En el verano del 71 el conocido periodista Juvenal publicaba en la revista El Gráfico una carta de despedida a Raúl Bernao. El puntero derecho de Independiente se iba del club para seguir su carrera en el Deportivo Cali de Colombia. Atrás quedaban nueve años increíbles que habían significado el despegue internacional del Rojo, que se convertiría en el Rey de Copas.

El tema es que el Loco Bernao se volvió símbolo de ese equipo al que seguía desde su infancia en Sarandí. Nacido el 4 de noviembre de 1941, llegaba a sus 30 en el momento justo como para hacer una diferencia económica. Ya había conseguido tres títulos nacionales con el Rojo (1963, 1967 y 1970) y dos Libertadores (1964 y 1965). También había sido goleador y ganado los duelos con los mejores marcadores de punta. Sus enfrentamientos con Silvio Marzolini en los Independiente-Boca se convirtieron en partidos aparte. Los hinchas lo amaban, aunque a veces, cuando las cosas no le salían, lo insultaban. Pero al final Bernao se los metió en el bolsillo.

Cumplido el ciclo, entonces, es que Juvenal le escribe en El Gráfico, donde se anima a tutearlo (siempre lo trataba de usted). "Pero te vas. Te fuiste. Independiente te vendió a Colombia. Y esto que no quisiera ser, pero debe ser una despedida, sería muy serio, muy ceremonioso y muy triste si te siguiera tratando de usted…", le dedica, como si fuese una letra de Armando Manzanero.

"Los dirigentes que te vendieron a Colombia y que te hubieran vendido a Camboya o al Celta de Vigo, la cuestión era venderte, deben saber mucho de números. Y con los números en la mano, en una de ésas, ellos tienen razón... Porque Independiente necesita divisas. Y esas divisas pueden sumarse por dos lados: con lo que el club cobre por transferencia de jugadores y los que el club se ahorre en sueldos elevados como el tuyo. Tal vez por eso, por tu sueldo alto, no se animó River, que viene buscando un wing derecho desde que vendió a Cubilla en 30 millones de 1969 y lleva gastados casi 40 millones de 1970/ 71 para reponer el agujero que dejó el oriental…", agrega.

Juvenal también recordará su participación en la noche en que Independiente goleó al Santos de Pelé, lo comparará con Rattin, Labruna, Moreno, Erico, Pizzuti, y hasta con La Bruja Verón, y cerrará así: "Mi hijo, que se hizo hincha de Independiente porque fue fana de Bernao, sentirá que con vos se fue medio equipo. Y yo, que te regalé una parcela de mi corazón de hincha, te seguiré recordando como si todavía estuvieras ahí, raro y desconcertante, genial y eléctrico, en la punta derecha de TU Independiente…".

Bernao no se adaptó al fútbol colombiano y se fue al Deportivo Municipal peruano, donde corrió la misma suerte. En el 74 regresó al país para jugar en Gimnasia y Esgrima La Plata, y apenas hizo un gol. Después se retiró, identificado con los de Avellaneda para siempre. Tanto que lo lloraron sus hinchas en el velatorio que se le hizo en la sede de Avenida Mitre tras su muerte por un problema hepático, el 26 de diciembre de 2007. Tenía 66 años.

En su momento, la carta de Juvenal dio qué hablar. Recordemos que al fútbol se lo veía en las canchas pero para informarse había que leer El Gráfico. Con el tiempo, la tele ganó en preferencia, apareció internet y El Gráfico cerró.

Acá vamos con la segunda parte de la historia. Entre los fanáticos de Bernao había uno que era médico, Horacio Balducci. Era de la zona de Avellaneda y a sus 13 o 14 años iba a la cancha a ver los partidos de Independiente. Finales locales, internacionales, clásicos. Al recibirse de oftalmólogo se fue a vivir a San Bernardo con su esposa y su hijo Leandro, entonces de 3 años, al que –obviamente– hizo del Rojo.

Ya en la costa, Balducci padre taladraba la cabeza a su hijo Leandro con historias del Loco Bernao. Le exageraba hazañas, gambetas y goles (hizo 49 en Independiente). Le contó que Pepe Peña, otro periodista deportivo emblemático, lo apodó Poeta de la derecha después de que el 1 de febrero del 64 el Rojo le ganara 5 a 1 al Santos en Avellaneda. Dicen que esa fue la noche en la que Bernao se volvió mítico.

Cuando en el verano de 2017 el doctor Balducci murió, su hijo entendió que el lazo más sólido que tenían era Independiente pero sobre todo Bernao. Así que se puso a averiguar quién era en verdad ese ex jugador que tanto idolatraba su padre. Buscó recortes y compró viejos ejemplares de El Gráfico. Ahí fue cuando encontró la famosa carta de Juvenal. Pero no se quedó en eso. También contactó a testigos de aquellos tiempos. Periodistas, ex jugadores. A todos les preguntaba por Bernao. Y también sacó declaraciones de archivos.

Así fue que Pepe Santoro le dijo que eran amigos desde chicos y que en la cancha, cuando estaba iluminado, "era imposible pararlo". El Chivo Pavoni, otro emblema de aquel Independiente, fue más técnico: "Te frenaba en una baldosa, desarticulaba muchísimo porque era impredecible. Era capaz de gambetearte tres veces en el mismo lateral". El periodista Enrique Macaya Márquez destacó su "capacidad creativa, su inventiva y su técnica". Y El Ruso Verea: "Pensar en Bernao es pensar en inspiración".

Con lo que averiguó escribió un libro que es al mismo tiempo un homenaje a Bernao y a su padre. "Lo escribí por mi viejo", me dice Balducci, que ahora tiene un hijo de 11 años, Lehuén, que conoció el Ricardo Bochini hace poco. "Independiente y Bernao son los que me siguen conectando con mi papá. Escribir el libro me permitió hablar con jugadores que mi papá mencionaba, ver formaciones de las que mi papá hablaba. Fue ver con mis ojos lo que contaba mi viejo", se emociona.

Al libro lo tituló Bernao, ídolo y loco - La historia del 7 que marcó una era en Independiente y el fútbol argentino. Es al fin de cuentas un acto de justicia como el que debería hacerse con tanto ídolo que merecería un recuerdo de ese estilo. En 90 páginas, Balducci se limita a contarnos al Bernao futbolista del Rojo y, de soslayo, al de la Selección. Ahí está la clave para entender, en tanto lectores, cómo era ese Independiente que inició su ciclo copero. Para Balducci, en cambio, tal vez ahí esté la excusa para acercarse a ese padre que deliraba con su héroe vestido de rojo.

Para quienes quieran saber más de Bernao, Balducci presentará el libro el miércoles 8 de noviembre a las 19.30 en la Biblioteca de la sede de Independiente de Avenida Mitre 470, en Avellaneda.