Carmen Amaya, una de las bailarinas más destacadas de la historia del flamenco, cumpliría hoy 110 años. Por eso, Google decidió homenajear a la bailaora fallecida hace 60 años con un doodle especial. La artista romaní española también actuó en Hollywood y en la Casa Blanca de Estados Unidos, vivió en Buenos Aires y marcó un antes y un después en el tradicional género nacido en Andalucía.
La ilustración, a cargo de la artista invitada Genie Espinosa, recuerda a Amaya con su característico floreo y braceo y la típica indumentaria y colores del género gitano. En un apartado con una breve entrevista a la dibujante, Espinosa dijo que se inspiró en videos y actuaciones antiguos para comprender su vibra. “Realmente admiro el poder y la fuerza de mujeres como Carmen que derribó muros y mostró su talento sin dudarlo”, sostuvo.
Google, por su parte, recordó a Amaya como una de las mejores bailarinas de flamenco de todos los tiempos”. Y, en la publicación de su doodle, sumó: “La energía y personalidad ilimitadas de Amaya se manifestaban en cada uno de sus movimientos".
Quién fue Carmen Amaya, ícono del flamenco
El flamenco formó parte de la vida de Carmen desde que nació, el 2 de noviembre de 1913, en Barcelona, en el seno de una familia abocada al arte. Siguió el legado de una larga línea de bailaoras. A los cuatro años, Amaya ya bailaba en tabernas y bares junto a su padre, que era guitarrista.
Años después, “el expresivo estilo de baile de Amaya llamó la atención de un showrunner de variedades”, relata Google. El cazatalentos la contrató para que actuara en lugares prestigiosos como el Teatro Español de Barcelona o el Teatro Palace de París, que se convirtió en un elemento básico de su carrera.
Ya para 1929, Amaya realizaba giras por España y Portugal junto a los bailarines y bailarinas de flamenco más respetados de la época. Su rápido juego de pies se volvió icónico y le ganó fanáticos en toda América Latina, algo que la llevó a mudarse a Buenos Aires, Argentina, donde vivió un tiempo y fundó su propio grupo de flamenco con el que hizo giras por distintos puntos de la región, como Cuba o Brasil.
Una década más tarde, volvió a mudarse, en este caso a la Ciudad de México. Cuando actuó en Nueva York en 1941, se hizo fanática del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt. Por eso, la invitaron a bailar a la Casa Blanca. El éxito en el país norteamericano la llevó actuar también en Hollywood, en películas como La Historia de los Tarantos.
Murió a sus 45 años, a causa de una enfermedad renal. A su entierro acudieron miles de personas de Cataluña, así como de distintos puntos del resto de España y Francia.
“Amaya ha sido honrada de muchas maneras, incluido el gobierno de España le otorgó la Medalla al Mérito Turístico de Barcelona y el Parque Montuic de Barcelona cuenta con un monumento y una fuente en su honor. El legado de Amaya vive en los vericuetos de los bailaores de flamenco de hoy”, contó Google, que cerró: “¡Feliz cumpleaños, Carmen Amaya!”.