La Cámara Nacional Electoral (CNE) resolvió, en votación dividida, que ni Sergio Massa ni Javier Milei podrán tener papeles durante el debate del 12 de noviembre, a partir de las 21 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Los candidatos no podrán leer ni exhibir nada. La decisión está en línea con lo que ya se resolvió en 2015 y en 2019, aunque esta vez dos jueces ratificaron sus decisiones anteriores —Santiago Corcuera y Daniel Bejas—, mientras que Alberto Dalla Via cambió su postura y abrió la posibilidad al uso de anotaciones y textos.
El criterio de la CNE es que un candidato presidencial debe estar en condiciones de explicar por sí mismo, sin machetes y sin exhibir cuadros o gráficos que luego terminan siendo polémicos. De esa manera, los magistrados le dieron la razón al equipo de Massa y desestimaron la posición del team Milei que, en la reunión preparatoria, fue muy vehemente: reclamaron una y otra vez que el libertario pueda anotar y leer. Todo indica que la idea de La Libertad Avanza es que leer y apoyarse en machetes le quita inestabilidad a su candidato y por eso lo vieron fundamental. En paralelo, la CNE rechazó el otro pedido de Massa, que consistía en lo que llamaron cámaras cruzadas: que en la televisación también sea enfocado el candidato que no está en el uso de la palabra para así captar sus gestos y reacciones.
Los jueces de la Cámara son los organizadores y supervisores del debate. La norma indica que hay flexibilidad cuando los equipos de los candidatos se ponen de acuerdo en un punto, pero cuando existen discrepancias, los magistrados resuelven y la norma se aplica sí o sí. En los dos debates de 2023, Patricia Bullrich y Javier Milei leyeron, pasando por encima de lo que habían decidido los jueces en su momento. Sin embargo, no había sido un punto de controversia en la preparación del encuentro de Santiago del Estero y el previo a las generales, en la Facultad de Derecho de la UBA. Esta vez sí.
El equipo de Massa, con Juan Manuel Olmos y Santiago García Vázquez a la cabeza, planteó explícitamente que no debía violarse la norma sobre los papeles. En cambio, el equipo de Milei —Karina Milei, Santiago Viola y Santiago Caputo— insistió en que su candidato quería tener papeles, anotaciones, guías de los temas. Tras una reunión de la Cámara este martes, Corcuera y Bejas reafirmaron lo decidido en 2015 y 2019; Dalla Via cambió de posición, pero lo resuelto quedó firme.
Hubo un segundo punto de controversia, a raíz de un planteo del equipo de Massa. Los representantes del candidato de Unión por la Patria sugirieron que también esté en cámara el postulante que en cada momento del debate no esté hablando. Es una forma de captar gestos que —según plantearon— son parte de la realidad de un debate. Como anticipó Página/12, la iniciativa tenía pocas chances de prosperar porque la CNE tiene posturas más bien formales, institucionales y los jueces no iban a ser muy receptivos a expresiones que no son parte de lo que un candidato dice.
En realidad, los jueces hasta habían tenido una postura docente con la cuestión de evitar que los candidatos lean. No sólo sostenían que un postulante al máximo cargo del país debe estar en condiciones de explicar sin asistencia, sino que cuando Bullrich y Milei leyeron, se tornó un gol en contra. Sucede que se pierde espontaneidad y, lo más grave, el candidato se pone nervioso y termina leyendo mal. Es cierto que Bullrich ya venía con dificultades para explicar lo que estaba diciendo y que Milei exhibía nerviosisimo, pero se marcó una evidente diferencia con quienes expusieron de forma fluida, Myriam Bregman, Juan Schiaretti y Sergio Massa. De todas maneras, más allá de esas evaluaciones, la Cámara no hizo más que refrendar su decisión y criterio anterior.