Luego de que el cannabis pasara de ser visto como un consumo meramente recreativo, e incluso nocivo, a ser considerado "medicinal", los hongos se abren camino en el mismo sentido, y su uso terapéutico es una de las novedades de la Expo Cannabis 2023, que se realiza el 3, 4 y 5 de noviembre en La Rural. Su ingesta —especialmente en pequeñas dosis que no llegan a ser psicoactivas y asistida por profesionales de la salud mental— es cada vez más recurrente y se volvió una alternativa que ofrece resultados sorprendentes y abre interrogantes para la comunidad científica que observa atenta el panorama.
"En este momento de la humanidad en el que a todos les parece que están más conectados, es cuando más desconectados estamos". Esa es la carta de presentación de la médica psiquiatra María Celeste Romero que dialogó con Página/12 en la previa del taller en la Expo sobre tratamiento y cuidados de la microdosis de psilocibina, enmarcado en el uso terapéutico de hongos. A su vez, el psicólogo experto en terapias contextuales, Maximiliano Lofredo, que también diserta en la megamuestra, advierte que "si alguien busca que la medicina del hongo sea terapeútica sí o sí la tiene que acompañar de una psicoterapia profesional".
Los tratamientos con hongos son la novedad de esta cuarta edición de la Expo Cannabis, el evento sobre cannabis medicinal, industrial y de uso adulto más importante de Latinoamérica; y sobre ese tema se explayan Romero —M.N. 130.595— y Lofredo —M.N. 64.038—.
Al comenzar la charla, la psiquiatra hace una advertencia: "Más allá de que en la actualidad haya documentales que lo comunican como si esto fuera la 'llave mágica' para el mundo de la maravilla, es una medicina que desafía mucho nuestro psiquismo y si ese desafío no es trabajado correctamente puede producir riesgos en la salud mental".
"El efecto terapéutico de los hongos tiene que ver mucho con la capacidad de estar presentes y conectados. Esto mejora el estado de ánimo y la cognición. Las áreas cerebrales incrementan aún más su capacidad para conectarse", explica Romero.
El micelio, la forma de vida que da como fruto al hongo, "es una red que se caracteriza por su capacidad de sinergia y conexión. Esto mismo es lo que produce en el cerebro y en el sistema nervioso en general. Más allá de que sirva en tratamientos para la gente con depresión o ansiedad, los hongos generan consciencia".
6 preguntas y respuestas sobre el uso terapéutico de hongos
La doctora Romero responde una serie de consultas claves para entender el uso terapéutico de la psilocibina, el principal compuesto activo presente en los hongos psilocibes.
1- ¿Qué es la psilocibina y qué significan microdosis y macrodosis?
La psilocibina es una molécula que está presente en los hongos del género psilocibe, muy parecida a la serotonina que el propio cuerpo produce y que se encarga de un sistema de equilibro emocional y bienestar. La serotonina ayuda a sostener el equilibrio emocional, el estado de ánimo, el ritmo circadiano (ciclo sueño-vigilia) y el manejo de la ansiedad.
Cuando hablamos de microdosis, hablamos de dosis sub perceptuales. Son dosis muy pequeñas de una sustancia potencialmente psicoactiva, pero tan pequeñas que no se produce el evento psicoactivo. No se toman todos los días por un tema de cuidado y para no generar resistencia.
Macrodosis es un término popular para definir dosis de psilocibes que generan efectos psicoactivos. Básicamente es una ampliación del estado de consciencia. Más allá del diagnóstico, cada caso requiere una revisión única e intransferible a través de la cual se define cómo se trabaja.
2- ¿Cuáles son los beneficios del tratamiento con hongos?
Los beneficios tienen que ver con una mejoría en el estado de ánimo y una mayor capacidad de habitar el momento presente. Baja mucho la rumiación, que es una de las formas que tiene la neurosis de traer un mismo pensamiento a la mente. Cuando baja esa tendencia, empiezan a aparecer otras formas de vincularse con el presente, con el ser y estar.
3- ¿Cualquier persona puede recibir una terapia con hongos?
Las personas que tienen antecedentes de afecciones de salud mental o están muy angustiadas es preferible que no recurran a estas terapias, ya que son medicinas amplificadoras no específicas. Si hay una persona que tiene una estructura psicótica, esa estructura se va a amplificar.
Antes de intentar probar con algo que se vincule al mundo de los hongos es mejor hacer una consulta con un profesional de la salud que entienda de estos temas, principalmente porque la ingesta genera un efecto en el cual la persona puede tener visiones y revelaciones.
4- ¿En qué personas no se debe aplicar terapia con hongos?
Aquellos que tienen afecciones cardiovasculares tienen que tener sumo cuidado porque esta medicina aumenta la frecuencia cardíaca y la presión, al igual que alguien que haya tenido un infarto reciente o que tenga una hipertensión no controlada.
Tampoco se debe aplicar en personas con antecedentes de psicosis o diagnósticos de bipolaridad porque no tenemos evidencia suficiente que diga cómo cuidar a esa personas.
Los efectos positivos se están estudiando en depresión, trastornos por estrés postraumático, adicciones o anorexias, entre otras afecciones.
5- ¿Cuáles son los alcances legales sobre terapias, cultivo y el consumo recreativo?
Es absolutamente todo ilegal y está atravesado por la ley de estupefacientes, que data del año 1989 y que incluso castiga el consumo de cannabis, siendo que el Ministerio de Salud reconoce el uso terapéutico de la planta.
La regulación penal está atrasada. Lo único que se puede hacer en Argentina es investigar: se necesita un equipo interdisciplinario que desarrolle un protocolo de investigación y que esté aprobado por un comité de bioética.
6- Qué reflexión merece el presente y el futuro del estudio de los hongos en Argentina
Sería muy hermoso que podamos tener acceso a estas terapias porque plantean otra visión de la salud mental. Las medicinas que estimulan la neuroplasticidad de nuestro cerebro nos permiten habitar otras formas posibles de ser y estar en la experiencia humana. Además, nos pone más en contacto, es un momento en el que tenemos que estar en contacto porque el nivel de desconexión que tenemos de la vida hace que todas nuestras relaciones sufran, entre ellas la relación con la Tierra, el agua que consumimos, el alimento y la basura que generamos.
Espero que el uso terapéutico de hongos esté a disposición y pueda seguir el camino de la planta de cannabis, que sea integrada por el Ministerio de Salud como una práctica que resuelve situaciones que las terapias que tenemos autorizadas hoy no pueden resolverlo.
Hongos: protocolos, sesiones y el "viaje" con fines terapéuticos
El psicólogo Maximiliano Lofredo, director de CEPPA (Centro de Psicoterapias con Psicodélicos de Argentina) hace tratamientos con hongos con sus pacientes. En diálogo con Página/12 aclara que la terapia asistida con hongos está regida por protocolos que él mismo diseñó, en conjunto con otros especialistas de la institución, y que no todos los centros trabajan con las mismas reglas.
Sobre cómo es el tratamiento, cuenta que él no está presente cuando el paciente consume el hongo, sino que es parte de las sesiones previas y posteriores a la toma. "Hay dos modalidades de terapias con hongos que tienen protocolos distintos: microdosis y macrodosis", explica. "En microdosis puede abarcar entre 11 y 13 sesiones, mientras que en macrodosis se necesitan 6 sesiones".
Para la ingesta en microdosis —cantidad 10 veces menor que la macro— existen tres sesiones de preparación, entre seis y ocho de dosificación (acompañamiento en la toma del hongo) y por último dos de integración. En cuanto a la macrodosis, son tres sesiones de preparación, una de dosificación y dos de integración. Al respecto, Lofredo indica que "el viaje psicodélico de macrodosis es fuerte e intenso y el desgaste energético es enorme, por eso se toma una vez sola a diferencia de la microdosis".
En el momento en que se produce la toma del hongo aparece la figura del trip sitter (cuidador/a del viaje), que es la persona que acompaña al paciente en su viaje psicodélico. "Este facilitador o facilitadora tiene conocimiento sobre cómo actuar ante experiencias desafiantes que se presentan. Es quien se encarga de armar lo que se llama setting, que es el entorno y ambiente donde se produce el viaje. Es clave para que todo vaya bien para que la experiencia sea terapéutica y no recreativa", detalla.
La importancia de un marco terapéutico para reducir daños
"Las personas suelen llegar a los cultivadores de hongos en primera instancia y después acuden a mí para atravesar esta situación con un acompañante terapéutico", cuenta Lofredo. "La intención es esa, brindarle un marco terapéutico para reducir los daños".
"Acá no hay nada recreativo. Todo el que llega es para tratar una problemática mental, como una depresión o una ansiedad", afirma, y destaca como ejemplo los "resultados sorprendentes" a la hora de atravesar duelos. "Con terapia de macrodosis la reducción de tiempo de ese proceso nos deja con la boca abierta. Algo que lleva años, con el uso terapéutico de hongos lo achica a seis o siete semanas", asegura.
Por último, Lofredo aclara que "los psicodélicos no generan abstinencia porque no trabajan sobre el sistema de dopamina del cerebro; por eso es alentador en relación a los pasos siguientes, ya que sería posible dejar la medicación alopática, reemplazarla por microdosis y emanciparse de la medicación".