Un peritaje geológico acreditó que una pala secuestrada en la casa de Marcos Bazán, uno de los dos detenidos por el crimen de Anahí Benítez, fue utilizada para cavar el pozo en el que se halló el cadáver de la joven. Bazán, sin embargo, volvió a declararse inocente ayer por la mañana ante el juez de la causa, Sebastián Moneles, quien el lunes resolverá si acepta el pedido de la fiscalía para procesarlo con prisión preventiva. En tanto, el defensor de Bazán aseguró que los mensajes hallados en el teléfono celular del sospechoso y tomados como indicios en su contra fueron “sacados de contexto”. Bazán está imputado de “privación ilegal de la libertad y homicidio triplemente agravado por alevosía, por criminis causae y por violencia de género”.