“El espíritu del Festival siempre fue ser un puente real entre el fado portugués y el tango argentino”, celebra la cantante Karina Beorlegui, alma mater de la patriada (o bi-patriada) que es el Festival Porteño de Tango y Fado, que este fin de semana celebrará su sexta edición con actividades el sábado en la Academia Nacional de Tango (Av. de Mayo 833) y el domingo en el Club Atlético Fernández Fierro (Sánchez de Bustamante 772). Este encuentro de dos músicas portuarias en Buenos Aires se realiza cada dos años desde 2014, siempre bajo la égida de Beorlegui, y puede entenderse como una continuación del espíritu del Fado Tango Club, un ciclo que la cantante organizó durante una década en el CAFF.
En la jornada inaugural, en la Academia Nacional de Tango, se proyectará a las 18 el documental Tango, Fado, Amália y Garde, con la presencia de Gabriel Soria (presidente de la Academia y director del Museo-Casa Carlos Gardel), participarán representantes de la Fundación Amália Rodrigues de Lisboa, Portugal, y asistirá el embajador de Portugal en Buenos Aires, José Ludovice. Además, habrá una exhibición de baile a cargo de los argentinos Lucas Di Giorgio y Noelia Coletti.
El domingo, en tanto, desde las 20 el CAFF recibirá a distintas agrupaciones de tango y fado locales: Fado Trío, Mariana Accinelli y Diego Cappa, Almalusa, Juan Lorenzo, Fadeiros y la propia Beorlegui. Todo con entrada libre y gratuita, al menos hasta agotar la capacidad de las salas.
“El primer Festival de Fado y Tango en el año 2012 nació con este espíritu de traer el fado a Buenos Aires y también de darle un lugar a quienes hacen fado no solo en Buenos Aires sino en el resto del país. También existen bandas de La Plata, Mar del Plata y Mendoza, que las hemos invitado, y creo que en ese lazo lo que hace el fado es ganar público. Hay mucha gente que esto se acercó al fado por primera vez de la mano del tango”, plantea.
Más allá del apoyo de Fundación Santander (a través del programa de Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires), Beorlegui y su equipo luchan contra las limitaciones presupuestarias. Es –además del esfuerzo que conlleva- uno de los motivos para hacerlo cada dos años y también, dada la situación económica, lo que impide tener invitados portugueses como en las primeras cuatro ediciones del encuentro (el Festival supo traer, entre otros, a Zé Perdigao, Né Barandas, Mafalda Arnauth, Paulo Valentin y Bruno Costa, Fernanda Paulo). “Lo que ocurre cuando vienen es ese intercambio real entre los artistas, en la prueba de sonido, en camarines, en el propio show con el público y después en ir a cenar todos juntos, que surjan amistades también a partir entre los que hacen fado aquí y los que han venido”, explica.
Más allá de eso, la iniciativa sigue siendo importante para mantener los vínculos con los colegas europeos y para acercar a los cultores de ambos géneros. “Creo que lo que ayuda es a potenciar ese vínculo y ese conocimiento a través del tango, del fado portugués y que también la gente conozca que hay fado también en Buenos Aires hecho por argentinos”, plantea. Beorlegui sostiene un sueño: llevar este Festival también a Lisboa, para impulsar allí a los artistas nacionales.
Sobre la incorporación de la Academia Nacional de Tango al Festival, Beorlegui destaca la “generosidad” de Gabriel Soria al abrirle las puertas de la institución. “Se me ocurrió hacer una charla en donde participe en el embajador de Portugal, José Ludovice, la Fundación Amalia a través de audiovisuales enviados especialmente para esta ocasión, y hacer una charla sobre tango, fado, Amalia y Gardel, en la que Gabriel Soria también va a estar a cargo”, cuenta la cantante.
“Estos ritmos, declarados ambos Patrimonio Intangible de la Humanidad, surgen como identidades culturales en ciudades de puerto como Buenos Aires y Lisboa, unidas por el Río de La Plata y el Tejo a otras ciudades vecinas como Montevideo o Coimbra y han sabido proyectarse al mundo. Sus poetas y creadores los llevaron al máximo de su esplendor en el siglo pasado y hoy vuelven a tener esta fuerza e impulso local de nuevos compositores, intérpretes y letristas, más allá de los límites de los países que los vieron nacer. Este Festival intenta con cada edición homenajear su raíz identitaria y rescatar su valor cultural y ser fuente de inspiración a estas nuevas generaciones musicales para seguir generando adeptos y difundir a sus exponentes”, concluye.