La casi totalidad de los encuestadores y consultores en campañas electorales señalan que, según sus estudios, Javier Milei aventaja a Sergio Massa de cara al balotaje del 19 de noviembre. Algunos hablan de dos puntos de diferencia, otros de tres, cuatro y hasta seis puntos con los que el libertario supera al candidato de Unión por la Patria. El fenómeno es curioso y hasta inédito, porque los datos surgen de algunos de los consultores que forman parte del riñón de Massa. Los fundamentos del análisis son que, en la última semana, Milei sumó más de la mitad de los votos que obtuvo en las generales Patricia Bullrich (24 por ciento) y una parte de los de Juan Schiaretti (7 por ciento). Con eso le alcanza para aventajar a Massa, pese al hecho de que la campaña de Milei transita por gravísimos problemas, incluyendo la inestabilidad emocional y psicológica del candidato. En el equipo de Massa dicen que con una campaña intensa y cero triunfalismo, los números se pueden dar vuelta.
Los datos fríos
Página/12 publicó en la primera semana después de las elecciones dos encuestas de cara al balotaje -Proyección, Analogías- con ventaja para Massa. Pero en esas notas se aclaraba que, enseguida después de unos comicios, los primeros que aparecen son los amigos del campeón, es decir que el que salió primero suma adherentes. También había ocurrido con Milei tras las PASO. Luego de una erupción inicial, la marea baja.
Transcurridas ya dos semanas del 22 de octubre, prácticamente todos los consultores sostienen que Milei está arriba. La información no sólo surge de las encuestadoras más cercanas a Massa, sino que los números fueron difundidos primero por los medios alineados con Juntos por el Cambio. “Fue una filtración”, le explicaron a este diario los titulares de una consultora. No faltan los que creen que hay una intencionalidad en bajar el triunfalismo del lado de UxP: sucede que se ve una campaña con enormes problemas del lado de Milei y -según dicen- hay una tendencia a relajarse.
La realidad es que, más allá de ese análisis, en los últimos días la casi totalidad de los encuestadores sostienen en off the record que Milei está arriba. Lo fundamentan en lo siguiente:
* El libertario parte del 30 por ciento de votos que sacó el 22 de octubre.
* Bullrich consiguió 24 puntos porcentuales, de los cuales 17 provinieron de quienes la apoyaron en la interna contra Horacio Rodríguez Larreta. Son votos duros que en su gran mayoría se trasladaron al libertario. En JxC el voto radical es minoritario, argumentan.
* La mitad o más de los apoyos a Schiaretti también se mudaron a Milei.
* Del otro lado, a Massa le cuesta conseguir votos de quienes no lo votaron en octubre porque existe voluntad de un cambio. Además -argumentan los consultores- la falta de nafta fue un golpe fuerte, en especial fuera del área metropolitana.
Pese a los datos, en el equipo de Massa creen que se puede ganar, en especial si se cierra una brecha que perciben: hay muchísimos municipios en los que el candidato a intendente sacó más del 50 por ciento, mientras que la fórmula presidencial estuvo 15 o 20 puntos por debajo. Es decir, se requiere una campaña intensa y cero triunfalismo para que la fórmula supere el 50 por ciento de los votos válidos.
Números y campaña
Los pronósticos que difunden los encuestadores no encajan con la marcha de la campaña electoral.
Milei ha tenido enormes dificultades internas, incluyendo los debates por el acuerdo con Mauricio Macri, cerrado una medianoche, sin el acuerdo del resto de JxC. El pacto produjo un cisma dentro de esa alianza opositora: por un lado, porque el acuerdo fue inconsulto y, por el otro, porque parte de JxC considera que Milei es de ultraderecha, con propuestas inadmisibles. También hay resistencias en La Libertad Avanza (LLA) porque están los que piensan que ahora tienen que compartir todo con el macrismo, lo que se hace en la campaña y también en un virtual gobierno.
Pero, más allá de las posturas políticas, el libertario aparece como un candidato de escaso equilibrio emocional, siempre cercano a un desborde de todo tipo. El miércoles pasado, en un asombroso mensaje, leyó un texto que seguramente no fue escrito por él y que más bien recogía posturas del macrismo: pareció la imagen de un secuestrado leyendo una prueba de vida. En jogging, en una habitación de hotel, con un armario vacío detrás.
Del otro lado, Massa conduce una fuerza en la que no se perciben internas de importancia: el peronismo parece más bien unido. El obstáculo de Massa es la gestión en la que aparecen inconvenientes como el de la nafta y las tensiones propias de la situación económica. Desde el punto de vista emocional, parece entero e incansable, lejos del desborde que se le ve a Milei.
El debate, el fraude
Buena parte de los consultores creen que el debate del domingo 12 de noviembre puede ser crucial.
* Como se sabe, Milei pidió tener el derecho a leer. Es una forma -dicen- de tranquilizarse y mostrar un perfil más sólido.
* Massa mantuvo la postura de no leer y que un candidato debe valerse por sí mismo, sin machetes.
La Cámara Nacional Electoral (CNE) le dio la razón al equipo de Massa y la mecánica del debate será sin papeles. Las negociaciones fueron cordiales sin conatos de portazo en ningún momento.
No obstante, durante este fin de semana arrancó una campaña denunciando un supuesto fraude. Sorpresivamente en la movida también participó uno de los hombres de confianza de Milei, Guillermo Francos, que dijo que “tienen probado el fraude”. Cuando se le pidieron detalles, no pudo explicar nada, pero en diálogo con este diario, insistió en que se robaron boletas y que en muchas mesas no hubo control.
En paralelo hubo un hecho muy menor -el hackeo de la página de la CNE con un retuit a un posteo a favor de Massa-, que también se utilizó para denunciar fraude o parcialidad de los jueces. La jugada incluye la convocatoria a una marcha contra el fraude este domingo en el Obelisco.
La cuestión puso en marcha un rumor inquietante e infundado: en base a las encuestas que le dan ventaja, Milei aprovecharía para denunciar que hay parcialidad y no iría al debate. Lo hizo recientemente Donald Trump en el debate entre candidatos republicanos, pero no era un acto reglado por ley, como en la Argentina. Desde el entorno de Milei le dijeron a Página/12: “De ninguna manera Javier se va a ausentar del debate”.
Recta final
Si los números son los que dan los encuestadores, Massa necesita una remontada.
* Desde ya que un elemento es el factor miedo a Milei, a su nivel de desequilibrio y a los problemas de personalidad que tendría para gobernar.
* El candidato de UxP debería mostrar que es factor de cambio, especialmente en temas como la corrupción y la inseguridad. Pero, sobre todo, respecto de la cuestión económica y, en especial, la inflación. Todos los encuestadores coinciden en que hay voluntad de cambio -"una consigna vacía", ha dicho Jaime Durán Barba- y Massa deberá presentarse como una alternativa de cambio. No es fácil siendo el ministro de Economía.
* Geográficamente habrá que recortar distancias en provincias en que al oficialismo le fue mal. En especial Córdoba, Mendoza y, en menor medida, Santa Fe y CABA. Pese a ese panorama, en el Gran Buenos Aires necesita sacar mucha distancia para compensar otros distritos.
* Desde el punto de vista de la franja social, las debilidades están más en la clase media que en los sectores más humildes. Nuevamente, no se puede relajar en la franja de los necesitados donde, además, compite en forma directa con Milei.
“Hay que empatar la semana que viene y pasar al frente en la última semana”. Esa es la consigna en el equipo de Massa. En el team de Milei esperan que, tras dos semanas de montaña rusa del candidato, se retome la campaña como en los viejos buenos tiempos de las PASO.