El prestigioso psiquiatra y psicoanalista español José María Alvarez considera que los vocabularios son portadores de tendencias e ideologías. En el Vocabulario de Psicopatología (Xoroi Edicions), una voluminosa obra de dos tomos con más de ochenta entradas, Alvarez aborda la opinión de un grupo de especialistas en Psicología Clínica, Psiquiatría y Psicoanálisis de España y de otros países que tienen una característica en común: la mayoría trabaja en instituciones sanitarias, se ocupan de la atención en Salud Mental y tienen una orientación psicoanalítica. "Algo que en Argentina es muy frecuente pero que en Europa es muy inusual: que la gente que trabaja en Sanidad Pública tenga una orientación psicoanalítica y que trabaje con psicóticos es muy inusual", comenta Alvarez en diálogo con Página/12, que viajó a Buenos Aires a presentar el Vocabulario de Psicopatología y para dar una serie de charlas (ver recuadro).
Oriundo de la ciudad de Valladolid, Álvarez es también doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en Psicología Clínica en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, Alvarez explica la nueva obra que dirigió: "Hemos querido hacer un Vocabulario para rever, en muchos casos, algunos conceptos de uso cotidiano que en estos momentos me parecía que era necesario redefinir para volver a la clínica, a la experiencia de todos los días, para darles una definición y, en todo caso, después ajustar las teorías, pero no mantenernos en las nubes de las teoría sin tocar con la realidad los pies de la clínica", comenta.
--¿Usted entiende a la psicopatología como una indagación permanente sobre la condición humana?
--Sí, así es, sobre la condición humana y sobre su pathos, sobre su patología, sobre sus sufrimientos, sobre sus excesos, sus pasiones, sus voces extraordinarias, etcétera. Entonces, la psicopatología no es nada más que el estudio del sujeto en su vertiente más patológica. Y todo eso tiene una metodología, unas formas de estudio y tiene unos resultados. El resultado más conocido es lo que se llama vulgarmente las "enfermedades mentales" o los "trastornos mentales" o las estructuras clínicas o los tipos clínicos. Es, en definitiva, conocer al sujeto cuando no funciona armónicamente, sino muy disarmónicamente o cuando está desbordado, y su desborde cuaja o se manifiesta en determinado tipo de manifestaciones que nosotros hemos ido organizando a lo largo de los últimos siglos de distintas maneras: en categorías, a veces en dimensiones, etcétera. Esto es algo que va cambiando con el tiempo y cuando un modelo se gasta se echa mano de otro. Es un estudio sobre el sufrimiento, sobre la parte más desbordante de la subjetividad.
--¿Por qué a veces es preciso hablar de psicología patológica y no de psicopatología?
--Yo lo uso indistintamente. Y lo hago, además, a propósito. En general, el término clásico que se usa desde principios del siglo XX es "psicopatología". También se usó en aquella época "psicología patológica". Para mí viene a ser lo mismo. El estudio de la psicología patológica o de la psicopatología tiene que ver con el estudio de lo que nos desborda como sujetos, pero al mismo tiempo, eso que nos desborda como sujetos tiene que estar articulado a una psicología general. Lo voy a decir de una manera muy sencilla: cuando Freud escribe La interpretación de los sueños establece un sistema de psicología. Y ese sistema de psicología que explica cómo funciona un sujeto corriente, por ejemplo, cuando sueña, sobre ese sistema de psicología se monta la psicología patológica. Ese mismo sujeto cuando se alborota, cuando se altera, cuando enloquece, ¿cómo funciona? Entonces, ahí tiene que haber una continuidad en la explicación. No puede haber un salto. En general, la psicopatología más de corte biomédico explica muy bien, en algunos casos, la patología, pero no sabe explicar la psicología que hay debajo. Puede explicar que una alucinación es una percepción sin objeto y que hay unos cuantos tipos de alucinaciones, pero si le preguntas qué es una percepción, ahí ya no saben qué responder. Entonces, una psicopatología bien hecha --como, por ejemplo, la de Freud--, es la que articula la psicología general con la psicología patológica. Por eso yo uso el término "psicología patológica".
--¿Por qué usted entiende que la psicopatología del Vocabulario se asienta en los quince pilares que describe?
--Es una metodología que vengo usando desde hace tres décadas. Entonces, cuando pensé en este Vocabulario, pensé que la metodología que debería organizar la orientación general debería ser esa. Tiene algunas características, a diferencia de otros diccionarios o vocabularios. En primer lugar, se estudian temas. No se estudia lo que un autor u otro dice sobre tal tema sino que se estudia el tema en general. Tiene también una característica: se suma la clínica clásica, la psicopatología clásica, la de los grandes pensadores de la psicopatología (los alemanes, los franceses, etc) con la portación psicoanalítica. Las dos cosas están perfectamente articuladas. Y desde el punto de vista metodológico, la psicopatología se iluminaría con tres lámparas. Una es la clínica; es decir, las preguntas más simples que nosotros nos hacemos con respecto a un sujeto al que estamos tratando de entender: qué le pasa, cómo le pasa, cuándo le pasa, por qué le pasa, para qué le sirve lo que le pasa. Preguntas muy simples, cuyas pesquisas no hay que perder porque los podemos alborotar haciendo grandes especulaciones, pero la base de la clínica son esas preguntas.
--¿La segunda lámpara?
--Otra lámpara proviene del estudio de la historia de la clínica porque en el campo nuestro la historia nos aporta un conocimiento muy luminoso para el presente en tanto y en cuanto muchas de las cosas que nosotros nos preguntamos ahora ya se las han preguntado hace cincuenta años, cien años, doscientos años en un contexto, a veces, muy parecido y, a veces, distintos. Y les han dado respuestas. Y nosotros tenemos que conocer cómo determinados autores que verdaderamente eran preclaros en algunas cuestiones trataron de solucionar eso que nosotros hoy mismo nos estamos planteando.
--¿Y el otro elemento?
--Es de índole más metodológico, más de pensamiento, lo llamo "la lámpara epistemológica": cómo se ha construido este saber siempre en movimiento, siempre preliminar de la psicopatología, cómo se han inventado las teorías para explicar un real siempre en fuga, algo que se nos escapa; cómo se ha tratado de explicar todo eso, qué forzamientos se ha incurrido desde el punto de vista teórico, cómo se han solapado determinadas realidades, cómo se han enfatizado otras a despecho de no ver ciertas cosas evidentes. Todo este tipo de cosas nos enseñan mucho porque nuestra pequeña ciencia es histórica, reflexiva, es más bien enseñar a pensar en el pathos más que dar una solución sobre lo que es o lo que deja de ser.
La agenda
Cronograma de actividades académicas de José María Álvarez en Buenos Aires:
* Sábado 4 de noviembre a las 10.30. Presentación del libro Vocabulario de Psicopatología, en Proyecto Suma, Güemes 4130.
* Lunes 6 de noviembre a las 19. Conferencia de José María Álvarez "El diagnóstico y sus buenos usos”, en el Centro Cultural de La Ciencia, Godoy Cruz 2270, con la presencia del ministro De Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus.
* Martes 7 de noviembre a las 12: Conferencia “¿Estamos todos Locos?’”. En Hospital General De Agudos Torcuato De Alvear. (Hospital De Urgencias Psiquiátricas), Warnes 2630.
* Miércoles 8 de noviembre a las 14. Clase magistral en La Universidad De Belgrano, Zabala 1837.
* Jueves 9 a las 8. Supervisión para residentes y concurrentes de Psiquiatría y Psicología de la ciudad de Buenos Aires. Se realizará en Salón de Actos del Hospital Rivadavia, Av. La Heras 2670. A las 12.30: Supervisión clínica para equipo de Consultorio Externo y Hospital De Día de Proyecto Suma, Güemes 4130.