Desde Santa Fe
El secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, José Schulman, declaró ayer más de una hora ante la justicia federal en una investigación a un "grupo de provocadores" entre ellos un ex policía que opera en las redes, Orlando Gauna, por supuestas "amenazas, instigación a cometer delitos e incitación a la violencia colectiva". La causa se inició a mediados de agosto por una denuncia de Schulman, pero el juez federal Reinaldo Rodríguez la derivó a la Unidad Fiscal de Derechos Humanos, así que ahora la pesquisa está a cargo del fiscal Martín Suárez Faisal.
Después de su testimonio, Schulman ofreció una conferencia de prensa en la sede de la CTA, donde dijo que había ratificado la "denuncia" contra "los provocadores encabezados por Gauna y otros que se atreven a insistir que los sobrevivientes del terrorismo de estados somos ladrones, mentirosos, violentos, asesinos. Y en esos posteos (por Facebook) algunos de ellos proponen que me ahorquen, otros asienten y otros que me lleven a dar una vuelta en avión por el Río de la Plata. Así que hemos decidido enfrentarlos ante la justicia, como corresponde", expresó.
-‑¿La denuncia es contra Gauna? --le preguntó un colega.
-‑Es contra Gauna y quienes lo acompañan, entre ellos un tal Michelli Ramos y todos los que surjan de la investigación ‑respondió.
El posteo se originó en el Facebook de Gauna, quien publicó una foto de Schulman con contenidos agraviantes, a los que se sumaron sus "amigos". El 4 de agosto, un tal "Horacio Ramella" escribió que al defensor de los derechos humanos habría que "colgarlo en la vía pública", un comentario que tiene seis me gusta. Y a la mañana siguiente, Gauna respondió: "Cómo me gustaría". El 8 de agosto, un tercer usuario Adhemar Santángelo, le dice: "Haga". Y Gauna respondió: "A éste (por Schulman) hay que colgarlo. Vayan". El 12 de agosto, Michelli Ramos comentó: "Un paseíto en avión por el río de la Plata y listo!".
Schulman dijo que la "amenaza es real, sería demasiado ingenuo admitir el sentido literal de las palabras". "Dar una vuelta en avión por el río es una amenaza de muerte, como hablar de un asado en la Esma es quemar cadáveres. La picana es para torturar. Ahorcar, no hay forma de confundirse. A las palabras hay que darle el contexto para impedir que algún juez diga que me invitaban a pasear y rechacé la invitación. No es una invitación, es una amenaza de muerte. Ellos no están jugando", agregó.
"Yo creo que esta gente es capaz de todo porque no tiene escrúpulos. No hacen otras cosas porque no lo hemos permitido y ahora tenemos que lograr que dejen de amenazar, agraviar y que la justicia imponga una restricción para que no vayan a provocar más a las víctimas del terrorismo de estado en los juicios", agregó.
Schulman hizo tres "consideraciones de contexto". 1) Dijo que él es secretario nacional de la Liga, el organismo de derechos humanos más antiguo del país, que ya tiene 80 años. "Por lo tanto, la amenaza no es a una persona". 2) El ataque "se inscribe en una campaña de odio y estigmatización que procura sofocar la cultura democrática y debilitar el estado de derecho, agraviar a las víctimas del terrorismo de estado, descalificarlas. Sólo aporta al debilitamiento de la democracia". 3) Se suma a "la historia de persecuciones" políticas e ideológicas, que "no sólo afectó a los militantes sino a sus familias". Y exhibió el recorte de un diario de época -que agregó como prueba en la causa‑ del 5 de diciembre de 1975, cuando un grupo de tareas puso una bomba en la casa de sus padres, en barrio Roma y voló la vivienda. "Así empezaron las cosas. Esto es como cocinar a una rana, se la pone en agua fría, se enciende la cocina al mínimo, la rana dice que el agua está tibia y al otro día, está cocinada. Nosotros hacemos esta denuncia porque el agua está casi por hervir en la Argentina. Es hora de que paremos a los grupos violentos que pretenden instalar el odio, amedrentarnos. Y Gauna se ha transformado en un provocador que es parte de esta campaña de odio que destruye a la Argentina".