Producción: Natalí Risso
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Herramienta novedosa
Por Juan garriga y Genaro Grasso (*)
El ministro y candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció en plena campaña la creación de la Moneda Digital Argentina. Pero, ¿de qué se trata esta iniciativa? Inicialmente podemos decir que es una medida que se está analizando en muchísimos países del mundo. De hecho son conocidas como Monedas Digitales de Bancos Centrales (CBDC por sus siglas en inglés). Se trata de una moneda 100% digital, pero con respaldo del Banco Central que la emita, y vinculado a la moneda oficial del país emisor.
En un principio, cabe aclarar que hoy el dinero ya es virtual. Más allá de apelaciones anacrónicas a “la maquinita de hacer billetes”, la gran mayoría de la creación monetaria se realiza a través de depósitos bancarios. La forma hegemónica hasta hace pocos años de realizar transacciones era con dinero virtual y un sistema de pagos garantizado por el conjunto de los bancos públicos y privados, con regulaciones del Banco Central. En materia internacional, el razonamiento es similar: dólares virtuales con un sistema de pagos basado en agencias de clearing y mensajería del famoso sistema SWIFT de los bancos internacionales.
Sin embargo, este paradigma se ha ido erosionando. Las nuevas tecnologías de registro distribuido (blockchain es una de ellas), entre otras, permitieron sortear las regulaciones de los bancos centrales, el cuasi monopolio bancario del sistema de pagos y aparecieron las criptomonedas, las billeteras virtuales, sistemas financieros paralelos desregulados, y, en contrapartida en el plano internacional, operaciones comerciales y financieras bilaterales sin acudir al dólar o a los bancos occidentales.
China es uno de los países más avanzados en la materia: ha lanzado su yuan digital, algunas provincias ya pagan sueldos con esa moneda y se han realizado compras transfronterizas de petróleo con ella. Brasil y la India, por ejemplo, tienen pensado lanzar monedas digitales el año que viene. También el Banco Central Europeo está proyectando el euro digital pero recién para 2028. Estados Unidos por su parte, evalúa también la creación del dólar digital, pero sólo para el canal mayorista.
Hay distintas posibilidades para una moneda digital: puede ser mayorista, minorista, o de comercio exterior, y puede ser primariamente para transacciones o para ahorro.
Si es mayorista, el objetivo principal ha de ser la regulación del sistema financiero amplio, que excede a los bancos. Actualmente el mundo de las monedas digitales en la argentina está principalmente cooptado por billeteras virtuales, Fintechs, que en muchos casos buscan operar de una manera poco transparente. Y esto es en parte posible dado que este tipo de instituciones no están reguladas por el Banco Central. Una moneda digital permitiría el mayor control del Banco Central de las operaciones e incentivaría a que mucha de la economía que hoy se maneja en la informalidad, pase a al sistema formal, facilitando la recaudación de impuestos y el control de lavado de activos.
En el caso de ser minorista para transacciones, el motivo puede ser tener una moneda social que permita que sectores de la Economía Popular, que tienen dificultades en su organización, blanqueo y bancarización, puedan acceder a partir de la moneda digital un esquema de circulación del dinero, digitalización, registración y financiamiento estatal especial que permita apuntalar estos sectores.
Si se trata de una moneda minorista para ahorro, las razones pueden tener origen en la macroeconomía argentina, con elevados niveles de nominalidad, incertidumbre sobre el valor de la moneda y escasez de crédito y duración de los contratos. Una moneda digital puede ser un puente entre esta situación y una gradual estabilización de la misma, permitiendo realizar contratos a plazo, financiamiento productivo y alternativas de ahorro.
En el caso de una moneda para el comercio exterior, ésta permitiría comerciar bilateralmente sin depender de la moneda y el sistema de bancos occidentales. En este sentido, esta medida buscaría incentivar los Sistemas de Pagos en Monedas Locales, que son el recurso que tiene el Estado para facilitar el comercio y la inversión, pero a la vez reducir la dependencia del dólar estadounidense en las transacciones comerciales.
Las novedades tecnológicas y conceptuales nos han provisto de una nueva herramienta para resolver viejas problemáticas: dificultades de regulación, de inclusión, macroeconómicas y de dependencia externa. Sin embargo, es difícil que una sola herramienta pueda resolver todas las problemáticas a la vez. Es crucial que la moneda digital se diseñe de acuerdo al objetivo principal que se desee perseguir.
(*) Investigadores del Centro Cultural de las Cooperación (CCC).
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Minería Bitcoin y reservas
Por Rodolfo Andragnes (**)
Hace unos días Sergio Massa y Santiago Siri comentaron sobre el minado de Bitcoins a través del venteo de gas de Vaca Muerta y que las mismas pasen a ser parte de las reservas del Estado nacional. Al mismo tiempo viene promoviendo del desarrollo de un dólar digital sobre la base de esas reservas.
Para poder analizar esta propuesta es necesario dividirla en tres partes: “Bitcoin en las reservas del Estado”, “Minado Nacional”, y “Dólar digital”, tres debates que son parte de la conferencia LABITCONF del 10 y 11 de noviembre en Costa Salguero, en la que participa esta ONG y que es la más importante de Latino América.
Ante todo, cabe declarar que estas propuestas no son novedosas, las reservas se proponen desde el 2014, el minado por venteo de YPF se hace desde hace años y los dólares digitales estatales son el tema caliente de los últimos años, pero sí que es muy valioso de parte de Siri, traerlas a la mesa interrelacionados y en los tiempos que corren.
En lo que refiere a las reservas del Banco Central, incluso la ONG Bitcoin Argentina viene promoviendo y sosteniendo dicha posibilidad desde el año 2014 en varios ámbitos. Las razones, certeza de su potencial como reemplazo del oro, el impacto de ser un ejemplo para el mundo, y el bajo riesgo de migrar un 0,5 por ciento del oro en 2014 a BTC (70,000 btc hoy serían 2.300 millones de dólares.
Aunque es común pensar que ya es tarde, en Bitcoin siempre es temprano. Empresas como Microstrategy, hoy poseen 140.000 a un promedio de 29.000 por unidad y El Salvador posee unos 1500 a un promedio similar son algunos ejemplos de decisión reciente. Pero al ser escasos (solo 21 millones) y ser objetivamente muy superior al oro y al dólar, su adopción está casi asegurada aumentando su precio x demanda.
Si hoy Argentina convirtiera tan sólo el 1,5 por ciento de sus tenencias de oro, equivaldría a ~1500 btc. Subimos el porcentaje porque el riesgo del éxito se redujo. Ese 1,5 por ciento (54 millones) es 10 veces menor de lo que gasta en una semana el BCRA para contener las corridas de dólar blue, pero el impacto de ésta decisión sería positivo y global.
Si en vez de comprarlos se decide minarlos, también se cargan las reservas, pero habrá una inversión inicial y de mantenimiento en máquinas y una paulatina incorporación a las reservas y riesgos futuros de incremento de dificultad del minado.
Esto nos lleva al segundo punto, “Minado Nacional”. Como ya dijimos, la diferencia de comprar y guardar (HODL) versus minar es que el segundo exige un plan de negocios donde se compran y gestionan máquinas de minado que usan energía eléctrica. Es como decidir si comprar oro o salir a poner una minera.
A diferencia de minar oro, donde más máquinas sacan más metal, en Bitcoin la cantidad de monedas que se minan es fija, 900 diarias a partir del 2024, y se divide porcentualmente entre la cantidad de cómputo que aportan los mineros. Así una inversión de 54 millones en minería llevaría más de 2 años en dejar un equivalente a la compra de 1.500 BTC pero con riesgos latentes y rentabilidad decreciente.
Argentina posee varias fuentes energéticas posibles, desde geotermia, solar, eólica o undimotriz (olas) entre otras, pero el venteo de gas del petróleo o biodigestión, reducen el impacto ambiental. Tanto YPF como muchos proyectos más aprovechan hoy estos recursos para minar.
Aunque sería preferible la compra directa de BTC para las reservas, cabe destacar que el minado puede cumplir un rol estratégico para la expansión energética del país siendo un ingreso complementario a instalaciones en zonas rurales donde de otra forma la energía no llegaría.
Finalmente llegamos al tercer punto, el de la “Moneda Nacional”. Este podría ser el punto más delicado pues tiene varios desafíos importantes que aún hoy ningún proyecto de moneda digital estatal pudo resolver.
El primer punto y particular de este proyecto sería que la generación de bitcoin por minería sería demasiado lenta para sostener un sistema monetario relevante.
Pero por el otro debe responder grandes desafíos de los que nombraré solo algunos.
A) Que los activos subyacentes (bitcoin) no puedan ser robados o embargados.
B) Que la ley que le da entidad no pueda ser cancelada por otro gobierno.
C) Que la blockchains sobre la que operan estos cripto dólares sea segura. Las seguras tienen costos de transacción fluctuantes que alguien deberá cubrir, y las no seguras, como una Blockchain Argentina, simplemente no son buena idea para albergar el valor económico de una sociedad.
D) Que no pueda ser abusada por el estado modificando el código según necesidad y protegiendo la privacidad y libertad absoluta del individuo.
Estas, entre tantas otras complejidades, hacen de esta idea una idea que solo puede ser impuesta a fuerza y aprovechándose de la ignorancia técnica y confianza por parte del usuario.
Estos temas y tópicos más serán debatidos o presentados por más de 250 protagonistas de estos proyectos. Sumado a debates con economistas globales y locales y contenidos para empresas, gobierno e individuos con todo tipo de nivel de conocimiento.
Por eso, la ONG sugiere siempre que antes de invertir plata hay que invertir tiempo para aprender y tanto nuestros cursos como LABITCONF son quizás el mejor punto de partida.
(**) Cofundador de la ONG Bitcoin Argentina y la conferencia LABITCONF.