Composiciones originales para configurar un universo expresivo muy personal, que se completa –y de alguna manera se reafirma– con versiones de música de Keith Jarrett y Paul Motian. Por ahí pasa el concepto de Esperando la lluvia, otro bellísimo disco del pianista Pablo Socolsky, editado este año por el sello rosarino Blue Art Records. Con el nombre de aquella película surcoreana de 2021 dirigida por Jo Jin-mo, con guion de Yoo Seong-Hyub, Socolsky también va en busca del tiempo perdido, proyectando su obras y sus poderosas referencias desde un costado sensible, y acaso más callado, del arte del trío. Sutiles guiños, gestos breves, silencios impuros y un lirismo despojado configuran una música que avanza en ida y vuelta escuchándose a sí misma. Este martes a las 20, el pianista de Leones, que vive y trabaja en Rosario, presentará Esperando la lluvia en Bebop Club (Uriarte 1658), al frente del trío que se completa con Fermín Suárez en contrabajo y Gustavo Telesmanich en batería.

Esperando la lluvia es el resultado de un proyecto soñado durante mucho tiempo”, comenta Socolsky al comenzar la charla con Página/12. “Un gran desafío que nace de la posibilidad de constituir un trío, un formato de referencia muy fuerte para cualquier música de jazz, con tantos maestros y héroes admirados”, continua el pianista. “Hay una cierta continuidad con La forma inicial –su disco anterior, en piano solo–, que tienen que ver con formas abstractas y contemplativas en las improvisaciones, composiciones sintéticas y la posibilidad de revisitar y deconstruir con otro enfoque algunas versiones de compositores y músicos admirados. En este caso lo novedoso es que el formato en trio con estos instrumentos permite un entramado sonoro en donde cada instrumento es protagonista y parte del proceso integral, enriqueciendo la producción y el lenguaje”, agrega.

Temas salidos del apropia cantera como “Luz de la mañana”, “Just never let go of the thread” y “Luz escondida”, dialogan con “Wednesday”, un tema de Motian que está en Time and time again, y “Prayer” de Keith Jarrett, que está en el trabajo Death and the Flower, donde Motian es baterista.

–Los temas de Esperando la lluvia en general son breves y en su curva expresiva parecen funcionar como fragmentos de una forma mayor. ¿Cómo combinaste tu música con los temas de otros compositores?

–Hace tiempo que busco trasmitir sensibilidad y profundidad con menos elementos, sin por eso dejar de buscar complejidades en lo armónico, lo melódico y lo rítmico. Es lo que más disfruto cuando escucho la música de tipos como Masabumi Kikuchi, Keith Jarrett, Paul Bley, Paul Motian, Gary Peacock, entre otros. Es una bendición poder con contar Fermín (Suarez) y Gustavo (Telesmanich), tremendos músicos, de humanidad y sensibilidad enormes, que de entrada entendieron la idea para el trio.

–¿De qué manera funciona el imprevisto y la improvisación en la dinámica del trío?

–El enfoque de la improvisación en el trío tiene que ver fundamentalmente con dar espacio a la escucha. Lo que está escrito es una referencia básica, que marca algunas pautas para recorrer el camino y abre espacio para la espontaneidad y la frescura, para que cada vez pasen cosas diferentes. Las improvisaciones grupales que abren y cierran el disco –“Luz de la mañana” y “Luz escondida”– dan cuenta del compromiso y el enfoque del trio hacia este lenguaje integrado, si bien con elementos más abstractos desde lo melódico, se evidencia la interacción y la escucha grupal. Eso nos exige una concentración especial, pero a la vez hace que todo sea muy disfrutable, que no falte la sorpresa y frescura en cada tema, que aparezca lo novedoso.

–¿Cómo suena el trío en vivo respecto a lo que está en el disco?

–Respecto a la presentación del disco en concierto ya hemos tenido una experiencia en Rosario, en un marco increíble y único como es el Teatro el Círculo. Lo hicimos en modalidad fila 0, es decir con todos en el escenario, músicos y público, como en un gran living, sosteniendo el marco intimista para favorecer la escucha y los matices que este proyecto tiene. Ahí sumamos nuevas composiciones que han surgido en este tiempo, momentos de improvisación grupal, algunos nuevos homenajes a compositores referenciales, como Carla Bley, John Abercrombie, además de la nueva impronta que inevitablemente tienen los temas del disco en cada nueva ejecución.