La distribuidora Edenor tendrá instalados para fin de este año 58.000 medidores de energía recargables y para 2019 el objetivo es llegar a 260 mil hogares, según confirmaron a PáginaI12 fuentes de la compañía. Estos medidores son para sectores informales que tienen dificultades para pagar su factura y para usuarios que están “colgados” del servicio.
La empresa aclaró que no es una modalidad prepaga como la vigente para la telefonía móvil porque en este caso los medidores cuentan con 150 kilovatios gratuitos y cuando esa energía se consume el usuario puede recargar, pero no al precio más caro del mercado, como ocurre en la telefonía móvil, sino al valor de la tarifa social. La medida es polémica porque estos medidores restringen el acceso a un servicio público. Por eso la empresa aclara que sólo se les instalarán a aquellos usuarios que lo acepten por escrito. También se informó que no le darán luz verde a cualquier hogar sino a aquellos que han tenido problemas de pago o tienen una conexión clandestina.
En el caso de las conexiones clandestinas, desde la empresa aclararon que no hubo un incremento como consecuencia del fuerte aumento de tarifas. “Vienen creciendo a un ritmo constante desde 2006 y este año estimamos que la tasa mensual de robo de energía llegará al 17,21 por ciento, aunque si no hubiéramos comenzado a instalar los medidores recargables esa cifra hubiese trepado a cerca del 20 por ciento”, aseguró una fuente de la compañía. Cuando la empresa detecta una medición clandestina, en lugar de iniciar una acción contra el hogar para reclamarle el pago de la energía robada, lo que se está haciendo ahora es ofrecerle un acuerdo consistente en condonarle la mitad de la deuda que se le reclama, ofrecerle un plan de pago para el otro 50 por ciento e instalarle el medidor prepago para tratar de evitar que el usuario se vuelva a “colgar” del servicio.