Estamos en el futuro, tenemos miles de naves, entre ellas una cuya misión es explorar rincones desconocidos de la galaxia. Su tripulación es un elenco de sitcom: un matrimonio divorciado, aliens extraños y repartidas dosis de imbecilidades, mezquindades, internas, cuetazos de pistolas hi-tech, chaquetas militares y gags para la sonrisa. Es el puntapié inicial de The Orville (Fox, desde el 10/9), serie que parodiará Star Trek en 13 episodios de riesgosa mezcla de ciencia ficción y comedia.
Es un cruce de géneros bastante inusual que apenas cataron un par de películas (la ochentosa Spaceballs, sátira de Mel Brooks; la noventosa y equívoca Galaxy Quest), la serie inglesa Red Dwarf y algunas animaciones, como el especial de Padre de familia sobre La guerra de las galaxias. Y es justamente el creador de ese show animado, Seth MacFarlane, el frontman a cargo del guión, la producción, la dirección y el rol protagónico de The Orville: interpreta al capitán de la nave Orville, cuya primera oficial es su ex mujer.
El maridaje de naves espaciales y humor en formato televisivo resulta casi inexplorado, aunque la verdad –el nicho– está ahí fuera: las óperas espaciales, por estos días, reverdecen. Star Wars, desde que cayó en manos de Disney, avanza como un Imperial Walker AT-AT y conquista a toda marcha tiendas de ropa, jugueterías, pantallas domésticas y cines: en tres meses estrenará The Last Jedi y en lista de espera están el joven Han Solo (2018), el Episodio IX (2019) y el spin-off de Obi-Wan Kenobi (2020).
La otra gran sagaláctica, Star Trek, prepara su séptima serie para TV desde 1966, Star Trek: Discovery (estrenará el 24/9 en Netflix). Y además la lista espacial incluye el tanque europeo Valerian y la ciudad de los Mil Planetas, tibio en cines, y la segunda serie de la franquicia Stargate, ya en camino. Entre tanta galaxia en expansión, por qué no mofarse un poco de los astronautas pistoleros, los aliens colonizados y los copilotos robot que conocen el universo como la palma de sus circuitos. “Estoy cansado de las sagas sombrías y distópicas, quiero recuperar el lado divertido de la ciencia ficción”, dijo MacFarlane. ¿Hay mercado para reírse del saludo vulcano? ¿O con el Jedi no se jode?