El dirigente radical Ernesto Sanz se metió de lleno en la interna que existe en el Gobierno por la actuación de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el caso por la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Sanz consideró que “hubo algún error de comunicación o de manejo” dado que el caso estuvo “encapsulado” en el Ministerio de Seguridad, algo que se remedió en los últimos días. “Me quedo con la respuesta de las últimas 48 horas”, advirtió Sanz. Las declaraciones del ex senador se suman a las diferencias que existen en el Gobierno entre Bullrich y el ministro de Justicia, Germán Garavano, y que llevaron a que este último junto con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, pasaran a ocuparse de la comunicación del caso. 

Sanz comentó la situación del oficialismo por el caso Maldonado en un reportaje con Radio Nacional. Sostuvo que hubiera sido necesaria una reacción “Más potente en términos de comunicación a la sociedad” por parte del Gobierno. “No digo más seria, ni más responsable, ni de mayor involucramiento, porque eso lo hubo desde el primer minuto. El Gobierno tomó esto con mucha seriedad. Me consta porque en alguna reunión estuve”, se cuidó. De todas formas, advirtió que el tema estuvo “encapsulado” en el Ministerio de Seguridad, que conduce Bullrich.

“Probablemente hoy, con el diario del lunes, uno podría decirle al Gobierno ‘mirá, acá hubo algún error de comunicación o de manejo’. Esto debería haber tenido un nivel de involucramiento mucho más fuerte desde un primer momento de la Casa Rodada”, afirmó. “Me quedo con la respuesta del Gobierno de las ultimas 48 horas, que es más potente en términos de comunicación a la sociedad”, sostuvo Sanz sobre el momento en el que empezó a ser escuchada más la estrategia de Garavano.

Las diferencias entre el ministro de Justicia y la de Seguridad existen desde el comienzo del caso, pero quedaron más expuestas cuando fracasó la estrategia de evitar el caso y esperar una pericia que, confiaban en el Gobierno, iba a demostrar que Maldonado fue acuchillado por un puestero. Para eso, debieron obviar todos los testimonios que desmentían esa versión. El examen de ADN que la descartó en forma definitiva y produjo un cambio en el ritmo que el Gobierno le daba al caso. 

“No hay tensiones ni pelea. Lo que ocurre es que Germán y Patricia tienen miradas y enfoques diferentes, pero están tratando cada uno a su modo de ayudar”, indicaron cerca de Garavano. Esa diferencia de enfoques con Bullrich se amplió cuando los macristas conocieron los cambios en los sondeos, a los que son adictos en Balcarce 50. Tiempo Argentino dio a conocer el domingo pasado una encuesta que indicaba que un 20 por ciento de la población los culpabilizaba por lo ocurrido con Santiago Maldonado. Estos números cambiaron: según publicó Clarín, las encuestas y focus group más recientes arrojan que la mitad de los consultados responsabilizan al Gobierno por la desaparición de Maldonado. Esto prendió todas las alarmas en la Rosada.

La nueva estrategia de mostrarse más activos tiene algunos límites: si bien tanto el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en el Senado como el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, que viajó a reunirse con el juez de la causa (ver recuadro), insisten en que “no hay encubrimiento”, el Gobierno mantiene su decisión de no separar preventivamente de su cargo a ninguno de los gendarmes.