sino que depreda todo lo que es el ecosistema y el ambiente en el que estamos viviendo” dice Masi.


La aspiración a la blanquitud

“Hay que aceptar que la sexualidad también es colonial” dice Sara. Dentro de la comunidad LGTBIQ de San Salvador de Jujuy aparece el blanqueamiento y la no reivindicación de lo racial como un eje de discusión central. Las marchas pensadas desde la música, la estética y las reivindicaciones políticas se vuelven profundamente occidentales en un territorio herido por el colonialismo: “Me ha pasado, proponer otro tipo de canciones en la marcha, cosas más de acá y que no sean aceptadas. Y la preguntas es ¿por qué no?”, dice Sara.

Si bien en la provincia está la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo, existen propuestas de autoconvocadxs y autogestivas. En Tilcara este año se organizó la marcha en sintonía con la lucha del Tercer Malón de la Paz y el lema es “El retorno de las maloneras”.

“La identidad no se puede pensar sin territorio, eso es algo que está todo el tiempo en las discusiones dentro de los espacios LGTBIQ. Se ha pensado la identidad sexual o genérica como autoperceptiva, como si fuera un espacio interno y en relación a la corporalidad”, dice Masi. Ellas proponen ampliar esa percepción y llevarla a la territorialidad, se vuelve difícil pensar la identidad sin un territorio, un contexto en donde se pueda construir esas identidad. Eso abarca desde las mujeres trans o travestis que llegan a Buenos Aires y no tienen lugar para alquilar, pasando por las mujeres rurales a quienes les quitan las tierras, o quienes viven en los pueblos y cada vez se les hace más complejo conseguir un terrenito: “Estamos hablando de lugares en donde poder ser, donde poder existir y también donde coger”, concluye Masi.

“Algo que nos ha enseñado la lucha de los pueblos originarios es que la identidad es territorial. Y algo que aprendimos de los espacios LGTBIQ es que podemos enorgullecernos de lo que somos” dice Massi. En este cruce de luchas históricas, ellas ponen la whipala bien adelante y la llevan con orgullo, en ese hecho político hacen cuerpo la convicción de no permitir que las luchas territoriales, identitarias y sexuales vayan separadas.

“Nos dijeron algunas cosas en relación a la marcha pero nosotras no entendemos mucho. Si quedamos muy atrás o muy adelante. Es la primera vez que voy a una marcha en Buenos Aires pero estamos más predispuestas a lo que suceda en el momento” dice Sara. El sábado a las 10 de la mañana darán el taller “Las Maricas meloneras tomamos el Paco Urondo”, en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo (FFyL UBA), ubicado en 25 de mayo 201.

“Las corporalidades racializadas también son heterosexualizadas” dice Marcos, por eso, este grupo de maricas, lesbianas, travas y trans llegan a Buenos Aires a tomar el espacio y a hacerse visibles en un posicionamiento que no implica pedir permiso sino que toma los espacios en donde la blanquitud se siente en casa.

Huérfanas de la coyuntura electoral

“Vemos con temor la posibilidad de que Milei sea presidente. Son discursos llenos de odio y que atentan contra nuestras reivindicaciones, con lo que hemos conseguido” dice Marcos y Sara agrega: “Todo lo que mueve Milei en relación a la militancia esta protagonizado por varones cisheterosexuales y muy violentos”. Cuando Victoria Villarruel fue a Jujuy, ella se presentó allí con un cartel que decía “son 30 mil” y recuerda haber sentido una hostilidad muy grande: “En San Salvador se puede ver también que muchos de esos varones que son homofóbicos también son profundamente racistas”. En ese sentido, Sara suma un punto más para la reflexión: “Todos esos militantes eran marrones, entonces ese blanqueamiento es algo que también pasa en la comunidad LGTB en San Salvador, es una comunidad blanqueada que no se reivindica en lo original y mucho menos en lo racial”.

“Nosotras nos sentimos un poco huérfanas en relación a la coyuntura electoral. Ojalá que si Massa es presidente, se pueda acercar mucho más a la discusión sobre la extracción de litio”, explica Masi y agrega: “Hoy los políticos tienen un bozal en relación a esta discusión y se nos ha desvinculado de la agenda. Más allá de las elecciones nuestra resistencia está en la línea de la defensa del agua, y en que se sepa que se quiere hacer una extracción de litio a nuestras espaldas y en contra de nosotras. No nos vinculamos con el territorio a través de la extracción. No somos tampoco quienes agarran la tierra y la exprimen hasta que no quede nada”.


Dónde y cupando: Las Maricas Maloneras en el Urondo

Este sábado 4 de noviembre Las Maricas Maloneras de Jujuy (que forman parte del Malón de la Paz que acampa en la ciudad en respuesta a la violencia institucional que atraviesa la provincia) serán las protagonistas de un evento imperdible en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo (FFyL UBA). A las 10 de la mañana Sara Pérez y Maximiliana Maman estarán a cargo de un taller a la gorra de danza y reflexión. Se trata de un encuentro de exploración corporal a través de la danza ritual del tinku en el cual se podrán en diálogo los cuerpos tomando conciencia de la urbanidad centralizada que habitan, en contraste con el norte andino. 

Sábado 4 de noviembre en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo (FFyL UBA.), 25 de mayo 201, Ciudad de Buenos Aires. Más info en: pacourondo.filo.uba.ar

Por la tarde del sábado Las Maricas Maloneras, desde las 14, invitan al "Whipalazo Torta-Trava- Marika", en el marco de la 32° Marcha del Orgullo LGBTQNB+. Concentran en Diagonal Norte y Florida.

A decolonizarnos

Las Históricas Argentinas, Futuro Trans, El Tercer Malón de la Paz, Mu La Vaca y Brotecitos Radio convocan al Malón del Orgullo con la consigna "A descolonizarnos contra todos los genocidios" a las 13hs en Plaza Lavalle.  Susy Shock y Marlene Wayar encabezan esta propuesta para para acompañar y solidarizarse con los pueblos ancestrales. La cita es a las 13:00 hs en Plaza Lavalle.