El obispo Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal católica, utilizó la homilía de la misa inaugural de la asamblea de los obispos que se realiza en la localidad bonaerense de Pilar para reiterar el “profundo deseo que tenemos de que el Papa Francisco visite nuestro país”. Según el titular de la diócesis de San Isidro esa posible visita “se traducirá sin duda en un encuentro muy esperado entre el pastor y su pueblo, nos ayudará a sanar heridas, a crecer en el aprendizaje del diálogo y a renovarnos en el espíritu misionero así podremos tender una mesa generosa en la que haya lugar para todos como insistió tanto (el Papa) en las jornadas de Lisboa”, dijo.
A pesar de que Francisco aseguró en varias oportunidades que le gustaría venir a la Argentina y que el viaje está en sus planes, tal posibilidad no está confirmada y seguramente no habrá novedades hasta tanto no se conozcan los resultados electorales de la segunda vuelta presidencial.
Si bien no hay ningún adelanto oficial sobre la eventual visita papal, algunos trascendidos eclesiásticos ponen en duda que Jorge Bergoglio venga a la Argentina si el triunfador de la segunda vuelta electoral es el libertario Javier Milei. Si, por el contrario, Sergio Massa llegase a ocupar el sillón presidencial la visita de Francisco al país podría concretarse en abril de 2024, en días posteriores a la Semana Santa.
En su homilía el obispo Ojea retomó la relación final del sínodo de obispos que acaba de finalizar en Roma para subrayar el párrafo en el que se expresa la necesidad de “la escucha” por parte de la Iglesia. “La iglesia debe escuchar con particular atención, sensibilidad, la voz de las víctimas y sobrevivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, institucionales, de poder y de conciencia por parte de miembros del clero o personas que ejercen cargos eclesiales. La escucha autentica es un elemento fundamental del camino hacia la sanación, el arrepentimiento, la justicia y la reconciliación”, dijo el presidente del episcopado haciendo suyas palabras del documento final del sínodo.
“En otras épocas hablar de Iglesia era un sinónimo de credibilidad. Hoy esta situación ha cambiado”, dijo Ojea refiriéndose a las críticas que recibe la institución eclesiástica católica en particular por los casos de abusos cometidos por representantes eclesiásticos y muchas veces ignorados o encubiertos por la institución. Y hablando a sus colegas les dijo que “para nosotros que tenemos que poner la cara en nombre de la Iglesia estas situaciones no son realidades agradables, ya que tenemos que escuchar acusaciones de cosas de las cuales no somos plenamente responsables, o que responden a patrones culturales muy arraigados que no terminamos de erradicar como el clericalismo”.
En otro pasaje el Ojea se refirió a la necesidad de que la Iglesia se enfoque en la justicia, en la inclusión y la solidaridad. “La síntesis del sínodo nos habla de recuperar a los descartados y dedica un amplio espacio a los pobres que piden a la Iglesia amor, entendido este como respeto, acogida y reconocimiento. Piden de la iglesia una aceptación incondicional y gratuita de sus personas y el texto nos recuerda que para la Iglesia la opción por los pobres y descartados es una categoría teológica, antes que cultural, sociológica, política o filosófica”, dijo el presidente del episcopado.
La asamblea de los obispos católicos se extenderá durante toda la semana y hasta el momento no hay una determinación tomada acerca de una posible declaración colectiva que refiera al momento que vive el país y a la coyuntura electoral.