La esquina ubicada en Walker Street y Cortlandt Alley, en la ciudad de Nueva York, en donde se tomó la foto de la portada de Clics Modernos, pasará a llamarse desde el próximo lunes "Charly García Corner".
El homenaje al gran artista argentino se llevará a cabo a las 11 (hora de Argentina) del 6 de noviembre, a partir del proyecto que impulsó de Mariano Cabrera, un actor y director argentino radicado en esa ciudad estadounidense, que fue respaldado por el Consulado argentino.
En la ceremonia habrá un show de un grupo conformado por el baterista Fernando Samalea, el bajista y tecladista Fabián "El Zorrito" Von Quintiero, la cantante Hilda Lizarazu, y los chilenos Kiuge Hayashida en guitarra y Toño Silva en batería, todos ellos integrantes de distintas bandas de Charly.
El agasajo se extenderá luego en las oficinas del Consulado Argentino, en donde habrá un ágape y se prevé una jam session.
Pero las celebraciones incluyen además una charla informal en el Central Park que realizará este sábado Samalea y un "walking tour" que se llevará a cabo el domingo 6 por las locaciones en donde el astro del rock argentino filmó el video del tema "Fanky", en 1989, a cargo del Zorrito y del tecladista Alfie Martins.
Homenaje a "Clics modernos" en NY
Considerado por algunos como el mejor trabajo de su carrera, el álbum incluye referencias a la dictadura militar argentina, acompañadas de una lírica caracterizada por el tono sarcástico y humorístico de García.
El álbum fue autoproducido y compuesto por el cantautor y fue grabado casi totalmente en el Electric Lady Studios en Nueva York, sala de Jimi Hendrix en Greenwich Village.
“No viajé para hacer un disco. Pero en ese lugar, todo inspiraba. Me gusto la energía y quise componer y juntarme con algunos músicos para hacer algo”, contó alguna vez el músico en una entrevista.
García contrató a Pedro Aznar para que se haga cargo del bajo y convocó al reconocido baterista Casey Scheverrell para que lo acompañe en esta aventura orientada principalmente al new wave, pero con algunos guiños pop.
Después de alquilar la sala, el artista pidió a los dueños que le recomendaran un productor musical. "El mejor", pidió. Tras desembolsar varios billetes, llegó al lugar Joe Blaney, el ingeniero de sonido que acababa de producir un álbum de los Clash, y que a los pocos minutos de hablar con Charly, acordó embarcarse en el proyecto de grabar un disco.