Tandil, la ciudad argentina conocida por su tradición en la producción de embutidos, se convirtió en el centro de atención mundial al presentar el salame más largo jamás registrado, con una impresionante longitud de 310,69 metros. Este extraordinario logro se llevó a cabo en la quinta edición del Festival del Salame y el Cerdo, que se celebra anualmente en la ciudad.
Organizado por el Clúster Porcino en colaboración con el municipio de Tandil, la propuesta fue la excusa para despuntar el vicio en la ciudad que tiene larga historia en la producción de chacinados.El ambicioso objetivo de este año era crear un salame que superara los 200 metros, en honor a los 200 años de la ciudad.
El evento se convirtió en una tradición que expuso el arduo trabajo detrás de la elaboración de un alimento tan especial. La fabricación de este gigantesco salame requirió más de 700 kilos de carne fresca y la colaboración de más de 100 personas en cada etapa, desde el embutido y el estacionamiento hasta el traslado y la degustación durante el festival.
Miguel Lunghi,intendente de Tandil, destacó la importancia de este evento en la promoción de la industria local: "Presentar el salame más largo durante tantos años y llevar adelante este festival permitió dar a conocer todo lo que hay detrás de la elaboración de chacinados en Tandil", sostuvo.
La primera edición de este evento tuvo lugar en 2014, cuando se presentó un salame de 16,1 metros. Desde entonces, año tras año, Tandil superó su propia marca, con el compromiso de dar a conocer su producción local de chacinados. Hoy, el salame de Tandil no solo es el más largo del mundo, sino que también ostenta el título único de Denominación de Origen.
La Denominación de Origen del Salame de Tandil es un reconocimiento a un producto genuino y de gran valor histórico en la región. Los productores locales lo consiguieron,-- además de alcanzar el récord mundial de longitud de salame -- superando significativamente la marca anterior de 183,40 metros establecida en 2022 y eclipsando el logro de la localidad de Oncativo, Córdoba, que alcanzó los 237 metros en julio pasado.
Pablo Cagnoli, miembro del Consejo de Productores, expresó con orgullo que "el salame de Tandil es un legado para la ciudad y es reconocido en todo el país y el mundo. Este reconocimiento es fundamental para proteger y promover la producción de este alimento tradicional", agregó.
El impresionante salame, que pesa alrededor de 500 kilos, se ofreció para degustación durante el festival, y se compartió con restaurantes, bares y hoteles de la ciudad. Además, algunos metros se donaron a organizaciones sociales y se subastaron con el fin de recaudar fondos y colaborar con la comunidad.
La pasión y el compromiso de Tandil por su tradición culinaria se consolidó como una celebración anual que reafirma la identidad y la calidad de sus productos locales.