Olinda Sosa tenía 83 años y estaba internada en la ciudad correntina de Esquina con una cardiopatía severa. Su médico recomendó llevarla a Goya. El único medio disponible era una lancha que cruzara el arroyo Guazú. La anciana sufrió un ACV en el trayecto y murió. Su caso desnuda la falta de infraestructura médica en Esquina y las dificultades para ir y venir de Goya por el derrumbe de un puente que une ambas orillas del arroyo.
En rigor, la caída del puente de la ruta nacional 12, ocurrida el 2 de julio, es lo que llevó a la vía alternativa de comunicación entre las dos ciudades. Goya y Esquina están separadas por 110 kilómetros, y el colapso del puente obliga a usar la lancha, tanto para quienes van y vienen en el día, como aquellos que por razones médicas no pueden atenderse en Esquina, una ciudad que, en el extremo sur de la provincia, no puede abastecer a sus 50 mil habitantes con un sistema médico acorde.
“Hay gente que se tiene que hacer tratamiento de hemodiálisis y se tiene que tomar la lancha, lo cual alarga el viaje”, contó a Página/12 Víctor Sánchez Hernández, periodista de Esquina. Desde el 2 de julio, la comunicación entre ambas ciudades depende de las lanchas, mientras se espera el arreglo de un puente cuya reparación, estimó el gobierno, llevaría 45 días. Ya pasaron más de 60.
“Lo que ocurrió muestra lo que hace falta el puente, visibiliza el que no esté reparado”, señaló Sánchez Hernández, quien agregó que el costo de los viajes corre por cuenta del municipio de Esquina. “Están yendo y viniendo entre 600 y 700 personas por día. La provincia aportó medio millón de pesos, pero se van entre 200 y 300 litros de combustible sólo por día, sin contar el alquiler de las lanchas”.
La reparación del puente es un tema polémico, no sólo por la demora en las obras. Los vecinos denunciaron que había deterioros y que había riesgo de derrumbe. Un informe de Vialidad los desmintió. El puente se desmoronó cuatro días más tarde. El juzgado federal de Corrientes investiga hoy las responsabilidades políticas del caso
La muerte de Sosa, que según los médicos era esperable por su deterioro, se suma al accidente fatal del 8 de julio, cuando un hombre murió al desbarrancarse su auto por el puente caído, donde no había señalización.
Mientras tanto, el gobernador Ricardo Colombi recorre la provincia en un helicóptero sanitario por el cual la provincia pagó cinco millones de dólares. Lo usa de cara a las elecciones del 8 de octubre, mientras en Esquina dependen de lanchas, a la espera que terminen el puente.