La fuerte vinculación entre la política y la economía quedó expuesta en la reciente coyuntura electoral. Lejos de las visiones que entienden que los mercados se mueven en forma independiente de los vaivenes de la política, las presiones cambiarias aumentaron fuertemente tras el resultado de las PASO. El primer lugar obtenido por el candidato Javier Milei dió un fuerte espaldarazo a su proyecto de dolarización que, dadas las escasas reservas y el sobreendeudamiento de la economía nacional, sólo cierra con una megadevaluación y un canje compulsivo de activos de corto plazo (incluyendo los depósitos a plazo fijo) por bonos a largo plazo.
Anticipando esos escenarios, los operadores comenzaron un rally dolarizador que se aceleró incluso más cuando el 10 de octubre, el candidato Milei calificó los plazos fijos en pesos como excremento. Las operaciones de dólares financieros pasaron de los 60 millones diarios a prácticamente el doble, con una clara tendencia compradora que elevó las cotizaciones del dólar no oficial en aproximadamente un 30 por ciento, salto similar al que pegó el dólar futuro.
Mientras tanto, los depósitos a plazo fijo disminuyeron un 10 por ciento nominal, en un contexto donde la inflación rondó el 20 por ciento, provocando una baja real mucho mayor. Por el contrario, el buen resultado obtenido por el ministro-candidato Sergio Massa en las elecciones generales se tradujo en una pax cambiaria.
Las operaciones en el mercado del dólar paralelo se derrumbaron a un promedio de 50 millones diarios con una tendencia vendedora que redujeron las cotizaciones financieras y desplomaron el dólar futuro. Mientras, los plazos fijos comenzaron una lenta pero clara recuperación.
Escenarios
Esa muestra puede anticipar los posibles escenarios económicos de cara al balotaje. Un triunfo del oficialismo le permitiría al ministro encarar con fortaleza la renegociación del acuerdo con el Fondo, ya que se deberán redefinir las metas, y administrar las escasas reservas hasta la llegada de la próxima cosecha.
En cambio, un triunfo de Milei desataría una catástrofe económica. La demanda de dólares producto del miedo a la dolarización podrá generar un fuerte salto en los dólares paralelos y en las expectativas de devaluación futura, acompañados de un stockeo de exportaciones y de mercadería a la espera de la asunción del candidato libertario. Ese escenario, de por sí caótico, podría agravarse si se profundiza la corrida sobre los depósitos bancarios, forzando a tomar restricciones sobre los retiros.
Pasada la coyuntura electoral, ambos espacios políticos tienen el desafío de elaborar un plan de estabilización de precios en un contexto de muy bajas reservas internacionales y con un perfil de vencimientos de deuda en los que será indefectiblemente necesario llevar adelante un proceso de renegociación o refinanciación.
Massa promete hacerlo a partir del incremento en las exportaciones de sectores con alto potencial exportador y de sustitución de importaciones (hidrocarburos y recuperación de la cosecha post sequía). El candidato Milei apuesta a obtener fondos adicionales a partir de la privatización de empresas públicas como YPF, potencialmente utilizables como garantía para tomar nuevos créditos externos que viabilicen su proyecto de dolarización.
@AndresAsiain