A partir de la sanción de la ley 10.664, en La Rioja se debe implementar “la hora silenciosa”. Se trata de una medida que busca generar “un ambiente favorable para las personas con condición del espectro autista (CEA) y/o hipersensibilidad sensorial a estímulos visuales y auditivos, a fin de recibir una protección social integral y propiciar espacios más gratos e inclusivos”.
La norma presentada por el Bloque Justicialista y que fue promulgada y publicada en el Boletín Oficial del 20 de octubre, establese la obligatoriedad de “la hora silenciosa” en locales de venta de indumentaria, calzado, bazar, juguetes, electrónica, materiales de construcción, ferreterías, regalerías, librerías, farmacias, panaderías, rotiserías, restaurantes, confiterías, heladerías, kioscos, minimercados, supermercados, hipermercados y salones de belleza.
De acuerdo con lo establecido por la ley, los locales comerciales deberán bajar “la intensidad de las luces y silenciar los ruidos provenientes de altoparlantes, televisores, equipos de música u otros dispositivos electrónicos similares, por el lapso mínimo de 120 minutos continuados, incluyendo horarios matutinos y vespertinos, 2 veces por semana de lunes a viernes y los sábados o domingos con el propósito de colaborar tanto con quienes presentan hipersensibilidad sensorial a estos estímulos como con las personas con CEA.
La Subsecretaría de Comercio Interior y Defensa al Consumidor, autoridad de aplicación, comunicará a los comercios que deben colocar carteles en los que se informen los días y horarios de implementación de la “Hora Silenciosa” en un lugar visible de sus locales, redes y páginas web.
También debe brindar capacitaciones sobre su implementación y en articulación con Ley con el Consejo de Discapacidad, para que consecuentemente, puedan brindar asistencia a las familias en caso de que sea necesario. Pueden ser apercibidos y multados en caso de no cumplir con esta ley.
En la sesión legislativa donde se aprobó la norma, la diputada Lourdes Ortiz remarcó que “la iniciativa nace del sector público e implica el acompañamiento del sector privado, que debe disponer de horas silenciosas para generar espacios accesibles para las personas que padecen dicha condición (trastorno del espectro autista)”.