Una imagen publicada el 17 de junio de 1979 en la portada de un matutino salteño documenta el momento en que 330 niños del Escuadrón de Gendarmería Infantil hacían su presentación en sociedad como miembros de ese cuerpo. El hecho público transcurrió durante el desfile militar frente al monumento que recuerda a Martín Miguel de Güemes, el héroe gaucho que batalló en el proceso independentista.
Aquel día otoñal el comandante mayor de la fuerza en Salta, Oscar Alberto Ortiz, explicó a un periodista del diario El Intransigente que el Escuadrón Infantil de Salta era el sexto en el país, aunque el segundo en Salta. Los otros se encontraban activos en Formosa (cuatro) y el restante en Orán, departamento del norte salteño. Eran tiempos de dictadura.
Según la misma crónica periodística, durante la oficialización del Escuadrón de niños en la explanada del monumento, el encargado de la ceremonia religiosa fue el capellán de Gendarmería, presbístero Celso Molina. "Haz señor que nunca dejemos de mirar el verde uniforme de nuestros gendarmes mayores, y (que) aprendamos de ellos en la guarda despierta de la larga frontera", invocó. "Haz señor que comprendamos que no vinimos a pedir, sino a darnos. A darnos a nuestra patria, a darnos a nuestra Salta, a darnos a nuestra Gendarmería (...) a darnos a los otros niños que no tienen como nosotros la dicha de pertenecer a la Gendarmería Infantil".
La primera convocatoria a inscripción de aspirantes para integrar los escuadrones infantiles de Gendarmería en Salta se había pautado para el 2 de junio de 1979. Sin embargo, cuatro días más tarde, continuaban llegando pequeños y preadolescentes de entre 8 y 14 años a la sede de Gendarmería en Chachapoyas, en el norte de la ciudad de Salta. Acompañados por sus padres, hacían fila para que los médicos de esa fuerza completaran sus fichas y evaluaran "el óptimo estado de la población infantil".
Si bien el cupo se había establecido en 80 niños, la convocatoria había superado la meta y los médicos gendarmes tuvieron que evaluar a 600 niños aspirantes. "La feliz iniciativa de lanzar oficialmente Gendarmería Infantil desde Formosa, seguramente en poco tiempo más (cubrirá) el vasto territorio de nuestras fronteras", cronicó El Intransigente del 6 de junio de 1979. Citó además al autor del proyecto: "el actual titular de Gendarmería Nacional, general Antonio Domingo Bussi, quien aparte de haber consagrado toda su vida al Ejército Argentino, dió acabadas muestras de su apego por los niños".
El origen
La militarización de las infancias no es un fenómeno reciente en la provincia de Salta, tampoco en el resto del país. Como se ha visto, evocar el primer registro de niños militarizados lleva a 1979, cuando el represor Antonio Domingo Bussi era el director de Gendarmería Nacional, una fuerza de seguridad por entonces integrada al Ejército Argentino. Sin embargo, historizar la militarización de las infancias derivó en Edelmiro Farrel. El último presidente de facto antes de los quinquenios peronistas creó el cuerpo infantil en la recientemente creada Gendarmería Nacional (1938). Probablemente persiguió el ejemplo de las juventudes hitlerianas, el sistema del nacional socialismo alemán que entre 1926 y 1945 adoctrinó a sus jóvenes simpatizantes.
El historiador Daniel Lvovich (Universidad Nacional de General Sarmiento) y la investigadora sobre elites políticas argentinas Laura Graciela Rodríguez (Universidad Nacional de La Plata) completaron la línea de tiempo. "La Gendarmería Infantil tiene su origen en la Orden del Día Pública de Gendarmería Nacional 1543 del 10 de octubre de 1944", detallaron en un paper académico de 2010. "En el año 1945 se creó un agrupamiento (...) que, ante la falta de normas, se rigió por las que regulaban la actividad de los boy scouts", continuaron. "No sería hasta el 26 de abril de 1979 cuando, bajo la conducción del general Bussi, la Dirección Nacional de Gendarmería (dispuso) la formación en todo el ámbito institucional de los Agrupamientos" infantiles.
Cuando Bussi tomó el cargo de director de Gendarmería en 1979 y organizó el "Plan Anual de Acción Cívica" dirigido a las infancias argentinas, ya había comandado el Operativo Independencia en Tucumán entre 1975 y 1977; antes había integrado una comisión de observadores argentinos destinados en 1969 a la Guerra en Vietnam (1955 - 1975) para estudiar las tácticas de guerra del ejército norteamericano, y había realizado un curso en el Command and General Staff College en Fort Leavenworth (Kansas, Estados Unidos) entre 1963 y 1964.
Siguiendo la investigación de Lvovich y Rodríguez, lo que hizo el militar genocida -juzgado y condenado en los primeros años de la democracia por sus crímenes perpetrados durante la última dictadura cívico militar- fue utilizar la propuesta de Farrel para generar "estrategias de legitimación" orientadas a "mejorar la imagen de la Fuerza ante la sociedad argentina en general".
En su propuesta, el anzuelo eran los niños que asistían a espacios del Ejército Argentino a contraturno escolar. Y además en esos ambientes naturalizaban contenidos vinculados con valores militares y el nacionalismo territorial. Según Lvovich y Rodríguez, padres y madres manifestaban distintas motivaciones a las de esa Fuerza para entregar a sus hijos a las gendarmerías infantiles. El temor a deambular por las calles, al hambre, las malas influencias y el terrorismo sustentaron la misión social del Escuadrón Infantil de Gendarmería. En la actualidad, el temor por el consumo de sustancias adictivas y la adhesión a la delincuencia como actividad económica, sustentan la misión social de las policías infantiles en Salta y de las academias pre militares en el norte del país.
"Buscaban incidir en la socialización de los niños"
Las gendarmerías infantiles no se disolvieron al iniciar el período democrático en 1983. Todo lo contrario: sobrevivieron por varias décadas. Y no fue hasta la gestión de Nilda Garré frente al Ministerio de Seguridad de la Nación (2010 - 2013) durante la presidencia de Cristina Fernandez de Kirchner que el "Plan de Acción Cívica" de Gendarmería Infantil fue desactivado.
"Lo más grave", contó Nilda Garré a Salta/12, "es que ellos buscaban incidir en la socialización de los niños, en su interacción con la sociedad y en sus valores. Por eso se establecieron lazos entre niños, jóvenes y fuerzas de seguridad, que luego se propagaron. El Estado no puede llegar a los niños a través de las fuerzas de seguridad: tiene que llegar a través de la educación pública. A nosotros nos parecía algo absolutamente equivocado", continuó en alusión a la existencia de los escuadrones de Gendarmería Infantil de Bussi.
Garré propuso la adhesión a un Acta Compromiso por la Erradicación de las Policías y Gendarmerías Infantiles firmada en el Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia en octubre de 2010. Desde ese momento habían adherido 12 provincias con infancias militarizadas en sus jurisdicciones. La adhesión contó con el acompañamiento del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, entonces a cargo de Alicia Kirchner. "Hicimos un estudio en 2011 en el Ministerio y encontramos que había alrededor de 70 Escuadrones de Gendarmería Infantil activos en 14 provincias. Era una saturación inaceptable, impropia, inadecuada y grave para la formación democrática de esos chicos", detalló Garré. "Se formaban en una cultura inadecuada y en instituciones con resabios de autoritarismo", opinó. La politóloga Lucrecia Teixidó, en una publicación periodística de mayo de 2018, mencionó que en 2012 "el Ministerio de Seguridad dispuso el cierre de los 74 cuerpos de gendarmes infantiles (...) que congregaban a 6.879 chicos de 8 a 16 años".
El documento "Los nuevos paradigmas del Ministerio de Seguridad y el Consenso Federal", publicado en 2012, recuerda que el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño sobre Conflictos Armados "prescribe que la educación del niño debe inculcarle el respeto por los derechos humanos, las libertades fundamentales, y prepararlos para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión y paz". Por otro lado, como las actividades de policías y gendarmes son consideradas como laborales, el documento advierte que "no existe ningún fundamento serio para el entrenamiento policial o militar por debajo" de los 16 años. El límite lo marca la ley 26.390 de Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente.
Nilda Garré recordó a Salta/12 que durante su gestión en la carter de Seguridad de la Nación, logró que en los Liceos Militares los jóvenes menores de 17 años no reciban instrucción específica para utilizar armas de fuego y que tampoco pueden desfilar portándolas. "Fue una pelea ardua, necesaria, y todavía continúa", cerró.
Bullrich, Frederic y la consolidación democrática
"Lo que hizo el gobierno de Mauricio Macri fue activar el Servicio Cívico Voluntario en Valores", precisó Sabina Frederic, ministra de Seguridad nacional (2019 - 2021) durante la actual presidencia de Alberto Fernández.
Ese programa comenzó a ejecutarse sobre el final de la la gestión de Patricia Bullrich en el Ministerior de Seguridad y contó con la colaboración del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). "Estaba dirigido a chicos y adolescentes, e implicaba una serie de actividades, como talleres en sedes de Gendarmería Nacional. Las primeras convocatorias fueron en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero y Bariloche", detalló Frederic. Esa relación entre organismos de Seguridad y Educación se asemejó al programa de los Escuadrones Infantiles de Bussi, que mantuvo convenios con el Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET).
Al iniciar Sabina Frederic su gestión desactivó este Servicio Cívico Voluntario en Valores de Bullrich. "Mantuvimos varias reuniones con el Ministerio de Educación para que absorbieran a los inscriptos, que eran alrededor de 600", recordó Frederic en diálogo con Salta/12. "Funcionó en Gendarmería Nacional, pero no tuvo que ver con Gendarmería Infantil, sino con otro programa similar al Servicio Cívico Social Voluntario que aplicó (Julio César) Cobos en Mendoza en instalaciones del Ejército Argentino", mencionó en alusión a la gestión del ex vicepresidente argentino como gobernador de la provincia cuyana entre 2003 y 2007.
Para la actual presidenta de la Comisión Cascos Blancos, el ingreso de sectores populares a policías provinciales en la actualidad, inclusive desde las infancias, ocurre porque esas fuerzas de seguridad provinciales ofrecen una expectativa de empleo formal. "Es una cuestión pendiente a atender", opinó. En su análisis, es el propio Estado quien sustenta esa demanda.
"Unos pícaros se acercaron y les dieron esos folletos"
Durante el anuncio de los actos oficiales en Salta por los 40 años de democracia, el ministro de Gobierno, Trabajo y Derechos Humanos de la provincia, Ricardo Villada, opinó sobre la Policía Infantil provincial y las denuncias periodísticas que advirtieron a niñes de un cuerpo de la localidad de Salvador Mazza repartiendo volantes durante el cierre de campaña en la capital salteña del candidato a la presidencia por La Libertad Avanza, Javier Milei.
"Nos preocupó mucho esa situación", aseguró Villada. "Particularmente, a través del ministro de Seguridad y Justicia (Marcelo Domínguez) averiguamos qué fue lo que había pasado. Eran chicos que llegaron del interior de la provincia y no estaban participando de una actividad oficial. Estaban recorriendo la ciudad", aclaró. "Unos pícaros se acercaron y les dieron esos folletos para que los repartan", aseguró. "Además, estaban acompañados por sus padres", respondió el funcionario durante una breve entrevista con este medio. "Esto no debe ocurrir. Los chicos son chicos y los grandes debemos ver cómo hacemos conocer nuestras ideas. No hay que utilizarlos", cerró el episodio que ocurrió el 12 de octubre pasado.
Villada opinó que existe un debate en torno a la existencia de las policías infantiles tras 40 años de ejercicio de la democracia. "Hay quienes tienen una valoración importante sobre el rol social de los cuerpos infantiles, y hay otros que consideran que no deberían existir. Personalmente creo que se debe buscar un equilibrio, una separación clara de cuestiones que tienen que ver con la actividad policial", dijo. En su opinión, haciendo la salvedad de contenidos militarizantes en las policías infantiles, "los chicos podrán desarrollar actividades donde hay una fuerte participación de los padres. Ellos (tutores a cargo del ciudado de sus niñes) ven en las policías la posibilidad de contención, algo que tienen que ver con la cultura y los deportes".