Boca tuvo su primera práctica en Río de Janeiro. Y por tercer día consecutivo, el técnico xeneize Jorge Almirón acomodó el mismo equipo base. En este caso con Valentín Barco en lugar de Luca Langoni. Por lo que ya no parece haber intrigas para la gran final de la Copa Libertadores del sábado a las 17 ante Fluminense en el estadio Maracaná. De no mediar inconvenientes de último momento, Boca saldrá con Sergio Romero, Luis Advíncula, Jorge Figal, Nicolás Valentini y Frank Fabra, Cristian Medina, Guillermo "Pol" Fernández, Ezequiel "Equi" Fernández y Barco, Edinson Cavani y Miguel Merentiel.
La primera parte del trabajo en el complejo Moacyr Barbosa de Vasco da Gama fue abierta a la prensa. Al comienzo, hubo una entrada en calor con un rondo, movimientos físicos y algunos ejercicios con pelota, y luego se cerró a los periodistas. En ese contexto, el entrenador de arqueros Fernando Gayoso ocupó uno de los arcos para entrenar aparte a "Chiquito" Romero en una sesión de la que también participaron el suplente Javier García y el promisorio Leandro Brey, tercer golero del plantel.
En tanto, el zaguero Nicolás Valentini y el goleador Darío Benedetto se movieron sin dificultades pese a que su estado físico no es el óptimo. Valentini irá como segundo marcador central por el suspendido Marcos Rojo en tanto que Benedetto ocupará una lugar en el banco de los suplentes aunque es un hecho que no llegará en su mejor condición.
Uno de los jugadores más enfocados por los peridistas brasileños fue Barco, quien se mostró distendido y se entretuvo tirando rabonas luego de no haberse entrenado el miércoles en el complejo boquense de Ezeiza. Por su parte, el trío uruguayo conformado por Edinson Cavani, Miguel Merentiel y Marcelo Saracchi estuvieron siempre juntos durante la sesión en el predio de Vasco. La distancia de ese complejo con el hotel Hilton Barra donde está alojada la comitiva boquense es de cinco minutos en auto y esa cercanía es favorable para los traslados.
En medio del entrenamiento, algunos hinchas del conjunto vascaíno que dirige Ramón Díaz se treparon del muro y demostraron su apoyo al equipo de Jorge Almirón. Este viernes, el plantel hará su último ensayo previo a la finalísima en el que probablemente el técnico boquense insistirá con el tema táctico y las jugadas con pelota detenida. Por la tarde, alrededor de las 18, el plantel boquense reconocerá el campo de juego del Maracaná, tras lo cual hablará en conferencia de prensa Almirón y un futbolista del plantel que podría ser el uruguayo Cavani.
Incidentes en Copacabana
Entre tanto, se registraron incidentes entre hinchas de Fluminense y Boca en las playas de Copacabana. Según datos suministrados por testigos presenciales de los hechos, barras del equipo carioca emboscaron y provocaron a varios parciales xeneizes que se encontraban tomando mate, fernet y degustando abundantes caipirinhas a orillas del océano Atlántico. Incluso llegaron a darse algunos intercambios de golpes de puños. La policía de Río fue alertada del cruce violento, ingresó a la playa haciendo algunos disparos al aire para disuadir a los más exaltados y ordenó el retiro inmediato de los boquenses. Por la tarde fueron detenidos dos argentinos que horas después fueron liberados por falta de acusación.
Ya entrada la noche, la tropa de choque de la Policía Militarizada de Río de Janeiro reprimió con gas pimienta y gases lacrimógenos a decenas de hinchas boquenses que aún permanecían en la playa de Copacabana, en la vigilia para la final de la Copa Libertadores que se jugará el sábado ante Fluminense en el estadio Maracaná.
"Estábamos en la playa y apareció gente del Fluminense; de repente la policía vino y nos reprimió disparando", dijo un hincha de Boca que escapaba de los gases lanzados en las arenas de Copacabana.
Fue un momento de alta tensión, ya que hinchas del Fluminense encontraron la zona liberada para agredir a los hinchas de Boca que estaban en la playa, colmada por ser Feriado del Día de los Muertos en Brasil.
El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se mantenía en diálogo con la comandancia de la policía militarizada de Río de Janeiro, en prevención de que puedan repetirse estos incidentes.
Pero la atención de la seguridad estará puesta este viernes en el banderazo xeneize convocado para a las 16 en el que esperan reunirse muchos de los 100.000 fanáticos azul y oro que viajaron hasta Río, pese a que no más de 25 mil podrán ingresar con su boleto al estadio Maracaná.